jueves, 31 de diciembre de 2015

Mis mejores deseos para el 2016, y sed felices (o la Teoría del Colador)

Lo escribía en el otro blog, pero en realidad no quiero dejarlo allí. Porque en el fondo deseo que en un par de semanas se me pase la tontería y pasar de todo...
Decía, que me despisto con facilidad y eso que son las cuatro y cuarto de la tarde y sólo llevo una copa de vino, que pido disculpas por la desvergüenza de publicar relatos e historias. Sí... alguna será interesante... bueno vale, alguna me gusta. Muchas. Pero siendo sincera, la gente escribe mil veces mejor que yo. ¿Qué gente? ¿Qué gente? Ya, ya sé que hablar sin datos concretos es pura palabrería, pero hacedme caso buenas gentes: la gente escribe mejor.
Lamentablemente no estoy borracha -y si no me voy al super antes de que cierre tampoco lo estaré esta noche(vieja)- así que todo es fruto de una mezcla de desvelo nocturno reiterado desde hace un par de semanas y... una. que es así.

Echaba de menos este blog. Sí, lo echaba de menos. Y ¿porqué? Porque representa una parte de mí que me gusta mucho. La parte que habla de todo pero tomando distancia. O la que divaga -como ahora, no es necesario que nadie me lo diga...-.

Cierto, estaba disculpándome. El asunto es que... leo cosas por ahí. En otros blogs, en otras webs, en otros foros... y me entra el complejo. ¿En serio han escrito eso? Y es que comienzo a leerlo y zas... principio, nudo y desenlace... pero coño, que no puedes parar, eh. Ahí te tienen, metida en situación y deseando que te foll... Bueno eso porque es el último que he leído. Pero también los hay que te encantaría matar a alguien o que te invade una gran ternura. Esto último menos, pero porque como lectora tiendo a guarrilla; no así a nivel personal, que soy más emocional. ¡Eso es! Este blog es más emocional, como yo.

Sigo (lo sé, hablamos de pollas y coños y me despisto, y eso que nadie los había mencionado). Uhmm... ah, sí. Que hace dos años era capaz de escribir tres relatos en una noche y sin pensar nada, y ahora pienso demasiado y no escribo nada. Wow... y he aquí porque no pago a un loquero para que me haga hablar, yo solita me basto.
Y eso que -y sé que no me creereis- no expreso todo lo que siento. Mi filtro es como un colador grande, así que se cuelan más cosas que a un tipo corriente, pero siempre quedan pensamientos que no pasan. Esto me acaba de ofrecer una imagen mental muy clara del problema. Por muy grandes que sean los agujeros del colador, si algunos pensamientos no pasan, cuando muchos se acumulan, nada puede pasar. Me colapso. Y creedme si os digo que el estres que eso ocasiona puede ser muy grave.
He encontrado la manera de desatascar el colador. Ni siquiera sabía que era eso lo que hacía, pero claramente soy más lista cuando no pienso -humor, bendito humor-. Así que tengo un par de... llamemoslo... recipientes, donde volcar esas ideas. Lo que pasa es que ni siquiera ahí puedo volcarlo todo. Muchas simplemente las saco con la esperanza de que tarden en volver al colador.


Si esto fuera un discurso de los Oscars (sí, sí, con s final, jeje) ahora mencionaría a mis seres queridos, como... en realidad sois muchos, pero hoy mencionaría al cordobés. Más que nada porque su colador está también muy lleno, aunque a mí no me cuente de qué, y mi deseo es que sepa desatascarlo antes de que sea tarde.

Y si hay algo que adoro de este sitio es que siempre salgo con una sonrisa.

Mis mejores deseos para el 2016, y sed felices

domingo, 27 de diciembre de 2015

Reinventarme

Te voy a ser sincera. Cuando me releo... no aquí, o en todas partes... me doy cuenta de quién soy exactamente.
Cada relato que leo, cada poema que he escrito, cada frase, cada verso... son como una imagen reflejada en el agua. Tal vez no sea del todo yo, pero es mi alma, tallada a mi imagen y sentir. Y cuando me releo se me contraen las tripas. Lo siento en cada poro y se me electriza cada palmo de la piel.

Y no voy a mentir, me da vergüenza mostrarlo. O quizá es tan personal que me da miedo una crítica. Porque yo no escribo porque sea buena, escribo porque lo siento. Porque necesito expresarme. Y... sólo cuando necesito expresarme.
Es por eso que ahora callo en mi lugar favorito. Buenas o malas, lo que yo expreso son las emociones, y ahora están cansadas. Adormecidas.
Necesito volver a sentir. Reinventarme. Y sobretodo, recobrar seguridad.

domingo, 4 de octubre de 2015

Cuenta la leyenda... que vendrá otro y lo hará por ti

Cuenta la leyenda que si tú no te ríes de ti mismo vendrá otro y lo hará por ti... Y oye, algunas cosas son demasiado personales para que venga otro y las haga.

Empezaré diciendo que soy una llorona y una penas. A la que me descuido estoy lamentando algo. Que si no tengo con quien salir, que si no tengo gente para quedar, bla, bla, bla...
Pero vamos a ver, alma cándida... tú quedas, pero dos veces al mes.  Lo que pasa es que un finde sola consta de más de tres horas libres y entonces sientes que se te echa el tiempo encima. ¡¡Con la de oportunidades de limpiar que ofrece eso!! Y de leer. Nota mental, pasar por la biblioteca.
Además.... como dicen las webs especializadas, esas tres horas son tiempo de calidad. Y que hay que distinguir entre cantidad y calidad lo sabemos todos, pero puestos a pedir... ¡queremos calidad en cantidad! Nota mental, poner eso en el estado del wass, que vaya quedando claro...

Ya sé,  ya sé... me estoy pasando un  poco. Seguro que hay más temas. Por ejemplo que siempre me quejo de que no tengo a nadie con quien hablar. Me parto. La realidad es que si me dejas hablo un huevo, pero total para lo que digo. Hazme caso, que yo  veces hasta me escucho. Bueno, lo que pasa es que llevo un desfase de tres segundos y para cuando me he escuchado no puedo darle rebobinar y borrar. Como echo de menos las cassettes... puta era moderna.
Pero en serio, yo me bloqueo al hablar de política, no me sale argumentar en temas de actualidad y si no son frivolidades se me nota que no hay nada. Nada en mi cabeza, digo. Y lo peor no es eso. Lo peor es que ni para escuchar valgo, que me cuesta mucho estar callada. Pero eso lo estoy trabajando... aunque no aquí.

Que las personas que quiero están lejos. No, si es que te pones a sacar pegas... y te quedas solas. Pero si hoy no hay distancias. Si te pones hasta puedes follar en la distancia, que no sabe igual (estoy sembrada que no veas) pero si le pones ganas cansa igual. O parecido, que me he venido arriba.
Y además... esto me lo vais a permitir (y como no os escucho tampoco me preocupa si no es así) para que te apuñale por la espalda una cretina que ves a diario, mil veces prefiero gente que esté lejos pero en quien poder confiar.
Y también se puede reír a distancia.

Jeje... de esto no me he quejado -creo- por aquí, pero a veces digo que echo de menos un abrazo, y no diré que miento. Pero la realidad es que me cuesta mucho darlos. Así que tal vez eso sea culpa mía. Soy de esas personas que necesitan mantener su espacio personal intacto, y al mismo tiempo se entregan por completo cuando deciden romperlo. Ah bonita... te jodes y aprendes que hay términos medios. "Toi en eeeeello", y no me ves, pero arrugo el morro.
Además no soy una persona espontánea con lo cual rara vez me voy a lanzar aunque quiera hacerlo. El último que recuerdo fue de despedida en un aeropuerto, hace un par de años. No diré que no ha habido más abrazos espontáneos, pero ese fue el que marcó una nueva etapa. La de "toi en eeeello". Jajaja. No, que va. Tengo la sesera muy dura.
Va a ser que reírse de una sí funciona.

Y bueno, ahora no caigo. Podría quejarme de mil cosas. En serio, podría. Pero por hoy ya está bien, que total ni escribo tan bien ni el tema da tanto de sí. Besitos....

domingo, 27 de septiembre de 2015

Triste

Triste es hablar con uno mismo, porque por mucho que escribas, eso no suple una frase, un sonido, una voz.
Triste es que no haya nadie al otro lado, y que tu anhelo sea ignorado.
Triste es cuando te escuchas, contestando a tu conciencia. Cuando ríes tú tus chistes y murmuras sin quererlo.


A veces he leído frases de esas tan difundidas por facebook y supongo que por otros medios, pero que yo no visito. Son frases de esas tipo que nos valen a todos y a ninguno, porque según tengas el ánimo son fáciles de aplicar. Las mejores son aquellas que vienen a decir que pasas de aguantar al resto porque tú lo vales. Y vaya si lo vales.
En concreto tras esas frases yo veo un enrocarse en la propia soledad que hoy nos asola a la mayoría, producto de tanta tecnología. Es tan sencillo mandarnos un emoticono y cuatro frases que a veces olvidamos que no es todo.

En mi caso, no tengo nada que reprocharle a la tecnología.

Me pregunto si existen fenómenos reguladores por parte del Universo, que equilibren a su modo los excesos.
Calculo que si dos personas se quisieran en la misma medida, si ambas fueran capaces de ofrecer un amor ilimitado, eso sería directamente injusto con el resto de la población. De ahí que aquellas personas que son capaces que amar por encima de sí mismos, rara vez reciban lo mismo.

