viernes, 30 de septiembre de 2016

Amistad

Es curioso como a veces la verdadera amistad puede desembocar en una distancia física obligada.
O digamos más bien que para mantener esa amistad, debes sacrificar otras cosas.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Crisis personales nivel Dios

Echando la vista atrás casi podría decir que no soy la misma persona. Y en realidad no lo soy.

Tenía entendido que era a los cuarenta cuando se tenían esas crisis personales nivel Dios.
Para mí está significando lo contrario. Eso ya lo viví.

Todavía no los tengo pero año arriba, año abajo es lo de menos.
Me siento segura de mí misma y sé que mis hijos también lo son.
Si me apuras echo de menos mis charlas interminables con Bella...
Pero también sé que es causa directa de mi paz interior. A más paz, más calma.
Pero la echo de menos.

Me gusta la persona que soy ahora.... y en especial saber que aunque me resistiera, mis pasos siempre se encaminaron aquí.


miércoles, 28 de septiembre de 2016

Reflexión

... echo de menos a N. Reconozco que es un maldito gilipollas y que es mejor si no me vuelve a escribir pero le echo de menos. Es lo malo de que te prometan estar y tú lo creas. Lo malo de que jueguen contigo y no sepas las reglas. Y tras su última respuesta pues.... mejor si no vuelve a escribir.
Pero echo de menos lo que me hubiera gustado que fuera.

Al cordobés no le echo de menos porque lo nuestro ha sido madurar. Le quiero muchísimo.
Pero reconozco que es una pena lo que no puede ser.

A.... es impredecible. Y él no lo sabe, pero he trazado límites porque me hace daño en ciertos aspectos. No vemos la vida igual, pero nos respetamos y le adoro.

Y si me apuras estoy enamorada de alguien a quien vi dos veces antes del verano. Quizá nos crucemos de nuevo pero no muero por ello -sólo un poco-.


Y todo esto a santo de que cumplo un año más en breve y me ha dado por reflexionar.
Creo que no lo estoy haciendo bien....

martes, 27 de septiembre de 2016

Innegociable

Dignos hijos de su madre, mis vástagos han decidido hoy negarme la posibilidad de tener novio.

Ahí estaba yo, argumentando mi derecho a un hipotético futuro novio, más que nada porque eso de que me nieguen derechos me molesta, cuando llega la pregunta clave:

-¿Y si quiere tener tele?

Ahí me han dejado sin respuesta. He tenido que darles la razón. Lo de la tele no es negociable.

domingo, 25 de septiembre de 2016

Desaparece de mi vida

Para todo hay una primera vez. 

Hoy recibo un wass de un número desconocido saludandome. Pregunto quien es y de pronto me encuentro con alguien a quien hace seis meses eliminé de mi agenda y de mi vida.
Hay personas que no entienden un no. Un hasta aquí. Un te equivocando mucho chaval.

Y ahora, por primera vez en mi vida he bloqueado a alguien. 

Amigo de unos amigos y aparentemente agradable. Las dos variables una pura basura.

Y yo tonta del culo.

Por eso no me gustan las preguntas, ni las confianzas rápidas. Por eso ya no doy teléfonos ni me gusta que me idealicen. Ni soy santa, ni soy puta. Y poco me importa lo que prefieras.

Así que por primera vez en mi vida he bloqueado a alguien. Si no lo entendió entonces, que lo entienda ahora. O como poco, que te den. Gilipollas. 

Disfrutar del instante

No creo que todo pueda ser mejorable. Creo que hay cosas que hay que aceptar como son, no porque no exista algo mejor, sino porque es muy probable que cambiar las variables destruya lo que hay.

Creo sinceramente que cuando algo es bueno, incluso una mejora puede destruirlo. ¿Por qué debe mejorar aquello que me gusta?

Pero, ¿que ridícula creencia es aquella que me hace creer que lo que me gusta es insuficiente?
Me niego.

