lunes, 26 de enero de 2015

Lunes de divagación

Hoy es lunes. Mis lunes, casi los había olvidado. Lunes de escritura, lunes de divagación.... Lunes.

No ha sido un gran lunes porque no he tenido mi mejor día en el trabajo, pero al menos ya tengo trabajo. Eso palia un poco el asunto. Mañana más y mejor, que se suele decir.
Y reconozco que estoy cansada. He pasado el fin de semana recuperando polvos perdidos. Es algo circunstancial, y grato, no voy a negarlo. Lo disfruto ampliamente, así que hoy tendré que recuperar sueño perdido, jeje.

Anoche tuve un sueño muy curioso. La verdad es que en general sueño mucho y normalmente realizo actividades agotadoras que hacen que me levante cansada. Cortar troncos, perseguir ladrones, subir escaleras, transportar muebles....
anoche en cambio tuve un sueño de esos curiosos. Sé que soñé mucho y complejo, pero a mitad de sueño, me dije a mí misma (esta es la parte curiosa) que tenía gracia mezclar a mi abuelo (al que adoro, y que falleció hace algunos años) con un tigre de bengala en el mismo sueño. Ciertamente era en secuencias diferentes, pero ahí estaban. Y sí, lo curioso es que tuve un momento off the dream y me hice a mí misma esa nota mental.
El tigre viene de un cómic que leí ayer.
Mi abuelo es muchas cosas para mí.

No tengo muy claro que los sueños tengan significados concretos que se puedan interpretar. De ser así estoy segura de que yo acabaría por saltarme las normas. No tiendo a convencional.
Como dijo un amigo... va a ser que eso es mi seña de identidad. Y la disfruto.

Hoy no ha sido un gran lunes, pero hay mil cosas buenas.
Estoy en un momento fantástico. es cierto que todo puede desmoronarse en un segundo, pero tal vez ahí radica su belleza. En que no hay que confiarse. hay que esforzarse. hay que vivirlo. Hay que quererse.
Y a veces sin saber cómo, aprendes lecciones de vida que no se pueden extrapolar, pero que te hacen ser grande y comprender que te puedes comer el mundo. Por mil veces que él te coma primero. Tú te levantarás después.
Y descubres que tenías razón, que para querer a otros primero tienes que quererte a ti. Y que para ser generoso, primero has de ser egoísta. y mucho.
Que los opuestos no lo son tanto. Que son complementarios.


Mil besos. de lunes a viernes ;)

Soy un recipiente emocional

Estoy contenta. No sé cómo explicarlo, o tal vez no merece la pena explicarlo. Es mejor imaginarlo, sentirlo.

A veces nos creemos que tenemos un camino trazado y que no podemos salirnos de él. Creemos (jodidos ilusos) que el futuro es tal y como predecimos. Ya sabes, dos y dos son cuatro y todas esas verdades universales.
Luego llega la realidad, nos da una hostia (con y sin h, que de todo hay) y zas. A lo mejor las cosas se pueden ver desde más ángulos.

Y de pronto lo que antes te hacía sentir un quemazón en la garganta, y que se cerrara el estómago, se transforma en ilusión.
Ciertamente en cuanto al tema de la esperanza, tengo adicción. Soy irreductible. Siempre encuentro un resquicio.
Y es cierto que a veces se me derrumba el mundo y me ahogo.... Pero siempre hay alguien que me escucha. Que me habla. Que me ofrece una risa. Y un silencio. Y en ese intervalo me recompongo, ni mejor ni peor. Igual pero distinta.
Incluso me atrevería a decir que más fuerte.
Y seguramente caeré de nuevo porque de alguna forma soy un recipiente emocional que en ocasiones se llena y se desborda. Y en ocasiones se rompe y se hace añicos...

Creí que estaba rompiendo con todo
para volar arriba.
Y descubrí de pronto
que volaba a tu vera.

Y descubrí de pronto
que no te abandonaba.

Y tus pasos se aferran al suelo
mientras que yo alzo el vuelo y regreso.
Y tus pasos detienen su ritmo
anhelando el roce de mis alas.

Y me muero porque alces el vuelo,
y tú aferras la mano a una rama.

Y aún así
sólo veo la luz que nos baña.
Y planeo...