Desde hace un mes soy un recipiente hormonal con patas, todo controlado médicamente, que nadie se altere. Y no quiero echarles las culpas pero hoy estoy algo triste.
Estoy triste porque me lo ponga tan difícil. Por su amabilidad tan manida. Porque ahora no me queda nada.
A ver... nada tampoco. Sé que me queda todo. Pero es que todo es demasiado amplio. Es como entrar en un centro comercial de esos en los que está todo expuesto. Montones de percheros, de estantes, de expositores. Y miras aquí y allí y no tienes claro lo que ves. Y quizá es porque tampoco buscas nada.
Interesante esto último por cierto...

Aunque al menos sabes lo que no buscas. Y eso ya es mucho.

Sería...

Sería tonta si no viese la distancia
Sería boba si dudase que no hay nada
Sería idiota si creyese aún en las hadas

Sería otra si la luna no me hablase
Sería ajena si al latido no escuchase
Y quién sería si al instante no vibrase

Y es que el silencio me resulta tan vacío
Que no me importa lacerarme en el camino
E invento sueños que transformo en realidades

jueves, 24 de septiembre de 2015

Orgullo de madre

Desde que me he separado y vivo sola con mis retoños no tengo tele. Como muchas de mis decisiones fue algo que vino sin pensar. Sobre la marcha.
La que tenía en la otra casa era de las de toda la vida (si habéis visto los Gnomos, los Snorquels o Falcon Crest sabéis de lo que hablo) y me dio peresa traerla. Pensé que sería mejor una más pequeña para no hacerla el centro de la casa.
Entonces dudé entre colocarla en el comedor(-cocina) o el salón (-dormitorio). Me decantaba más por la primera opción pero también pensaba que ver pelis largas en una mesa de comedor no resultaba práctico. Así que simplemente decidí prescindir de ella.

Como se puede imaginar no es una decisión que sólo dependa de mí (aunque no olvidemos el poder manipulativo de una madre... frente a la cabezoneria de su prole). No llegó la sangre al río.
Decidimos que podíamos vivir sin tele pero con ordenador con pelis. Y reconozco que no es un mal plan.
Esto me deja con mucho tiempo libre que antes se llevaban programas sin sentido, discusiones y/o negociaciones acerca de cuanto tiempo podían pasar frente a la tele, y además nunca podía ver nada de adultos hasta última hora del día con lo cual trasnochaba más de la cuenta.
Y no olvidemos que la programación ha ido mutando hasta que cualquier cosa acaba a altas horas de la noche.

No negaré que echo de menos Gran Hermano,  pero desde que decidí que tampoco me presentaría como concursante he perdido interés.  Yo es que soy así. De amores y desamores.
Además ahora tengo una vida sorprendentemente caótica y centrada a un tiempo.  Y hay muchas cosas que me hacen sonreír. Creo que eso es importante.
La base es aceptar lo efímero de la vida y disfrutarlo. Algunas cosas duraran dos días y otras dos años.  Y algunas quizá te sorprendan y no tengan fecha.
Pero la base es disfrutar de todas en la misma medida. Y cuando aceptas que nada es tuyo más que en la medida que quiere serlo... eres el puto amo.

Y además ayer me enteré de que mi hijo disfruta diciéndole a sus compañeros que no tiene tele solo por ver la cara que ponen. Si eso no es para estar orgullosa... ya me diréis qué lo es.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Estoy happy, aunque escribo sinsentidos

Estoy happy. Sí, se que anoche divagué un poco. Y la verdad es que esta semana está resultando especialmente ajetreada con el comienzo del curso escolar y el comienzo de mi nueva vida, pero lo disfruto.
Además estoy en ese bonito punto en el que comienzas a quererte a pesar de. Te quieres a pesar de que antes eras más guapa; A pesar de que antes eras más joven. A pesar de. De pocas cosas más, porque yo de tipo no he cambiado, doy fe porque el finde localicé en el trastero un par de vestidos de hace quince años y... bueno, hoy he llevado uno. El otro está en fase de cambio (le he dado un tajo de metro y pico a la falda). Un tercero lo reservo para Navidad que es de fiesta, jajaja.
Así que me quiero, no por estar buena, que eso ya es subjetivo, sino porque soy feliz. Y esto es un bucle, cuando te quieres eres más feliz y así mientras aguante el cuerpo.

Vamos a ser sinceros... yo me veo muchas pegas en el espejo. Pero muchas. Si me paro a mirarme me entra un ligero bajón porque tengo tripilla, o porque tengo arruguitas de expresión, o porque.... en fin, creo que me entendéis, no voy a poner al descubierto todos mis puntos flacos. Pero mira, la realidad es que dentro de algunos años será peor, igual que hace algunos años fue mejor. Así que me miro así en conjunto, y me valoro. Y si a alguien no le gusta, pues que mire a otra más mona.

A veces
nos llega un momento en el que algo nos bulle por dentro
y algo nos obliga a salir de la zona de confort,
que más que otra cosa,
nos ahoga.

Hace cuatro años
me hice mi primer tatoo grande y visible.
Hoy se me ha quedado pequeño,
aunque lo sigo amando.
Fue parte de un proceso de cambio
de un camino que ni siquiera sabía que había comenzado a andar,

Y hoy he decidido que ha llegado el momento
de marcar una nueva etapa.
Sigo en la senda
pero quiero dejar constancia de que soy más fuerte
y sobretodo
de que me siento feliz.

Y qué mejor que señalando al Norte
y a bordo del mejor navío.

Y es que la mejor locura es aquella que nunca te atreviste a hacer por el miedo al qué dirán,
y hoy te da igual lo que digan porque es el no hacerlo lo que sería locura.


Mil perdones. Cada día escribo peor y se me entiende menos, pero vosotros no habéis estado en mi cabeza.....

Eran las cinco la mañana. ...

Reconozco que vista desde fuera parezco ñoña.  Y tampoco vamos a engañarnos,  un poco ñoña debo ser. O soy. Pero es que yo soy así.

Y si mis textos son así,  yo mucho más.

Por alguna razón que no recuerdo este finde me di cuenta de que no soy sociable.  M. dice que sí porque puedo desenvolverme más o menos bien, pero la realidad es que sigo agobiandome. Y es que siempre tengo la sensación de que estoy haciendo el idiota.

Relacionarse es difícil.  Tienes unas expectativas y... muy probablemente no se cumplan.  Si tienes suerte y se acercan a lo deseado... ¿deberías dar las gracias?  Supongo que depende de lo ambicioso que tu seas... y de lo inconformista. De eso y de las decepciones que hayas tenido a lo largo de tu vida.
¿A más decepciones más conformista? Uf, complicado.  No creo que sea directamente proporcional pero algo influye. También puede tener el efecto contrario.  Puede acabar por darte todo igual. Creo que hay un poco de todo.

Yo creo que, en situaciones concretas,  sufro una dicotomia entre quien soy y quien acepto ser. Lo bueno es que no es todo el tiempo.

Además no es que supere mis miedos a la hora de hacer ciertas cosas,  simplemente los acepto.  Se que no van a desaparecer así que paso a travesías de ellos asumiendo que posiblemente la cague. Normalmente nunca es tan grave porque cualquier cosa que suceda rebasará mis expectativas.  Soy así,  no espero demasiado.

Pero a veces.... bueno a veces es imposible no tener ilusiones concretas (he aquí la dicotomia de la que hablaba) y entonces es cuando más miedo tienes. Te agarra el estómago hasta acabar contigo.
Por eso creo que una de las mejores formas de vivir es sin expectativas ni sueños.  Pero no me sale. Porque para eso hay que ser indiferente a todo y yo siento demasiado.

En realidad soy un bichillo social pero raro. De esos que desean la compañía de otros sin perder su propia individualidad.  Y claro que lo hago.... pero es difícil de compaginar.



Detesto cuando quiero decir algo
Que ni tan siquiera sé que es
O si lo sé ni tan siquiera me lo he dicho
(en voz alta)
Pero son las cinco y quiero dormir
Perdón por el desatino

domingo, 13 de septiembre de 2015

Lo que dentro de 20 años será relevante

Un día estás viendo el telediario y, entre guerras y virus, entre odio y hambre, te sorprende una noticia. Una noticia que te preguntas qué la ha hecho merecedora de colarse en esa realidad diaria que te recuerda que el fin del mundo ya está aquí.
Y ves a un tipo subido en su barquito navegando sin más. Sin hipoteca aparente. Sin fin de mes. En mi ironía me pregunto de qué vive. De dónde saca esa botella de buen vino con la que saluda a cámara.
Y entonces escuchas que tiene un Blog. Un cuaderno de bitácora virtual. Y empatizas. Te sientes menos insignificante por mucho que el tuyo sea menos interesante y no te salgan patrocinadores. Oye, su vida puede ser más interesante pero es la suya. Y no la envidias.
Y escuchas que su frase, su lema, su premisa… es pensar en lo que dentro de 20 años será relevante. En si ha vivido.
Y cuando algo te recorre de arriba abajo, escuchas a tu lado… “estoy de acuerdo con él”.


Y piensas en el cinismo de este mundo.


Texto escrito en el verano de 2014

miércoles, 9 de septiembre de 2015

El comienzo de curso me dejará la sensación de que ya es lunes

Estoy rara de cojones.
Para empezar llevo desde el lunes con la sensación constante de que es lunes. Todos y cada uno de los días.  Es raro... porque es como si mi cabeza hubiera congelado este momento en el continuo espacio-tiempo.  Sí. ... suena pretencioso,  pero estoy agobiada y tengo derecho a tirarme el rollo.