No digo que no sea posible, pero es algo que debe usarse con sabiduría.
No sería la primera vez que la creencia equivocada de que algo bueno puede desembocar en algo mejor, lo bueno se diluye y lo mejor nunca llega.

Creo firmemente en disfrutar del instante.

sábado, 24 de septiembre de 2016

No creo en mí

Acabo de darme cuenta de que no creo en mí.

Iba conduciendo, con los pensamientos disfrutando de esa libertad que les da tenerme centrada en otras cosas, cuando me he dado cuenta.
No creo en mí.

Más tarde lo meditaré.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Tenemos un trato

No he vuelto a sentir el frio de aquella tarde de abril de hace cuatro años. Pero no has dejado de estar presente. 
Con cada ocasión que encuentras me recuerdas lo fácil que sería. 

Pero tenemos un trato y no puedes tocarla.

Esas cosas las carga el diablo

Estoy haciendo grandes esfuerzos en pos de... uhm. Aquí no lo tengo claro. Simplemente busco no desatar una guerra abierta de mí contra el mundo. Entiéndase mundo como grupo de wass en el que debo estar por obligación. 

Ya, ya.... ¿obligación?  Pues te sales.

Ah, ilusos que nunca habéis pertenecido a un grupo de madres/padres de colegio. ¡Afortunados vosotros! 
Esas cosas las carga el diablo.

Ya estuve fuera. Y aprovecharon la coyuntura para ponerme del color del perejil. Y si no he desatado las siete plagas es por los daños colaterales. Pero ya me llegará la hora, ya....

Por eso volví. Ahora tienen que fingir más que de costumbre. Pero ¡qué seres más faltos de personalidad!

Así que me contengo y leo por encima y paso. 

Soy pura contención. Puro equilibrio zen.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Preguntas, preguntas, preguntas...

Como aquella canción italiana, pero cambiando la letra.... preguntas, preguntas, preguntas...

Las odio. Aunque más bien odio los interrogatorios. Es más, sufro un bloqueo real a nivel de no hablar. Me provocan rechazo.
Curioso si tenemos en cuenta que yo hablo sin parar.

¿Por qué?
Mentiría si digo que no lo sé. O al menos creo tener una pequeña idea.
Otra cosa es cuánto de verdad haya ahí
y cuanto de paranoia pura y dura


Me he pasado la mitad de mi vida con una persona que sólo emitía preguntas. Era incapaz de dar una respuesta. Si tú le preguntabas algo, decía... ¿por qué lo dices? ¿a qué te refieres? ¿y tú que opinas?
Lo malo no es estar con una persona que no da respuestas. Lo malo es estar con una persona que juzga a posteriori tus respuestas y en muchas ocasiones te reprocha no tener en cuenta sus opiniones. ¿Opiniones? Es que no sabía que las tuvieras...

Ya sé aquello de no juzgar a la sociedad por sus individuos, pero durante esa mitad de mi vida, el ochenta por ciento de mi vida lo constituyó eso.
Si la vida es muy perra, Dios será Paulov. Y aquí estoy yo, con mi condicionamiento aprendido y reaccionando como siempre. A la defensiva. Porque una pregunta es un ataque. Así que levantas las orejitas y te paras en seco. Yo es que no soy de agachar orejitas, ni aunque esté a la defensiva. Soy más de defensa como ataque, así que tengo que frenarme, y.... joder es muy cansado. Y a veces mi cabeza colapsa.
Así que ahora aviso.

Pero en realidad hay algo más que subyace a esa reacción visceral. No me gusta la gente que sólo pregunta y nunca cuenta -creo que es lo mismo, pero es la otra cara de la moneda que no he mencionado arriba-. Y repito que yo cuento sin pedir que me cuenten. Pero sin que me pregunten.
Porque cuando me preguntan y no me ofrecen nada a cambio -y aquí es necesario un equilibrio- se convierte precisamente en un interrogatorio y no en una conversación.