Y mi último aliento está lejos
Y mi último aliento es el tuyo
Y si yerro es la ley que no escucho
Y si acierto es la luz de mis ojos

Y si lucho es sólo terquedad
Y si te amo es sólo la verdad


Y cada día duele menos
Y cada día reímos más
Y cada días muere menos
Y cada días hablamos más

miércoles, 21 de enero de 2015

La felicidad no es un objetivo

Me he visto obligada a reflexionar. Obligada por nadie en concreto, obligada por mí. Por ti. Porque sí. ¿Y por qué no?

Es fácil olvidar que un mismo hecho tiene versiones muy distintas según quién lo cuente. Según quién lo viva. Según quién lo mire. Y yo valoro esa diversidad, aunque como es lógico una vez hecho el inevitable ejercicio empático pues... toca esperar a que todo repose.
Y aunque últimamente vacilo de vuelo, la realidad es que en esencia soy sirena. Y por tanto toca bajar al fondo y observar los posos. Los sedimentos.

Además tiendo a terca. Más de lo que aparenta, y más de lo que creía. Y eso tiene su punto bueno, y su punto malo. Juraría que son el mismo. Todo depende de quién lo mire.
Así que no me dejo arrastrar por la marea, como podría parecer. Contra viento y marea, se podría afirmar. Sí... Pero no es en ese punto en el que quiero ahondar, aunque parezca lo contrario. Yo vengo a hablar de que hoy me he visto obligada a reflexionar.

Espejo y reflejo. La cara y la cruz. El blanco y el negro. Y en medio yo.



Valoro tu opinión por encima de la mía, aunque no asuma sin más. Y no creas que eso es fácil. La valoro porque es sincera y nunca me adularías de forma gratuita. Y porque me haces pensar, y me ofreces siempre la versión sin edulcorar. Y todo eso desde el cariño.
Pero esta vez me cuesta mirar a través de tus ojos. Y no porque no tengas razón, sino porque... discrepo. No dudo de lo que dices, pero no creo que eso sea una verdad absoluta.

Casi no puedo recordar cuándo sentí por última vez esta calma. ¡¡Ni siquiera es euforia!! Es decir, no se trata de un subidón que me impide mirar más allá de mi nariz. No se trata de yo quiero repetir a costa de... todo y de todos, Se trata de que me siento feliz, tranquila. ¡Feliz!

Y bueno, en esto no sé tu opinión, pero en mi casa se decía (desde siempre) que la felicidad no es un objetivo y que ni siquiera existe. Se decía que es ridículo pensar en esos términos.
Pero M... yo no puedo sentir así. Ya te he dicho que soy terca.
Y yo he vivido el otro lado mucho tiempo. Y juro que no busco hacer daño a nadie. Me duele pensarlo. A pesar de que tal vez así sea.
Te he dicho que te escribiré cuando reflexione. Me reservo la respuesta hasta el lunes. Creo que será el momento oportuno y tendré todas las variables asentadas. Al menos más que ahora. Y seré sincera, como siempre procuro serlo. Otra cosa es que discrepe. Y no sé si verás excusas. Me gustaría que no. No por ti, sino por mí. No me gustaría que pensaras que busco subterfugios.

Un beso enorme, de la sirena.

martes, 20 de enero de 2015

Agridulce

Algunas veces entro en un blog y leo algo y siento un sabor agridulce en la boca. Por un lado siento multitud de sentimientos que me gustaría expresar, pero por otro no me siento cómoda haciendola. Y no lo hago porque... me asalta cierta melancolía. Y no siempre me aseguro de tenerla bien atada.

Y es que temo que se desate.

Porque ahora empiezo a sentir cierta calma, y tengo miedo a pisar en falso.

Porque la realidad es que estoy más segura, más calmada. Pero todavía es muy reciente, y bajo esa delgada superficie de tranquilidad anida cierto miedo. Cierta sensación de muerte anunciada.
Es lo que tiene la costumbre, que se hace difícil de ignorar.

Cierto que eso no va a echarme atrás, pero... reconozco cierta vulnerabilidad.

lunes, 19 de enero de 2015

Yo y mis circunstancias

Definitivamente estoy en otra etapa. No estoy segura de cuándo sucedió, ni cómo realmente. Pero es así.


Todo en la vida tiene consecuencias. Buenas, malas... y luego está esa frase que desde hace días me ronda:
Yo, soy yo y mis circunstancias.

Y es así. Somos parte de algo más complejo, que incluye deseos y anhelos. Pero también realidades.

Visto desde fuera resulta complicado. Desde dentro no tiene misterio. Ni siquiera doblez.