A ver... mañana empieza el cole y eso me está creando una ansiedad que no esperaba.  Como si me exigiera una madurez que ya no estoy segura de poseer.
Y todas mis buenas ideas parecen tonterías ahora.

Los niños duermen y aunque mañana no es lunes, el inicio del curso probablemente me deje esa sensación. Y hoy ha sido un día flojo en el trabajo.  Necesito suerte y remontar... y eso que ya asumo que no es suerte. Es confianza y no cejar.

Si trato de cerrar los ojos no me duermo,  pero si hago otra cosa no me tengo.  Que cabron que es mi cuerpo.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Voy a simplificar

Definitivamente he entrado en bucle. Y eso es malo porque se me acumula la energía y no tenho vía de escape.  Y al final acabo retroalimentandome y la voy a liar.

Pero no.... que estoy trabajando el asunto de la contención.  O más bien el de la madurez o su puta madre.
He entrado en bucle y estoy enfafada y ya no se ni porque.  Y la realidad es que busco guerra. Pero ya no soy la inconsciente qie era y he quemado algunos puentes (bien por mí) que me impedirán perderme en la batalla.
Porque en el fondo eran batallas perdidas, vacías de contenido.
Pero me he hecho mayor (psss puritita mentira, pero aquí estamos) y mejor diluirme entre letras que perderme en la nada. La nada.... ¿habéis leído Momo? La nada es una mierda.  Se lo traga todo y solo te queda vacío.
A mi eso no me pasa. Siento las letras bullir entre mis venas, y en mi pecho. Si las escucho me hablan de sexo, de peleas, del calor de unos cuerpos. También me hablan de caballos, dragones y espesura verde en la montaña.
No les hago mucho caso porque son solo dibujos breves sin continuidad. Son más escalofrios internos que frases con sentido.
Es casi echar de menos un buen polvo, el beso que te cuenta qué te espera. Los dedos que se aferran a tu nuca. No quería hablar de sexo pero estoy enfadada y además en tiempo de abstinencia involuntaria así que... qué más da.

Creo que lo hago todo muy complicado.  Voy a simplificar.  O duermo o limpio.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Aprender a soltar

Aprender a soltar.

Dicho así es posible que alguien piense en soltar lastre, no cargarse con tensiones y preocupaciones sin sentido o solución.
Bueno, eso por supuesto. Pero eso lo tengo más o menos conseguido. Vengo, suelto un par de burradas donde lo necesito y me relajo.

No es eso.

Soltar...

No estoy segura de cómo expresar esto, pero a veces estás tan falta de algo que cuando lo tienes al alcance de la mano no eres capaz de controlarte y tratas de hacerte con todo.
Algo así como cuando pasas mucha hambre y tienes ante ti una mesa llena de comida. Lo más probable si nadie lo remedia es que acabes con espasmos en el estómago y vomites todo lo que hayas ingerido.
Ni siquiera has sido consciente, pero lo has hecho. Has tratado de suplir una carencia en un instante, y eso no puede llevar a nada bueno.
Quizá por eso cuando tienes poco dinero y cae en tus manos una gran cantidad tiendes a cometer excesos y... dale tiempo, posiblemente pierdas el Norte.
También están las carencias emocionales y la consiguiente dependencia al primero que te muestra algo de cariño. O a veces ni siquiera eso.

Pues bien, cuando tienes identificada tu carencia debería ser más fácil, pero no siempre lo es. 
Albert dice que soy una loca no peligrosa, y ambos sabemos que tiene razón. Pero una cosa no quita la otra.

La cuestión es... que tengo una carencia bastante grande, que mantengo generalmente a raya.
El problema es cuando me encuentro con "una mesa llena de comida", entiéndase la metáfora. Reconozco que me resulta muy difícil mantener esa calma interior que se requiere y que te permite disfrutar de un sano picoteo sin perder los papeles en el proceso y abandonarse a la gula.

Cierto es que como asceta no tengo futuro, pero... autoinfringirme dolor tampoco es lo que quiero.


Al César lo que es del César
y a Tatu lo que es de Tatu.

Tengo demasiado que ofrecer
pero tengo que reconducirlo
aprender a filtrarlo
Tengo que canalizarlo.

A veces se me olvida
que soy energía atómica
en un pequeño cuerpo
con presencia indiferente.
Transparente.

A veces brillo tan fuerte
que hasta me ciego
me deconstruyo
y el aire vibra.
Y entonces quiebro...

No esperar nada
ya lo domino.
Nada, de nada.
Duele soñarlo.
Por eso vivo.

Ahora falta soltar,
cuando recibo.
No dar por hecho
que hay más que esto.
Instante.
Eterno.
Finito...

martes, 1 de septiembre de 2015

Esta calma en la que habito

Es curiosa esta calma en la que habito. Es curioso este silencio en mis demonios.
Es curioso que el espejo me refleje. Y es curioso que me sonría al mirarme.

Y es que este ha sido sólo el primer paso, y es que me queda mucho por delante,
pero la paz que siento en este instante, se desliza constante en cada poro.
Y aunque me juzguen con otros raseros, porque no hacerlo tal vez sea imposible...






...la realidad es que bajo la calma sigo estando yo,
y eso me gusta.

Y me sigo gustando, y me recuerdo.
Y me encuentro, y sonrío...


...cuando todo va mal, y cuando todo va bien.
Sonrío cuando la imagen se confunde entre lágrimas
 y cuando la visión es tan clara que me olvido.



Y un suave zumbido suena en la lejanía.
Suena bajo mi piel.
Callado.
Y tremendo.


Y juego al ajedrez contra mis miedos,
y me enroco a sabiendas de que pierdo.
Y es cuando lo tienes todo perdido
que arriesgas lo que tienes
y algo ganas.



Porque sé que seguiré cayendo y levantándome.

Pero hoy estoy calmada.
Con las velas calladas.

Y también hay que acostumbrarse a eso.

lunes, 31 de agosto de 2015

Yo ya no doy explicaciones

Hay una cosa que he aprendido en este tiempo.  No quiero darle explicaciones a nadie.
No me interesa el amor más allá de mis hijos. Del concepto en sí.  De la ilusión sin más.
Me niego a ceder ni un ápice de mí.  A argumentar un porqué.  A defender una acción.
Yo no te pido que te guste y tampoco te pido que lo aceptes.
Yo no te quiero cuestionandome y tampoco te quiero ni observando.
No. Yo no acepto a nadie que venga a decirme cómo siento o como vivo.
Ni quiero importarle nada a nadie.

Yo no quiero darte explicaciones y yo a nadie quiero que me importe.
Prefiero la distancia y el vacío.
Yo no quiero importarle a nadie y que me importe... porque luego habrán porqués. Habrá que dar explicaciones.  Habrá que justificar. Y me niego.
Si ye gusto ten bien claro que no me importa. Que es tu problema.  Y que cuando se te pase te puedes ir por donde has venido.
Y si alguna vez me gustas, que es más probable. .. no hay problema porque ya nada espero. Y se que es puntual. No significa nada.  Te mando al saco de las decepciones antes de que abras la boca. Seguro que podía ser peor...

Yo ya no doy explicaciones.
Y si me justifico de nuevo es que soy tonta.

Hoy se me ha hecho de noche otra vez. Tonta. Tonta. Tonta...


Tonto tú. Tonta yo. Tonto hasta el apuntador

Qué día más tonto. Más idiota. Más estúpido.
Y empezó bien. Empezó francamente bien.  Hasta me sacó esa sonrisa tonta que te viene dada de la felicidad.  De la alegría tonta que viene de lo inesperado y a la vez imaginado.
Hubo varios motivos para pensar en verde. Para sonreír.

Hasta que cometí el error de creer que todo iba bien.
Y él se encargó de vanir a joderlo todo.
Su prepotencia.  Su desprecio. Su superioridad moral.
Hijo de puta.

Si... ya sé que a las madres no hay que tocarlas. Yo lo soy. No se trata de ella sino de él.  Puto gilipollas.
No debería sorprenderme y tal vez exagero.
Saca lo peorcito de mí.  Siempre lo ha hecho.
Y por extensión se jodió por otro lado. Debería haberlo visto venir. En este caso es más mi culpa que otra cosa. Y he decidido que no vuelva a pasar... a veves querer no es poder. Y a la tercera ya me he dado cuenta.

Pero el otro ha conseguido joderme la noche. Eso por respirar.
Tonta yo. Y muy tonta por cierto.  Mucho.
Y a él paso de calificarle. GILIPOLLAS lo define un poco.

Y tampoco era un buen día para tontear por otro lado, y más sabiendo dónde acabo siempre.

Mañana lunes. Me reafirmo. Benditos lunes.

viernes, 21 de agosto de 2015

Un poco boba (la entrada y yo)

Vale.... una se pone a pensar y la realidad es que no sé cómo coño se recrea una gran sonrisa en palabras. Cómo la felicidad de una tontería y que te hace vibrar por cada poro de tu piel, puede mostrarse.
No lo sé, a veces me siento tan perdida que cuando de pronto un rayo de luz atraviesa la espesura y me acaricia la piel es como si todo se volviera dorado. Como si mi piel fuera terciopelo y una explosión de dulzura se deslizara por mi columna y mi todo.