Y yo converso con quien quiera, pero.... yo que sé. Igual fui Mata Hari en otra vida y lo de los interrogatorios no lo llevo bien.

Lo de menos es el tiempo

Creo que es francamente bonito cuando llegas a ese punto con una persona en que te conoce lo suficientemente bien como para detestarte pero en cambio pasa por alto tus puntos negativos.
Es raro porque a veces tengo la impresión de que soy justo su antagonista y que le resulto cargante (ya digo que me conoce mejor de lo que parece), y aún así nos vemos al menos una vez al mes, lo que para mí no es habitual.


Creo que mi relación con A. ha evolucionado de forma positiva. Él ha pasado por una relación y ahora está iniciando otra, pero seguimos teniendo contacto.
Creo que es precisamente el saber que no hay expectativa de nada más lo que nos ha llevado a esto.
No ha sido fácil, porque teníamos diferentes formas de ver las cosas... y hubo un momento en que esas diferencias me hicieron mucho daño, pero ahora creo que hay cierto equilibrio. Todavía hay que pulir cosas. Lo de hacer amistades a ciertas edades ya no es tan fácil.

Para mí A. es especial. No creo ni de lejos que él sea consciente de ello, más que nada porque soy un coñazo de persona que cuando estamos juntos no para de quejarse de todo, pero la realidad es que le quiero mucho. Bueno, sí lo sabe.
No soy de amistades efímeras. Soy de lealtades extrañas.
Creo que lo que más me gusta de A. es que hay mil cosas en mí que detesta pero es capaz de pasar por encima de ellas. Bueno, me suelta cada zasca que no veas, pero es mutuo y en realidad es ahí donde radica nuestro nexo. Tienes que conocer bastante a alguien y quererle para ser capaz de decirle verdades a bocajarro y que acaben en risa.
Ahí radicaban parte de nuestras diferencias. No es fácil lograr el equilibrio.

Espero que esta relación que ha iniciado le salga bien porque por más que presuma de duro y de solitario en el fondo necesita alguien que le quiera. Con sus defectillos y su necesidad de espacio, pero que le quiera tal cual es. Y es un tío genial. Y yo lo sé porque cuando estoy con él me siento bien.
Quizá me siento siempre un poco en duda de si me estoy pasando de protestona, pero es que me cuesta horrores controlar eso.

Pero él me gusta porque a grandes rasgos nunca me ha fallado. Es un tío de palabra. Y si dice que viene, viene, Y si no lo hace es por causa mayor, aunque pocas veces se ha dado el caso. Y si dice que no, pues no.
Y me gusta porque siempre me contesta. Tres horas después, un día, al momento... no creo que el tiempo sea importante. Creo que cuando alguien se toma el tiempo necesario para contestarte a algo que te preocupa, a algo que te alegra, lo de menos es el tiempo que tarda en hacerlo si la respuesta es real. Y hazme caso si te digo que son cosas que se notan... y mucho. La gente tiende a contestar rápido y mal (yo la primera, por eso luego vuelvo a contestar, más tarde y bien).

Quiero a A. Sé que acabaría hasta los huevos de mí si nos viéramos más, y aún así a veces me gustaría tomarme una copa con más frecuencia con él, o ver una peli... pero en general estoy satisfecha con esta extraña amistad.
Creo que es mi ideal porque me da todo el espacio del mundo, tiene su vida, me responde como amigo y quedamos ocasionalmente. En realidad no creo que yo le permitiera a nadie acercarse mucho más. Vamos, sí lo sé. No lo haría.

No tenemos más relación que la del interés
sé porqué le intereso a él
sé porqué me interesa a mí.
Y mientras exista el respeto, el tanteo
el cariño
funcionará.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Cual ninja soltando amarras

Se me ha pasado la resaca -no me refería al vino, pero también-. Y ahora con la mente lúcida y la distancia que dan los kilómetros y las horas, me he dado cuenta de que mi objetivo es ser como los ninjas.
Ser una ninja.