Mi vuelo es tímido pero seguro. Trayectos cortos.


El aire se detuvo un instante justo antes de que yo pasara.
Las hojas se elevaron en un remolino de colores ocres.
Antes de que tocaran el suelo lo atravesé y las hojas se dispersaron en todas direcciones.
En la oscuridad de una noche sin luna
los dorados apenas se aprecian...
si no sabes a dónde mirar.

Y cuando toqué el suelo agaché la cabeza
y levanté la mirada.
Que yo no olvidara mi hazaña
no haría que tú la apreciaras.

Y aún así
aún así
aunque ningún músculo vibrase
no dejaría de mirar al horizonte
y esperar.

Para volar de nuevo.

domingo, 11 de enero de 2015

En lo pequeño nos sentimos seguros

A veces lo pienso, y no puedo evitar una gran sonrisa.
El mundo es tan grande, que nos cerramos en lo pequeño para sentirnos seguros. Tendemos a crear pequeños universos donde sentir que todo tiene un lugar y cada lugar, una cosa. Y cuando algo se atreve a irrumpir en nuestro mundo nos defendemos con uñas y dientes. Aunque no sea malo.
Es lo que tiene lo nuevo, tiende a crear confusión.

Y es por eso que me siento tan bien cuando descubro que he ido sobreviviendo a pesar de que desde hace tres años mi mundo se ha ido renovando.

No soy una persona fácil. Soy emocional en exceso y, sólo dios sabe porqué, carezco de la habilidad de mentir.
Y es que yo creo que mentir es una habilidad importante. Mentir puede estabilizar muchas vidas. La verdad no siempre es bien digerida.
Y no es porque se utilice la sinceridad para ser bordes y desagradables. Sino de que a veces la verdad es exponerte ante otros tal cual eres. Y eso incomoda a la par que vulnera.


Podría mentir... o al menos intentarlo.
Pero el asunto es que no me sale.

Así, de primeras, yo creo que el que miente, primero debe creerse lo que dice. Es decir, creer su propia mentira. Y luego contarla, convencer y.... ¡cuidadito, que aquí vienen curvas!... tras ese proceso, saber que en realidad NO es cierto y convivir con la realidad en su interior.
Joder, que cansado.

Tengo una Amiga (lo de las mayúsculas es para diferenciarla de cocnocid@s y porque se lo merece :) que dice que soy muy valiente para unas cosas y muy cobarde para otras.
Hombre, yo le doy razón en lo segundo, soy muy cobardica. De lo primero diré que no es valentía, es inconsciencia. Pero es que no sé ser de otra manera.


Tampoco nos llevemos a engaño.
A veces lo que digo no es verdad.
Pero es que en este tiempo he ido cambiando
y la chica que fui no es la que soy.
Y tal vez no soy la que seré.

Las palabras
no son sólo lo que dicen,
son también lo que no dicen.

miércoles, 7 de enero de 2015

Ves lo que digo

Bien, aquí estoy de nuevo. Reconozco que se me está haciendo cuesta arriba volver a escribir. 

Escribir es sentir y yo ahora estoy en una confusa calma. Eso en realidad quiere decir cualquier cosa menos calma, aunque sé que parece lo contrario.
Pero no es malo. No he estallado en un furioso huracán, así que ahí está mi confusión...

Si tuviera que describirme, ahora diría que soy el viento que mueve la ropa tendida en el campo. Incansable. Las nubes moviéndose imparables sobre un cielo azul. El sonido de las ramas golpeando un edificio de madera. Un granero.
Y a un tiempo tras las ventanas unos ojos escrutan el olor del viento.


Ves lo que digo, escribo sinsentidos.

Han sido unas fechas intensas.
Cargadas.

Aceptar quién eres es complicado.
No para uno mismo,
eso es un alivio,
un descanso.
Lo es para los ajenos.

Pero quién soy es un todo.



Soy pasión
a veces contenida
a veces desbordada

Soy verdad
a veces omitida
a veces a la cara

Soy la risa y soy el llanto
Soy el baile y soy el canto
Soy la caricia
La brisa...

Y cuánto más me exiges más me pierdes
Y cuánto más me pides más me cierro

He aprendido que no podría ser de nadie
Y que sólo en libertad puedo quedarme

Y cuánto más me exiges más me pierdes
Y cuánto más me pides más me cierro

Y si algo soy
...es esperanza...
porque sigo aquí.
Pero no cedo.