Y es que no pido tanto, quizá por eso a pesar de todo me sigo emocionando con las pequeñas cosas.
Y es que no sé cómo explicarte las ganas de girar sobre mí misma. Bailar. Flotar. Respirar.

Y el nudo en mi garganta por ser tan boba. A veces es bonito ser un poco boba.

A vosotros os tengo sujetos a una mano, ya formáis parte de mí de una manera u otra. Creo que no podría prescindir del cariño que muchos ya me ofrecéis de forma incondicional, por aquí y a veces por otros medios.
Pero fuera de aquí aún me siento insegura... porque cuando te llevas muchos desengaños simplemente lo das todo por perdido. No por ello dejo de ser exactamente yo... pero siempre esperas el vacío. Así que cuando alguien me corresponde... me emociono. Soy así de tontita. Y me da igual lo que dure, porque esto me lo he llevado.



Hace unos días me vino a la mente una imagen algo dura de algo que me contó mi padre.
Él era montañero e iba con un grupo, y en una parada a comer se les acercó un perro a ver si le daban algo de comer.
Estaba abandonado y aunque mostraba cierto recelo se acercaba mucho.
Mi padre se fijó como se acercaba a uno de los compañeros, que estaba comiendo un yogur.
El perro fue acercándose mientras el hombre le miraba sin moverse ni decir nada.
Finalmente acercó el hocico y el hombre, que mantenía la cucharilla en alto, simplemente aflojó el agarre y le golpeó en el cráneo.
El perro salió aullando.
Mi padre miró con cierto horror y sorpresa y el hombre le dijo:
"Cuanto antes aprenda a tenernos miedo mejor para él. Esto es lo menos que podría pasarle".
En ese momento mi padre reflexionó.
El perro estaba muy arriba en la montaña donde nadie iba a llevárselo, y de ser así lo tendría todo ganado.
Pero hay gente que no tiene escrúpulos y en cierto modo su actitud confiada no le haría ningún bien con según quién.

A veces me siento un poco como ese perro, con cierto recelo pero no por ello he dejado de confiar.

domingo, 9 de agosto de 2015

El valor de tu vida

Cada minuto que pasaba era como una losa. La distancia parecía aumentar a cada kilómetro recorrido. La mirada siempre en el horizonte. Mi madre acaricio mi cabeza. La fiebre seguía subiendo, si eso era posible.
Al mirar hacia arriba podía ver el cielo y las copas de los arboles pasar a toda velocidad a través de la ventanilla trasera del coche. Me perdí un momento en aquella imagen.
Escuchaba palabras. Voces. A los cuatro años no era capaz de prestar mucha atención a lo que se decía, pero la fiebre tampoco ayudaba.
Tras eso lo siguiente fue una sala oscura iluminada de blanco. La cara de una mujer vestida de blanco pidiendo a mi madre salir de la habitación.
Podía verlo en la distancia. Desde una esquina del techo al tiempo que desde mis ojos.

Y el asunto fue serio...
Lo suficientemente serio como para gastar opciones. Pedirle a Dios. Rezar. Maldecir. Comprar pescado fresco en la lonja para devolverlo al mar a ver si el karma me correspondía. Y... bueno, un poco de todo.
Así que desafiando al año de la Serpiente que predijo que no saldría adelante, acabé por cambiar de nombre. Larga vida, me nombraron.

A veces el valor de tu vida no es el tuyo propio, sino el que tiene para otros. A veces vives precisamente porque otros lo necesitan, aunque esa  vida sea la tuya.

martes, 4 de agosto de 2015

Y te sientes segura en la distancia


-Y te sientes segura en la distancia.


Ella se quedó callada a sus palabras. No se movió ni un poco. Sólo sus ojos se clavaron en los suyos y una sonrisa le restó importancia. Bajo la piel en cambio estalló la tormenta, que fue aplacada con mano de hierro.
"Sí" pensó ella, pero no lo dijo "por eso es hoy todo lo que tienes".

martes, 21 de julio de 2015

La vida es un cúmulo de elecciones

Y de nuevo aquí, frente a la pantalla en blanco, me doy cuenta de cómo los lunes se suceden, uno tras otro, sin piedad ni interés por nada.
A pesar de todo yo los disfruto. Disfruto de mis rutinas, de mis ratitos de libertad... Porque la rutina me ofrece ese momento de no pensar, ese momento autómata en el que de pronto la mente se libera y se deja llevar.

Y aunque no soy mujer de rutinas, y aunque soy un desastre con mis obligaciones diarias.... al final no puedo evitar morir aquí cada lunes (o martes...). Porque no hacerlo significaría... no lo sé muy bien. En parte abandono, en parte soledad. Y en parte sería asumir que no tengo nada que decir, y eso aunque ya lo sabemos tú y yo, me niego a confirmarlo. Al menos aún no.

Hace ya tiempo que asumí que la vida es un cúmulo de elecciones que nos llevan hasta el lugar dónde estamos. Elecciones simples, como qué vestido ponernos, dónde ir a cenar, o si salir una noche. Pero no tan simples cuando un sólo cambio en la cadena varía tanto las consecuencias.
Pero no es tan sencillo. Es decir, cada día, cada acción, es en sí misma una elección. Nadie te saca de la cama a empellones para ir a trabajar. Sí, es cierto que trabajar es necesario, que necesitas el dinero. ¡Te despedirían si no fueras! Ya, ya, pero es tu elección. Y coincido con ella (aunque también podría no hacerlo, todo depende).
A lo que voy. Que en un momento dado decidamos ir a trabajar, no evita el hecho de que alguien puede despedirte. Es decir, que tu elección se ve irremediablemente influida por factores externos, algunos de los cuales ni tan siquiera se verán afectados por nada de lo que tú hagas. (Ya lo sé, ya lo sé... hoy digo obviedades). 
Pues bien, yo voy más allá.

No sólo la actitud que tengas ante la vida puede variar las cosas, sino que las cosas que hagas a pequeña escala, pueden repercutir a gran escala. A veces la acción más simple puede ser justo aquello que nos condicione años después a la hora de dar un gran cambio, del tipo que sea.
A veces algo tan simple como apuntarte a un foro, o escribir un mail, pueden convertirse en un baile de circunstancias que te lleven a poner tu vida del revés. O quizá a quitarte aquella máscara que daba a tu vida un fingido aire de normalidad. Quizá te lleven simplemente a vivir a tu manera en lugar de a la manera de otros.

Sólo es un ejemplo. Un ejemplo de martes, y he de reconocer que se me dan mejor los lunes ;)

miércoles, 15 de julio de 2015

Me encontré a mi misma en la carretera

Hace varios días que tengo pensada la idea que voy a escribir hoy. En realidad fue la idea de los lunes, y siendo miércoles tal vez haya perdido algo de sentido, es algo que suele ocurrirme.
Cuando más ideas me surgen es al volante, con la música de fondo, el aire acondicionado puesto y esos.... diez, quince minutos en que simplemente no hay nada más que el instinto, porque al fin y al cabo conducir es instinto.

Pero a lo que vamos, se me ocurrió de pronto mientras el cuentakilómetros marcaba los 100/h.
Tengo la mala costumbre de escanear el asfalto con la mirada por si veo animalillos atropellados para santiguarme y bueno, pedir por ellos. Cuidadito con esto, que el otro día se me cruzó una paloma y no quedó otra que atropellarla, aquello parecía una guerra de almohadas en plena autovía. Aunque eso fue otro día.
Allí andaba yo conduciendo, y últimamente no me vienen ideas lujuriosas a la cabeza, como la última vez que casi me comí una rotonda. Ahora ando en mi versión mística y filosófica. Claro, que como cualquier mujer pues soy un compendio de emociones encontradas. Y eso sin la menstruación de por medio, así que hazte una idea.

Bien, ya estás en situación. Tenía una amiga que se ponía de los nervios cuando hacía esto. Ella preguntaba "¿sabes dónde está tal sitio?" y yo contestaba "¿conoces tal sitio?", "¡sí!", "pues no es ahí, pero si lo dejas a tu espalda y giras a tu derecha..." y así hasta llegar. Nunca entendí sus mosqueos.

La cuestión es que de pronto me encontré a mí misma en la carretera. Y pensé que yo soy una gatita persa. Sí, sí, ya sé que esto no te lo veías venir. Pero es que todo cuadra.
Lo pormenorizo:

-Hay gente que tiene alergia a los gatos, y aunque no estén presentes el pelo de gato los pone fatal.

-Los gatos eligen con quien quieren estar. A ver si te crees que tú has elegido al gato, chaval.

-Son independientes. Aunque no por ello solitarios.



Y, aunque no lo he dicho, son preciosos. Yo es que me veo más como una pantera negra, con los ojos dorados, tal vez un guepardo.... pero tengo la impresión de que me quedo en gatita de angora. Que oye, felino es.


viernes, 10 de julio de 2015

Cosas que marcan la diferencia

Hace algún tiempo descubrí que nunca he estado enamorada. No sé lo que es estar enamorada. He querido mucho y me he entregado sin pedir nada a cambio. Pero no era amor. 
Tal vez sea que no estoy capacitada para hacerlo. Quizá el creer en el ser humano por defecto me incapacite para amar a un ser humano en concreto.