El asunto es que no voy a cambiar las cosas, así que debo adaptarme a ellas. Que la situación fluya a mi alrededor mientras yo simplemente me mezo cual elegante barquito amarrado a buen puerto.
Joder, a veces estoy de un poético. Me emociono yo sola.

El asunto es que yo soy más de luchar contra los elementos. Soy el sentido común (el menos común de todos ellos, pero vamos, lo que yo soy) frente a la gilipollez humana. Que nadie se ofenda, yo también soy muy gilipollas según y para quien. PUES QUE APRENDA A FLUIR Y NO MOLESTE.
Bien, bien, bien... ahí estoy yo, fluyendo. Santimbanqueando como un ninja al que nada le roza. Aceptando los elementos.
¿Y luego?

Pues a pasar de todo y seguir fluyendo.

No quiero ser negativa, pero no es mi estilo. Esto va a costar.
Porque yo soy más... de noquear al contrario.
Pero es que eso desgasta mucho.
En especial cuando al contrario le da igual ganar que perder y sólo va a dar por saco.

Pero no seamos pesimistas.
Si he logrado hacer eso en un caso concreto que me hace subir la bilis hasta la garganta...
Pssssss.
Esto es pan comido.

Mira....
quizá debo soltar amarras
dejarme llevar
NO A LA DERIVA
sino convertirme yo misma en un reducto de paz y tranquilidad
-sí, es cierto que sueno un poco forzada-


Pero la realidad es que sí que lo veo factible
Al final el que la sigue la consigue
y yo he llegado a ese punto en el que me resbalan ciertas cosas
o si no lo hacen, lo harán

Eso...
y que...
voy a disfrutar
viendo sus esfuerzos

viernes, 16 de septiembre de 2016

Ironía

Tengo un ex tan sumamente gilipollas... que solo vive para estar encabronado conmigo... que estoy harta.

En realidad sólo tengo un ex, lo cual hace que pensar en cualquier tipo de acercamiento más allá de un polvo y una amistad sincera me provoque pánico.
Es imposible que mi aparato digestivo prospere. Ahora mismo se me ha cerrado el estómago y se me han contraído las tripas. Habrá que cenar, claro, pero ganas pocas....

No se.
Otra vez sensación de agotamiento. Otra vez el hastío.

Has ganado. Te lo digo porque conoces este lugar, y el otro. Dudo que lo leas, pero contigo nunca se sabe. Por eso pensé cerrarlo y dejarlo atrás.
Porque cuando lees mis fantasías sólo sabes llenarte de rabia, pero eso no es nuevo.

No se de dónde te sacas tus paja mentales, pero ahí sigue. Te deseo que te vaya bien, porque eso quizá haga que te olvides de mí y dejes de sentirte el perdedor. Porque tiene que ser eso. Debes pensar que porque sonrio soy más feliz que tú  (a veces creo que cualquiera puede serlo) y eso te carcome.

Supongo que tendría que llorarte que cada vez como menos cosas y me duele más la tripa para que pudieras disfrutar y ser condescendiente.
Tendría que explicarte que no tengo ascensor, ni aire acondicionado, ni uso ventiladores, ni tengo tele para que entendieras que hay muchas formas de llegar a fin de mes. Ahí solo hay una muestra. Pero te jodería igual saber que a veces me tomo una copa.

Pero paso. Porque ni por esas.
Yo no sirvo para agachar la cabeza y tú no sabes cuando retirarte, así que al final llega la sangre al río y yo me des gasto más y más para poder mantenerme entera. Esa, es la gran ironía.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Mi momento "olbran"

Ayer escribí un post sobre mis problemas de asertividad y mi tendencia a intentar ser perfecta.
En realidad sólo lo primero es culpa mía, pero el tema de la culpa me encabrona así que no ahondaré mucho en ello. Lo que sí haré es decir que hay gente con la que el diálogo es misión imposible. 

Yo soy casi tonta cuando creo que la otra persona se lo merece, pero muto en gremlin mojado a media noche cuando me tocan la moral. En realidad esa es la clave, lo que no soporto es que me traten de imponer. Anda que no tengo amores incondicionales con gente que se aprovecha de mi de forma harto descarada. Pero son honrados y no lo ocultan.... y tal vez me doran un poquito la píldora  (y el ego) de vez en cuando. 
Pero que me vengan de malas... puf. Desastre.

Y es que ya lo digo yo: TENGO QUE TRABAJAR LA ASERTIVIDAD. 
Qué porquería. 

Decir lo que quiero pero evitando la confrontación.  Suena fácil pero no lo es.
Mantener mi postura sin menospreciar y/o menoscabar la del otro  (que me está jodidos o trata de hacerlo).
No ceder a chantajes emocionales y no entrar en crisis por ello.

Y ahora digo yo.... como coño voy a estar bien del estómago si no puedo cagarme en todo en voz alta. O lo sacas, o se agarra a las tripas....

Y te digo otra cosa, hay estreses (y escuatros, creo) que no se van con un polvo  cada quince días. 
Joder, que hace falta re-gu-la-ri-dad!!!

Buf. Esto desestresa un poco. Entre polvo y polvo, algo habrá que hacer. 

PD.  Mañana le busco imagen al post, que hoy no puedo.

sábado, 10 de septiembre de 2016

De nuevo un chute emocional

Hoy estoy sensible. No sé muy bien porqué.

No tengo la regla, pero hace dos días que me he metido de nuevo un chute hormonal con la mierda de los anticonceptivos. Tengo que controlar esto porque mis experiencias anteriores con métodos similares no han sido muy productivas.
Me está resultando muy difícil mantener una estabilidad emocional.

Y eso unido a otras cosas hace que este fin de semana está como una puta montaña rusa. Es casi como si me la jugara a la ruleta rusa cada vez que abro la boca.

En fin, y resumiendo. Si de por sí no soy doña diplomacias, ahora soy como un puto campo de minas.

Siendo sincera creo que esa soy yo en general. Cambié el cigarro de Bogart por un áspero desdén que me permite blindar mis miedos y no sentirme tan vulnerable. Vamos, que soy una zorra, pero con sentimientos.

Y agradezco a las personas que son capaces de ver más allá y me aceptan como soy. O quizá no del todo, pero que son capaces de darme toques de atención sin ofenderse del todo.

Hoy necesito un abrazo tonto. Necesito alguien con quien hablar de nada en particular y no sentirme mal por decir burradas. Alguien con quien reirme.

Creo que soy un mal ejemplo para mis niños. Hay que saber filtrar un poco más.

Lo meditaré.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Una de extraterrestres


Ahí estoy yo. Sí bueno, en la foto hago gala de mi invisibilidad, pero ahí estoy, justo en el centro de ese bonito círculo.

Al parecer el mundo en el que habitamos se rige por líneas rectas y reglas no escritas pero socialmente aceptadas. Ajá.
Interesante.

¿Y qué ocurre con personas como yo?
¿Qué narices ocurre con los que no valemos para seguir estúpidas reglas de conducta?
Con los que vamos por libre, los que actuamos por impulso según sentimos.

Cuidadito con esto que no estoy diciendo que faltemos al respeto o similares.

Pero ahí estoy yo. 
Dentro de ese círculo estoy yo, y en los límites una barrera electrificada invisible (no os lo vais a creer pero lo de la invisibilidad lo domino) que mantiene a la gente fuera. 
Claramente el gilipollas de turno que se lleva una descarga eléctrica emocional o racional pues se caga en mis ancestros y me cuelga el cartel de persona non grata forever and ever...
Y una no es de piedra y la aludida descarga le supone un desgaste físico y emocional de tres pares de cojones.