Últimamente se me echa encima la vida sin preguntar si puedo con ello. Y puedo, qué remedio. Pero es cierto que pasa factura.
Algunos días llego a casa y ni siquiera soy capaz de comer. Sólo me tumbo en la cama y me quedo dormida hasta que un par de horas después el hambre me despierta. Y no tengo a nadie con quien quedar, a nadie que haya recorrido conmigo un lapso de mi tiempo pasado. Pero sé dónde no quiero acabar, así que tiro de arrestos y me saco un plan de la manga porque para seguir vivo no sólo basta respirar.

Pero... a veces hay cosas que marcan la diferencia. Y eso es lo único que importa.

miércoles, 1 de julio de 2015

Y sigo viva

Las emociones se han metido en una caja
La luz del sol se me ha tornado luna nueva
Y la esperanza me ha dolido en lo más hondo

Y sigo viva.

Aunque a veces lo dudo, aunque a veces...

...a veces me descubro entre la bruma
y el dolor que me invade se atenúa.


Sí, lo sé. Peco de dramática. Pero a veces duele más de lo que debiera ser fiel a uno mismo.
Y tampoco pretendo más que expresarme.
Sólo... llevo mal el estres.

domingo, 28 de junio de 2015

Así soy

Es posible que no siempre sepa lo que quiero
o que a veces no sepa lo que hago....
pero nunca hago algo que no quiero.


miércoles, 24 de junio de 2015

Hay caminos que no pueden desandarse

Lágrimas.
Tan necesarias
como molestas
Tan dulces
como amargas
Te agotan
y te liberan
Caen rodando
una tras otra
Te vacían
y te limpian



A veces releo poemas antiguos... y puedo sentir aquel punto en el que lo escribí. Hoy no me quedan lágrimas porque ya las vertí todas. Ahora me queda la certeza de que he pasado página. Que hay caminos que ya no pueden desandarse, aunque el trayecto fuera duro y a veces entrecortado.

A veces me echa en cara que nunca le he querido... pero tengo tanto escrito... tanto vertido... que no me valen chantajes envenenados. Aunque vayan a donde más duele.


Crujiente

Ya hace tiempo que no escribo. La verdad es que hace tiempo que no conecto el ordenador, que lo miro pero no me decido a encenderlo, a ponerme ante la pantalla, a leer y desde luego, no me decido a contar nada.
Pero no es por falta de ganas. Es que quizá no estoy segura de que contar. Hay días en que todo parece ir de maravilla. Días que siento que puedo con todo y me lleno de energía. Pero también hay días en que todo se me viene encima y de pronto al mundo le cuesta girar. Y me vuelvo.... no una cínica, sino más bien pasiva ante la vida. Me da igual una hora que otra, un día que otro.
A veces me cansa este bucle que no acaba de soltarme y cierta desolación se interpone entre cualquier visión del futuro y yo. Sólo puedo mirar al instante que me aborda, porque ni siquiera soy yo la que avanza.

Todavía hay rastros de ese sentimiento de no ser lo bastante buena para nada. De no ser capaz de relacionarme con los demás. Y eso que en general he dejad atrás, muy atrás, ese punto. Pero a veces me invade esa certeza. La de que nada vale la pena.
Y aun así, no puedo acomodarme en esa sensación. Me chirría, me rechina. Y entonces me vienen a la mente cosas estúpidas como que "crujiente" era la palabra favorita de una americana que vivió un año en casa. Y lo era por su sonoridad. Reconozco que a veces me descubro a mi misma vocalizando (no siempre en voz alta) la palabra y todavía me saca una sonrisa. "Crujiente". Creo que en cierta manera es una palabra que hace honor a sus significado, porque cuando estás a mitad de palabra sientes que una tostada calentita se deshace en tu boca y migas de pan tostado caen al suelo mientras saboreas la mantequilla, el aceite o lo que te guste ponerle a la tostada.
Sí, reconozco que a veces pensar en eso me ayuda a desconectar. A que, como mínimo, se desvíe el pensamiento una milésima de segundo de su particular camino a la pasividad. A que la mirada deje de estar perdida para entrecerrarse en una sonrisa secreta.
Y es que tal y como está el percal ahora mismo cualquier cosa me vale.

A ver... no quiero dar a entender que todo es una mierda en mi vida, porque faltaría a la verdad. Pero sí es cierto que algo falla. Que yo antes disfrutaba de una energía que ahora parece encorsetada. Que ahora estoy como en el minuto antes de marcar el punto definitivo que marcará el resultado. Victoria o fracaso. Ese pararse el tiempo, detenerse hasta el giro de la tierra (ambos dos, traslación y rotación, que para chula yo).
Pero a lo que iba, que a mi esto de escribir me da vidilla, que hay cosas geniales. Que se me quedan cortos los días para hacer lo que me gustaría hacer. Que me encantaría poder viajar a mi antojo para encender fuegos artificiales. Que quiero empezar de cero y demostrarme cuánto valgo....

Y bueno, tengo que decirlo. A veces me entra esa alegría que está cansada de esperar tras la barrera. a veces se me escapa la sonrisa. A veces brilla el sol cuando es de noche y a veces se me queda pequeña la cocina para mover caderas con la música. 


Echo de menos escribir, pero no siempre tengo ganas de plasmar estas tonterías. No estoy segura de si le hago un flaco favor a un blog que tiene cosas que me encantan, pero ya dije hace un tiempo que como mínimo quería (necesitaba) escribir una vez a la semana.

He ganado autoestima y he aprendido a decir soy así sin disculparme. Ni de lejos soy perfecta y tengo muchos miedos, pero me da igual porque los miedos crean adrenalina, que nos impulsa a sobrevivir. Y bueno, solo eso. Necesitaba un desahogo.

Besos, Tatu

viernes, 19 de junio de 2015

mierda de dia

Hay días que son una mierda aun antes de haber comenzado. Días que te cagarias en la puta. En la de bastos, en la de oros y la que sea.
Te cagarias en tu ex y en la abogada que no te responde. Porque manda huevos. ..... que un divorcio de un famoso tarde, vale. ¿pero el mio? Que no tengo ni donde caerme muerta y lo único que pido es que conste por escrito!! ME-HE-DI-VOR-CIA-DO-Y-NO-LE-DE-EX-PLI-CA-CI-O-NES-A-ES-TE-SE-ÑOR.
Pues no. Y encima aguantar gilipolleces y qie se lleve la nómina a otra parte.... porque total, alguien se lo ha recomendado.  Pues no habrá sido su abogado. Gilipollas.

martes, 9 de junio de 2015

Y dime de qué te sirve....

Las alas no nos impiden caernos
Las garras no siempre hieren la carne
Y a veces se nos rompe el alma


No es todo lo que debería
Ni lo que debería siempre es


Pero en eso reside lo bueno
Y en responder ante ti
Y en romper lo establecido

Y el corazón no se rompe
Porque ni es cristal  ni es frágil

Puede que te duela un poco
Pero estar vivo es sentirlo



Y dime....
Dime de qué te sirve
Un corazón enlatado
Un corazón amarrado

De qué te sirven barreras
Que te alejen de dolores
De placeres, de estallidos

De qué, no sentir el daño
De una herida que te late
Que se enquista acorazada

De qué, dejar de estar vivo
Con sus heridas latiendo
Con el placer envistiendo

Creo...
Que es mejor ser libre
De dolores de un pasado
Que como bien dice el verso
Es pasado, hasta el dolor

Creo...
Que es mejor sentirlo
Cada arañazo en la piel
Cada gemido escondido
Cada caudal desbordado

Creo...
Que e veces ser uno
Es mejor que ser mitad
Porque a mitades morimos
Y uno es todo, es la verdad

besos enteros....

martes, 14 de abril de 2015

Ya estoy mayor

Puf.

Y parecía tonta. Pero es que al final la que se a la cama cada noche conmigo soy yo misma. Y a los demás les da igual. Así que si alguien se cree que voy a venderme por menos de nada lo lleva claro.
Posiblemente no soy estupenda ni maravillosa, pero es lo que hay.

Además es que no voy a traicionar mis principios por subir tu ego un ratito. Y te juro que me caes bien, pero de ahí a que juguemos a tonterías... La verdad es que voy perdida, pero no tanto como para traicionarme a estas alturas.

Si yo admito que no valgo la pena. Que tengo mis tabús, mis manías, mis miedos. Pero es que yo no te he pedido nada. Así que corto y cierro.

PD. divago aquí porque es mi lugar, pero ninguno de los que me leéis tenéis relación con el texto ni de lejos. Son cosas mías, del día a día. De descubrir que ya estoy mayor para jugar a amoldarme a tonterías. Todo sea dicho desde el cariño.

Besos

domingo, 12 de abril de 2015

Llámalo amor propio

Pero la realidad es que todavía no tengo esa seguridad que trato de aparentar, y en ocasiones flaqueo y amenazo con venirme abajo. Porque me siento una farsa.

Relacionarse desde la barrera es fácil. Lo complicado es cuando bajas a la plaza.


No tengo ni puta idea de cómo realmente se me ve desde fuera, porque eso es muy subjetivo. Los que me aprecian me verán estupenda, pero no es de ellos de quien hablo.
Aunque lo importante es cómo me veo yo. Pues me veo.... a ratitos. Pero vamos, que ahí voy.

Lo que sí me he dado cuenta es que tengo que manejar con mucho cuidado las emociones, los sentimientos, porque un paso en falso y acabaré en una pequeña crisis de ansiedad. Mi autoestima está a media hasta. Pero me niego a dejarla caer. Llámalo amor propio.
Pero reconozco que a veces agota un poquito.