Por supuesto que hay gente dentro de mi círculo.
Menos de la que me gustaría.
Más de la que en realidad debería.

A veces me boicoteo yo misma, menuda novedad.

Me dijo hace poco Mathew que tenga cuidado y no me deje hacer daño. Ya... pero es que yo no soy como él. Yo no soy una persona coherente y que medita las cosas. Es más, si las medito voy a acabar haciendo lo mismo que pensaba pero más tarde. 

A veces tengo la sensación de que me gusta sentir el dolor de la decepción antes que ahogarme bajo tantas capas de falsedad.
¡Claro que puedo jugar al juego de las dobleces! Pero, ¿para qué?

AJÁ, AJÁ, AJÁ
Y aquí tenemos la prueba clave del porqué soy un ser no identificado.
Un objeto sin clasificar.

¿PARA QUÉ?
Lo sé. No hay un para qué.
Algunas cosas existen sólo porque sí.


Escribí hace tiempo un texto relativo a esto...
un texto cuyo resumen sería algo así como...

Me senté en la mesa de la cafetería. Había quedado a tomar un café. Nos sonreímos y nos dimos dos besos. Me quité las gafas de sol y las guardé en su funda. Metí la mano en el bolsillo frontal de mi camisa y saqué el corazón, palpitante, rojo, cálido, y lo dejé sobre la mesa.
Hablamos, tomamos el café y disfrutamos. Podía haberse quedado en eso, sin más. Sólo un corazón sobre la mesa y dos personas que charlaban.
Pero siempre hay quien se cree con autoridad de decirle al corazón cómo debe latir, en que debe pensar... y quien lo juzga por latir a su ritmo.

Claro, de ahí a los cien mil voltios hay un paso equivocado de por medio, pero oye, siempre me prometo ser cauta.

sábado, 3 de septiembre de 2016

El limbo

Mi optimismo se ha difuminado como la estela de un avión en el cielo. Sí, dura un poquito, pero giras la cabeza, y cuando vuelves a mirar... ya no está. Así, sin más.

Para empezar me he dado cuenta de que me he cepillado una semana (mi última semana previa a la rutina) así sin saber ni como. Joder, que ya es sábado y ¡septiembre! Brrrrr.
En realidad es sólo una parte. Una parte de un todo que se retroalimenta con sus otras partes que a su vez conforman el todo.
Estoy enfadada. Y creo que es conmigo.

Para empezar estoy cansada de no hacer nada. Porque seamos serios, he estado en el hospital pero pfff.... excepto no comer un par de días por orden médica y ciertos desarreglos intestinales yo estaba bien. Es decir, me levantaba de la cama, me movía, comía casi siempre... y ahora estoy cansada. Cansada de la mierda de la tele, de las revistas del corazón (sí, supongo que debí pensar en la opción de un libro, pero le tiré a lo fácil), de no hacer nada.

Y para continuar estoy cansada de acertar. Porque una cosa es que N. no vaya a venir, pero que haga mutis por el foro cuando le invito a venir en los próximos diez días cuando quiera... Ya, ya sé que lo hice porque me estaba cansando de tanto mensajito carente de sentido. Pero podía disimular un poco y decirme a los tres días, "lo estoy intentando pero va a ser imposible...". Joder, currátelo al menos.
En fin, que no le bloqueo. Pero le borro. Nada nuevo bajo el sol.

En fin, que necesito volver a la rutina. A la mente ocupada, al cansancio sano que me obliga a dormirme a las diez a más tardar. A un poco de fresquito (no mucho, pero algo sí).
A bailar, a tomarme unas copas, a mantener una charla con dobles sentidos, a reír, a sentirme fuerte, a levantar de nuevo las murallas que me mantienen a una distancia prudente de los demás.


No estoy negativa, estoy vulnerable. Saturada.
La rutina me mantiene en un lugar conocido, y ahora estoy en un limbo. 

jueves, 1 de septiembre de 2016

Estoy a un paso de alcanzar el Nirvana.

Al parecer el Nirvana es ese lugar espiritual donde alcanzas la felicidad plena, ausente de dolor y deseos. Bueno, yo no diría que estoy carente de dolor y deseos, pero lo de felicidad plena es cuestión de tiempo.

Lo primero es tener ausencia de expectativas (recordemos que hablo a nivel personal, no soy gurú de nada). Porque a mayores expectativas, mayor puede ser la decepción. Claramente tengo deseos de conseguir cosas, algunas me harían especialmente feliz y las deseo mucho mucho. Pero tengo claro que mi felicidad no depende de ello.
Y conste que tengo la costumbre de realizar listas anuales donde escribo lo que desearía lograr ese año. Listas que no tienen porqué ajustarse a la realidad, y que son absolutamente generales. En algunos casos he de reconocer que lo que escribo es poco realista. Otras cosas son básicas y las cumplo día a día (lo que podríamos llamar objetivos a pequeña escala pero no por ello menos deseables). Y la escondo.
Sí, sí, la escondo. Antes la escondía de forma que lo olvidaba y aparecía casi tres o cinco años más tarde y... se me ponía la piel de gallina de recordar el momento en que la escribí y ver cuán lejos quedaban algunos puntos (tal vez incluso porque habían dejado de importarme) y cómo otras cosas se habían acercado a la realidad.
Ahora tengo un lugar especial para la lista, aunque igualmente me olvido de ella. No hay una fecha clara de sacarla y hacer balance, ni de renovarla. Simplemente un día me surge sin más la idea y... es el momento. Esta última vez arriesgué más y puse fecha, jiji. Así sabré con más exactitud cuánto tiempo ha pasado.
He de reconocer que me sorprendí de cosas que había escrito. Y de cómo desde que hago esto es como si mi subconsciente tuviera un objetivo. Porque en el fondo, todo lo que escribo es posible en su justa medida. No pido imposibles tipo... conocer un actor de Hollywood, aunque... Uhm... lo valoraré para mi próxima lista.

Lo segundo que he aprendido es a aceptar la realidad. Es decir, lógicamente no se trata de ser conformista con absolutamente todo, pero tampoco hay nada sano en cerrar los ojos y empecinarse en que las cosas deben ser como yo quiero. ¡No lo son! Aprende a vivir con ello.
En esta parte entraría por ejemplo N.
Adoro a N., y me encantaría ver a N. Y él siempre (quien dice siempre dice un par de veces al año puesto que vive lejos) me promete que quiere venir a verme y que tiene muchas ganas. Y a veces me dice una semana concreta en la cual pasará por aquí un día u otro de la semana. Por ahora no se ha dado el caso de que eso suceda y siempre hay un imprevisto, pero yo sigo ilusionándome. 
La verdad es que yo sé que no va a venir. Pero quiero que venga. Y disfruto pensando que realmente quiere venir. Aquí la decisión es clara, o bloqueo a N. de mi vida o acepto este juego. Y quizá incluso algún día venga...
En fin, que acepto a N. como es porque lo que me hace sentir en positivo supera a la decepción de saber que no sucederá.
Creo que hay que aceptar a la gente como es o simplemente apartarla de tu camino. Porque de otro modo fingiremos que aceptamos como son hasta que los tengamos donde queremos, y ahí empezarán los reproches. He estado casada dieciocho años y sé de lo que hablo... y en el fondo sé que querría volver a tener pareja. (Mierda, esto que no salga de aquí, que mi yo consciente no está a favor y luego me monta un pollo).

Resumiendo, que la vida es la que es, y no se trata ni de fingir que es todo rosa ni de verlo todo en negro. La paleta de colores es muy amplia y hay que saber cuándo usar tonos pastel y cuándo una gama eléctrica. Cuándo disfrutar la vie en rose, y cuándo un periodo gótico.


El hospital me ha convertido en una blandengue.....