No es lo mismo

                                                             Espinas
                               Rejas
                                                                                                       Barreras
                                                 Muros
                                                                                Cadenas


Y yo en el centro

Con las piernas cruzadas
Sentada
Y sin escudo

 Y yo lo aparto todo
Lo quito
Te doy paso

Y me hago vulnerable
Sin problemas
Sin más nada

Y cuando creas que ganas

Extenderé mi mano

Soplaré suavemente

Y volverás de nuevo

Al lugar del que vienes


                                                                      Espinas
                                Rejas
                                                                                                      Barreras
                                               Muros
                                                                                   Cadenas




Porque nunca es lo mismo dejar entrar a que entren solos
Y porque nadie a entrado sin que le deje

jueves, 9 de abril de 2015

Desvelo

No tenía ni puta idea de lo que significaba un divorcio. Agora lo sé.  Significa que económicamente todo el mundo pierde. Y si hay hijos... ellos pierden triple.

Casada podía ahorrar para que estudiasen fuera e incluso disfrutar de vacaciones pagadas. Divorciada posiblemente tenga que ir a Caritas a pedir comida.
Es una realidad para ambas partes.

Quiero decir con esto que me arrepiento de divorciarme? En términos económicos si. Aunque la realidad es que más me arrepiento de no ser independiente económicamente.  Porque media jornada está bien para ser madre, pero no para ser cabeza de familia.  Y aún así la realidad es que es lo mejor que he tenido en muchos años.
Si siguiera con él,  mis hijos tendrían un futuro,  pero yo seguiría tomando relajantes musculares con vino y posiblemente teniendo crisis de ansiedad.  Y bueno, odiandome un poquito cada día hasta lograr ese estado de amargura que caracteriza a muchas personas.

Divorciarse sale caro. Y en cierto modo entiendo esos matrimonios que sifuen juntos hasta la muerte, a pesar del desprecio, que tienen sexo dos veces al mes, que hacen vidas paralelas y que encuentran en el futbol y en los programas de cotilleo su salvación.
Y admiro aquellos matrimonios que son capaces de mantener espacios individuales, con todo lo que eso conlleva,  y cerrar los ojos a aquello que prefieren no ver.

Y me doy cuenta de que no estoy preparada para estar viva. Y que actúo sobre la marcha.

Y veremos si compensa la tranquilidad emocional con no llegar a fin de mes.
Porque divorciarse sale caro. Y mucho.

Y  aún así pensar en no hacerlo ya no tiene sentido. 
Porque cuando le miro no veo la persona que es, sino la que me hubiese gustado que fuera.
Y a él le pasa igual.
Y vivir con esa farse es complicado
En especial cuando uno de los dos se convierte en ofendido

Aunque ahora le diría que no sufra
Porque la realidad ocupará su lugar
Y tal vez sea más dura...

miércoles, 8 de abril de 2015

Y por eso no cejo en mi debacle

Últimamente las musas me han abandonado, aunque no puedo culparlas. Yo no estoy muy atenta a sus guiños, a sus caricias, a sus susurros. Tampoco tengo muy claro que antes las atendiera como ellas se merecen, o que yo realmente sea capaz de verlas en toda su extensión. Así que a pesar de todo tengo que darles las gracias por su esfuerzo en mantenerse a mi lado.

A veces me rondan sueños que no me atrevo a escribir porque sin ser mi vida... suele partir de algo que me ha ocurrido. Un encuentro, una conversación, una ilusión.
Pero luego en mi cabeza se desboca y de pronto se convierte en una secuencia de imágenes paralelas en las que alguien se rie, o alguien llora, en las que alguien se ama, o se lamenta. En realidad no soy yo, pero me ayuda expresar esas imágenes.

La verdad es que a veces pienso en pedir perdón por mi necesidad de expresarme porque encima os lo publico y... hasta yo sé que digo muchas gilipolleces y que mi escritura deja bastante que desear.... que lo que suena en mi cabeza, con ecos, matices y texturas luego puede verse plano y sin sentido. Pero es que suena tan hermoso a veces... que logro ignorar el hecho de que tal vez solo lo sienta yo.

Y a veces, abro la puerta del garage (ese del que prescindiré en breve) y de pronto se me ocurren tres versos... y ahí es curioso sentir la dualidad que se debate entre lo que siento entre la sístole y la diástole... y la claridad de que no late. Supongo que algunos podemos mantener el sentimiento aunque no seamos capaces de vivirlo.
Por eso no dejo de seducirme entre palabras, de soñar. Porque tengo mi parte de payaso, donde no es maquillaje lo que porto, sino dulces palabras que acarician. Es deseo encarnado que me asola. Y es un grito acallado en cada verso.

Y por eso no cejo en mi debacle
Y destruyo la noche en cada letra
Siento el baile que sigue a cada nota
La dulzura del tacto de una frase
Y la locura al final de cada instante

Y te sueño
entre noches
de algodón

Entre rosas
que azules
se levantan

Entre el aire
cargado
de armonía

Besos......

martes, 7 de abril de 2015

Cansada, de nuevo

Hoy he tenido una pequeña crisis. A media tarde y sin más, o quizá sin menos, de pronto me he echado a llorar y no podía parar. Ni siquiera sabía porqué, si era descarga o era lamento. Pero no podía dejar de llorar. Y de pronto el cuerpo ha comenzado a temblar y no podía parar.

Y aún así ahí estaba yo, contestando al teléfono donde mis hijos me contaban cómo había sido su día. Y divagando sobre cómo me sentía vía wass tratando de calmar mi ansiedad. Y sin decir cómo me encontraba.
Y al final tuve que meterme en la ducha para que el agua caliente calmara mis temblores y calentara mis huesos, que empezaban a ser pasto del hielo que me invadía.

No lo estoy llevando bien, pero no es algo que pueda explicar.

Lo que sí se es que en una negociación lo importante no es tener claro lo que sí quieres, sino todo lo contrario. Se trata de saber cuales son los límites que no traspasarás jamás, da igual como se pongan las cosas. Se trata de saber que principios no traicionarás, al margen de como sean los finales. Y una vez tengas eso afianzado, lo demás es pan comido.

Besos de martes... que aquí saben a lunes.

miércoles, 1 de abril de 2015

Te pones junto a una vaca y estás divina

¿Qué significa ser guapa?
Es una pregunta absurda, lo se. Y aún así tiene su porqué. No a todos nos gustan las mismas cosas, pero sí estamos de acuerdo a un nivel bastante amplio en que l@s model@s representan el ideal de belleza social.

Ciertamente yo soy guapa (no, en serio, ni de lejos una modelo) pero si me diseccionas por partes lo más seguro es que pierda un poco de encanto. Ni tengo vientre firme, ni mis gluteos son de acero, ni mi cabello es dorado (ni negro azabache), tengo ojeras.... vamos, como todas. Y es que todas somos guapas.
Lo que está claro es que a mi me pilla un maquillador de las estrellas y lo flipan en hollywood. Pero es que eso es trabajo de chapa y pintura, seamos sinceros.
Yo soy más de belleza de campo, ya sabes... que te pones junto a una vaca y estás divina. Lo malo es que la vaca colabore. Pero eso ya es otra historia.



Pero me he desviado. El asunto es que ser guapa es subjetivo, pero también responde a ciertos cánones de la época. Ahora lo son las supermodelos, en su tiempo lo fueron las mujeres entradas en carnes y curvas sobre curvas (que se lo digan a Rubens, que se puso las botas). Y eso es un primer paso.
Por alguna razón lo de ser guapa nunca me ha motivado. Quizá porque mi abuela me lo dijo tantas veces que dejó de tener sentido. Además ser guapa conlleva una actitud. Conlleva cierta chulería innata, cierta sonrisa de suficiencia. Cierta seguridad. Es verdad que luego están las guapas que no lo saben, pero a esas nunca me las he creído. Vamos, hombre, eso sólo les pasa a las protas de telenovelas o pelis románticas.

La verdad es que hay que ser MUY guapa para que eso signifique algo en sí mismo. Y eso les pasa a unas pocas. Es por eso que si alguien me dice en algún momento que soy guapa, no puedo menos que sonreírle en agradecimiento y esperar que eso no condicione nuestra relación.

martes, 31 de marzo de 2015

Echo de menos un beso

Echo de menos un beso
Un beso sin significado
Pero un beso cargado

Echo de menos un beso
Un aliento que acaricia
Una caricia encendida

Echo de menos un beso
Y un abrazo, y un suspiro
Que no signifiquen nada

Tan sólo suplir un lloro
Una lágrima perdida
Echo de menos un beso

domingo, 29 de marzo de 2015

Todo lo que sube

Y como las mareas, todo lo que sube, baja.

Nadie dijo que fuera fácil para mí, y ya sé que no lo es para él. Espero que todo quede en su sitio.
Me voy a dormir, que este cambio de hora fue.... movidito.

Besos

Y cada cual con su conciencia

Y es cuando llegan los problemas que te das cuenta de con quien compartias cama.
Que dejan de importar las prioridades y que el odio se adueña de aquel a quien un día fue tu amigo.

Y de pronto todo se reduce a la rabia.  Al rencor. A confirmar lo que tanta gente había visto.

Es cierto que en el amor el nunca fue una persona generosa. U que la inseguridad le corroia. Pero siempre fuimos un puntal del otro. Hasta que un día. ...en lugar de apoyo me hizo reja. Y cuando pedi libertad se volvió ciego.

Veremos cómo transcurren los dias. Porque ahora solo veo en el venganza.
Y cada cual con su conciencia, que la mía está muy limpia.

martes, 24 de marzo de 2015

Calma

La pelota ha comenzado a rodar y todo va calmándose.
El agua ha dejado de moverse y en su superficie brilla.
Las nubes descargaron la tormenta y de nuevo huele a limpio.

Y al mirar alrededor me siento triste.
Porque lo que echo en falta ya no estaba aquí.
Y es posible que nunca lo esté.

sábado, 21 de marzo de 2015

Algo a que agarrarse

Hoy me decía un conocido que hay que disfrutar de la vida.  Y yo asentía.

Pero no estoy segura de lograr hacerlo.
No quiero ser negativa, pero veo el futuro negro desde cualquier ángulo.... quien sabe.

Necesito encontrar algo a que agarrarme. Y no lo veo.

Y lo único que rezo es que el trabajo me dure.

jueves, 19 de marzo de 2015

Sin prisa. Sin pausa. Con sonrisa.

Un día me senté a la sombra de mis sueños, y traté de que con eso me bastara. En cierto modo, ni tan siquiera conozco mis sueños. Ellos vienen a su ritmo, y yo los acepto sin más.

Nunca planeé nada de esto, pero siempre me sentí paralizada.

Cuando sólo has conocido una forma de vivir y de pronto se presenta otra, lo único que puedes hacer es elegir. O te abrazas a ello, o reniegas. Y yo intenté renegar, y no me vale. No me vale porque me faltan sonrisas, me faltan caricias. Me falta el brillo en la mirada.

Nunca he elevado los pies del suelo los suficiente como para olvidar el sitio donde habito. Pero necesito bailar.... Acariciar la superficie con la punta de los pies. Saber que no lo pierdo, pero girar sobre mi misma.

Necesito que cada capa de esta que no soy yo vaya cayendo.

Porque duele mucho... la presión sobre la mente. Y yo no quiero ir ahí.

Quiero ser libre. libre para equivocarme, Para decir que no, que sí, que nunca.
"Lo contrario de vivir es no arriesgarse" dice Fito. Yo también lo creo.

Ha llegado el momento de volver. Aquí, a mí. Y perder los miedos. Porque tengo muchos.

Y sobre todo.... a mi ritmo. Sin prisa. Sin pausa. Con sonrisa.

lunes, 2 de marzo de 2015

Tiempo, tiempo, tiempo...

Saber que tienes que hacer algo no lo pone más fácil.

He tomado una decisión, y la he llevado a cabo, al menos hasta un punto indeterminado. O más bien hasta el punto real. He borrado los sueños y las quimeras, las he borrado.
Mi día a día es tan sólo lo que alcanzo. Lo tangible y lo presente.

El futuro se deshace entre las horas venideras y el presente es inmediato.
Me sepulto bajo una capa de desesperanza.

La esperanza no me ha hecho ningún bien. Casi diría que no esperar nada es un buen sistema.
Te mantiene con los pies en la tierra.

Y me pregunto... si es verdad que he borrado esos sueños si me permito escribirlos. Supongo que no.
Asumamos que hay que hacerlo.

A veces se me olvidan las sonrisas
Perdidas en el quicio de mis ojos
Las lágrimas que ocultas se mantienen
Desbordan cuando me siento segura


Y me pregunto porqué duele tanto. ¿Es por que tengo que hacerlo o es por que aún no lo he hecho?

El tiempo dirá.

Poesía

Soledad acompañada.
Triste velada.
Luna detrás de las nubes.
Noche cerrada.
Estrella fugaz ya vista
Deseo pasado.

jueves, 19 de febrero de 2015

Tirando de archivo

Me gusta escribir. Es algo que hago, y que me gusta. No busco en ello nada. Sólo expresarme, sacar de mí lo bueno, y también lo malo.
Me gustan las historias, pero también sé que no soy una gran escritora. Pero eso me da igual, porque al fin y al cabo no escribo para los demás, sino para mí misma. Y aún así reconozco que a todos nos sube el ego escuchar palabras bonitas acerca de aquello que mostramos. No se trata de mentiras, no se trata de engañarnos. Se trata de decir lo bueno que se encuentra.

Escribo esto aquí, pero hago referencia a mis relatos de Fantasías. Los que me leeis aquí, también me leeis allí, pero no a la inversa, así que puedo explayarme.

Me gusta el blog, pero la realidad es que lo uso más como un lugar donde agrupar mis textos que otra cosa. Y supongo que en cierto sentido se nota, porque no arrastra multitud de seguidores, algo que agradezco. Me ponen nerviosa las multitudes. Y además eso me crea cierto pánico escénico, porque seguro que tienen expectativas que no logro cubrir.
De este modo es todo más íntimo. Y en cierto modo algunos de los que me visitan son amigos.

Pero hay una cosa que realmente me hace sentir culpable: que la gente venga porque yo les comento. Y es que yo no lo hago por eso... además de que a veces leo pero no comento. Pero supongo que eso es cosa de cada uno, así que... gracias de todos modos.

También es verdad que ahora estoy tirando de archivo, y cada vez me queda menos. Es posible que acabe por quedar un blog cargado de mí, pero sin continuidad. Es una realidad que cada vez veo más cerca.
Esto no es una despedida, pero sí tengo que admitir que hubo un lugar donde la inspiración brotaba sola y que ya quedó atrás. La realidad es que no era el lugar, sino la gente. Y el momento. El momento lo es todo. Y la gente aún más.

En cierta manera algunas veces miro al mundo que me rodea
los blogs, las caras, la vida
y me siento en cierto modo superada.
Como si yo me conformara con la cadencia monótona de la rutina...

Lo que más odio es sentir que ni tan siquiera tengo un lugar propio.
Y ser consciente del miedo que le tengo a la intimidad emocional.
Me asusta... tanto como me atrae.
Pero soy realista y admito que me cuesta mucho confiar en que...
una vez me conozcan seguirán ahí.

Me asusta sentirme demasiado buena,
y luego darme cuenta de que era un espejismo.


He estado pensando en hacerme un nuevo tatuaje, pero nunca encuentro el momento. Y también es verdad que no tengo muy claro el dibujo. Una idea general sí. Me gustaría ampliar el mío, pero que no lo desmereciera.

martes, 17 de febrero de 2015

En la sección de verduras un rayito de esperanza

Ains........

Y mira que pongo todo de mi parte para no verme abocada a esa negrura que me hace caer al vacío y sentir que todo se ha venido abajo. Que no hay nada por lo que luchar.
Pero esos momentos llegan. Me arrastran y me devoran.
Y en esos momentos realmente dejo de sentir. Dejo casi de vivir. me convierto en autómata.

Pero soy muy pasada. Reconozco que me enfango en el dolor, pero no adopto esa posición fetal que te puede destruir. En cambio me remuevo incómoda hasta que de pronto encuentro algo a lo que agarrarme. Normalmente suele ser una simpleza, que convierto en una excusa para darme una nueva oportunidad.
Hoy esa excusa la he encontrado en una bolsa de ensalada y otra de croquetas. Reconozco que soy facilona... pero no tanto. Hay que estar muy jodido para ver en la sección de verduras del super un rayito de esperanza. Pero así soy, retorcida hasta lo impensable.

Así que ahí estaba yo, entrando al supermercado y pensando que tengo que cuidarme. Ahora que la única persona que come en casa soy yo he empezado a dejarme. Digamos que me alimento de sobras y de palmeritas de chocolate. Luego llegan las cenas y me porto mejor. Pero es porque cocino para más gente, y en eso ya prima otro asunto.
Total que he pensado que debería comprar algo que requiriera el mínimo esfuerzo (llego sin tiempo para cocinar) pero que fuera un poquito más variado. Que me gustase.
Y hoy he disfrutado de una ensalada como hacía tiempo que no lo hacía. Algo que me gusta a mí. Por mí.

Las croquetas no han tenido tanto éxito, reclaman las mías. Reconozco que eso era para ahorrarme trabajo, no para mí, jajaja.... Y lo entiendo. Para algo que se hacer :p

Y como yo creo en el karma, de la ensalada del medio día he llegado a una gran amiga. En realidad ha llegado ella, que es un sol, y me ha permitido soltar aquello que me rondaba más de la cuenta. Y se lo agradezco infinito. Lo único que lamento es no poder darle un abrazo tan a menudo como me gustaría, pero como se suele decir... son cosas del directo, jajaja.

Besos de ensalada y esperanza. Esperanza de mantener la calma, de seguir caminando.

lunes, 16 de febrero de 2015

Desvelos

Se despertó. Estaba oscuro, probablemente no eran más de las tres o las cuatro de la mañana. A su lado se escuchaba la respiración acompasada de su marido.
Cerró los ojos y la oscuridad siguió siendo la misma.
Cambió de postura. Se colocó sobre su costado izquierdo de cara a la pared. No la vía, pero sabía que estaba ahí. A su espalda sentía la calidez del cuerpo que ocupaba la otra parte de la cama. Cerró los ojos, más por comodidad que por otra cosa.
Muchas imágenes recorrían su cabeza. No tenían sentido. Quizá eran parte de un sueño. No trató de darles un orden, un sentido. Simplemente las dejó pasar. Eso podía ayudarla a sumirse de nuevo en el sueño, y al fin y al cabo es lo que quería.
Pensó en levantarse e ir al comedor. Tal vez poner la tele. Encender la luz y sumergirse en un haz que la cegaría momentáneamente. Y luego encender la tele y cambiar de canal sin sentido. Simplemente ir de uno a otro. A esa hora poco iba a encontrar, pero tampoco le importaba demasiado.
Dejó que la idea se fuera tal y como había venido. Sin moverse de donde estaba.

No se planteó otras opciones. O sí, pero esas las desechó de forma consciente.

La sorprendió la calidez de una lágrima resbalando el costado de su nariz. Qué idiota.
Se limpió la humedad y giró sobre sí misma. Pasó las piernas por encima de las del hombre y se concentró en la calidez de su cuerpo. Cuando volvió a abrir los ojos la luz que entraba por la ventana de la cocina se reflejaba en el pasillo. Debían ser las diez de la mañana, supuso.

Mi opción

Algunas cosas simplemente nos dan miedo. No se trata de un miedo irracional, ni de terror. Es un miedo que no logramos identificar. El miedo al cambio. A lo nuevo. A... qué vendrá después.

A veces es más sencillo permanecer quietos donde estamos que dar un paso en cualquier dirección. El refrán ya lo dice: más vale pajaro en mano. Aunque ni siquiera sepamos qué nos aporta eso.

En algunos casos nunca encontramos el momento para tener hijos. Hay quien lo desea pero siempre lo pospone porque nunca es un buen momento. Podrían despedirme, mi marido no trabaja, yo estoy en un buen momento profesional.... y sabes, conozco a gente así. Los años pasan y ellos quieren tener hijos. Pero sigue sin ser un buen momento.
No digo que no lo logren, conozco quien ha sido madre a más de cuarenta años. Es su opción.

Yo no me encuentro en ese caso. 
Cuando yo quería algo simplemente me centraba en mi objetivo. Y de alguna manera me enfocaba en ello.
No funcionó nunca en el ámbito laboral, pero a nivel general era lo único que fallaba. Al menos es lo que parecía.

Y los años van pasando y de pronto me encuentro con que no. No es lo único que fallaba. No es lo único que falla.
Estoy cansada de pelearme contra el viento. Voy a tener que asumir las cosas como son. Y son una mierda.

Mi día a día no es lo que esperaba y tratar de cambiarlo me sume en una ansiedad que acaba por explotar. Y podría cambiarlo, pero me da miedo. No puedo. A lo mejor esa es mi opción. Llegar tarde.
Me rindo.

viernes, 13 de febrero de 2015

Ni última ni primera

Ay.... a veces creo que soy muy dura conmigo misma. Como todo, podría serlo más, pero también podría serlo menos. A lo que voy:

Cuando miro a mi alrededor, siempre tengo la impresión de que todo el mundo tienen muy clara su vida. Y como soy masoquista emocional (no a tiempo completo, sólo a ratitos) acabo pensando que yo, y sólo yo, estoy a la cola de vivir la vida a mi manera.
Pero como soy muy retorcida, pues no me quedo ahí. Es más, pienso que la mayoría de la gente ha hecho aquello que yo quiero hacer y no consigo.
Es algo así como cuando de niño pensabas que en las casas de los demás siempre se acostaban muy tarde viendo la tele y desayunaban caramelos, por desvirtuar un poco el tema. Eso, o como cuando pensé que era la última virgen del planeta. En fin, que ni última ni primera, la gente habla demasiado.

Sigo.
El asunto es que tengo poca capacidad de ser objetiva con mi vida. Eso de tomar distancia y observar.... en fin, que lo intento, pero al final todo queda en buenas intenciones. Así que miro alrededor, y como soy muy generosa, pues otorgo a todo el mundo la imagen de satisfacción personal que yo no logro. O más bien de.... mierda lo que me está costando explicarme hoy... de... coherencia, sí, coherencia a nivel personal. Es decir, que siempre tengo la sensación de ser la única idiota que está a medio camino de algo.
Es curioso, porque yo nunca me he considerado una persona con aspiraciones, pero claro, todo depende de cuales sean esas aspiraciones. Si hablamos del tema material ahí no soy ambiciosa. Eso no es porque tenga mucho, sino porque me apaño con poco. (Aunque no me importaría tener alguna que otra cosilla más...).

Me desvío, me desvío. Orden.
Total, que a nivel personal resulta que ZAS.... sí tengo ciertas aspiraciones. Y bueno... aunque no se puede decir que haya trazado un camino recto, ni tan siquiera que haya planificado una ruta, y ya no te digo lo de tantear el terreno para tener los menos problemas posibles.... pues pasa lo que pasa. Que un día avanzo un huevo, y al siguiente me hundo en una sima.
Parezco Dora la exploradora.

En fin, resumiendo.
En esos pequeños momentos de lucidez en los que soy capaz de ofrecerme a mí misma un poco de perspectiva, me doy cuenta de que ni última ni primera. Y lo que es más interesante, que hay quien presume de cosas que luego no son tales.
O que sí lo son, pero no son las que buscas.

Y que... oh surprise, surprise... tengo un objetivo claro. Y al andar se hace el camino.


miércoles, 11 de febrero de 2015

Y cierro las compuertas

Y cierro las compuertas. 

Es extraño. A veces tengo la sensación de que lo que a mí me hace brillar a ti te aterra. En cierto modo es así. Y me rebelo contra eso tantas veces... que aún no he aprendido que no vale de nada. Eres tú quien debería rebelarse, pero supongo que no le ves sentido.
Yo sigo aquí parada a tu vera mientras mis ojillos, mi piel, mis sentidos, vuelan sin tregua. Y estoy aquí por voluntad propia, pero eso lo olvidas. O lo das por hecho. Como si fuera impreso en nuestro ADN, cuando en el mío palpita algo distinto.

Me duele cuando lo veo con tus ojos, así que en parte lo comprendo. Pero es que en general paso más tiempo bajo mi piel, y entonces lo olvido.


Y cierro las compuertas.

Porque lo que a mi me hace ser más libre, más fuerte, más... calma, a ti te asusta.
Y como no podía ser de otro modo, a veces me desbordo y no controlo. Y o abrimos compuertas o esto amenaza con ahogarnos a todos. Quizá a mí especialmente... puedo hacerme mucho daño sin una vía de escape. Y al final te estallará en la cara.

Pero hemos llegado a un acuerdo. O algo así.

No voy a mentir... (no ahora) ...me sabe a poco.
Pero... hay una parte buena. Jodidamente buena. Y creo que eso compensa al resto más de lo que esperaba.
Y aún así sé que no lo aprecias. El que no quiere ver...

Es pura magia poder ser yo por una vez. Sin nadie que me dicte cómo ser. Y aquí toda la culpa no la tienes tú, son demasiadas cosas, demasiados años luchando contra todos.
Y de pronto yo. Sin más. Sin barreras ni futuros. Sólo el instante. La eternidad del instante. Y la electricidad recorriendo mi piel hasta incendiarla en la risa. En la mirada. En saber que ya no hay más...
Boom. Boom. El latido en mis oídos que me da la libertad.

Y el camino de vuelta deja una estela de luz que sólo yo veo, que sólo yo siento. Como un reguero invisible de alegría. Me gustaría poder embotellarla y darte un poco.
Incluso a ti, que me lees te daría un pequeño frasquito. Y una sonrisa que inundara esta distancia y se grabara en tu palma.


Y cierro las compuertas. 
Y juego a una calma que no siento. A un silencio que no ahogue. A esperanza que no espera.

Ese tiempo que me debo

En el fondo sigo anhelando pequeñas cositas.

Sé que hemos llegado a un acuerdo y por supuesto, trato de respetarlo. Pero no puedo evitar que el anhelo me ronde.

Tú imaginas tantas cosas, que me sorprendo al seguir aquí parada. A veces me planteo si debería cumplir tus predicciones y... perderme. Completamente.
Uno de treinta es poco para mí, claro que no tengo clara cual sería mi proporción ideal. Quizá cada instante, si me permitiera vivir a mi manera. Si me lo permitiera yo, puntualizo... porque tú puedes pedirme la luna, que soy yo quien te la concede. O lo intento.

A veces me permito un instante de tristeza y pienso que me gustaría que me concedieras un poco más. Crees que pido mucho, pero apenas te digo. Porque arden los cimientos cuando lo intento.

Me gustaría sobrevolar un horizonte indeterminado
Sonreír sin sentirme atada
Yo soñaría con abrazar el sonido de un aroma
Jugar a que voy y vengo

Y que tú también vengas...

Me gustaría soñarme en otras bocas
Y que la realidad me despierte a tu lado

Cortar tristes lamentos que me enjaulan
Tras la más dura de las rejas...

Y sé que me quejo demasiado
Que debería agradecer
estar aquí 
y no querer correr...

Pero me sabe a poco.

Luego suspiro
sonrío
y miro de nuevo al frente

Y comento tonterías
escribo imaginarios
e
incluso
a veces
disfruto de mi tiempo

Ese tiempo que me debo
Que me concedes
Que es acuerdo en desacuerdo
Y al final es equilibrio

Y entonces rozo la belleza
de estallar de puro gozo
de envolverte en mi sonrisa
al mundo, a ti y a mí misma
De reírme de la brisa
que acaricia la caricia
de una mirada encendida
Del sonido que apagado
me ensordece como un trueno
precediendo a la tormenta
Y
.
.
.
sueño que puedes verlo
puedes sentirlo
puedes amarlo como yo