viernes, 25 de noviembre de 2016

Quiero tocar tu puerta... aunque nadie lo entienda

Me voy a meter una hostia.... pero es que es tan difícil no hacerlo....

Sentir el nudo en la garganta y el quemazón en los ojos sólo me dice que soy consciente de la realidad. Asumirla con todas sus consecuencias ya es otro cantar.
Pero he probado otras cosas y no me gusta.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Yo soy yo, y mis condiciones

Ayer el tipo de los halagos cavó su propia fosa.
Se obcecó en lo que no debía. Y yo le avisé... lancé bengalas de colores que venían a ser señales luminosas de peligro chaval, cambia la dirección. Y él insistió.

Ser majo no te va a salvar el culo en estos momentos. 

Detesto a la gente que ignora los avisos. Y en eso no soy sutil precisamente. Bueno, sí soy sutil. Lo que no soy es ambigua.
Y zasca. Erre que erre.

Bueno, llega un momento en que el buen rollo sigue su curso pero yo me paro en seco y simplemente te encuentras una valla electrificada.
A ver, gilipollas. Te he dicho que no. Que no.
Es que me es indiferente que seas encantador o vengas recomendado. Si digo que no salgo es que no lo hago. Y menos vienes tú.
Que me da igual todo. Menos una cosa: no has sido capaz de entender un hasta aquí antes de llegar demasiado lejos.

El chico no ha hecho nada malo. Sólo no respetar mis tiempos y mis manías, que no pido que comparta o que comprenda. De ahí todos mis esfuerzos en evitar el choque de trenes.
Pero esto me reafirma. Yo soy yo y mis condiciones. Y el que no quiera, que no venga.
Eso.... y que es imposible que algún día yo tenga pareja formal. Tengo demasiado carácter.

martes, 22 de noviembre de 2016

Por qué yo

Ella se reclinó sobre él y apoyó la cabeza en su pecho. Ambos estaban sentados en el sillón.
-¿Por qué yo? -preguntó él.
-Porque tú no me buscas. -y entrecerró los ojos.

sábado, 19 de noviembre de 2016

Desencanto

Y aunque sea lo único que nos quede agradezco que me haya dado dos besos al llegar y al irse. No soy el tipo de persona que propicia un encuentro, un gesto de cariño. No se porqué mi naturaleza me hace mantener las distancias con la gente. En especial con la que quiero y no tengo.

Hoy ha venido porque tenemos un acuerdo. Un matrimonio de conveniencia sin matrimonio. Yo necesitaba ayuda y él me ha la ha brindado, pero a cambio de un favor. El favor de ser su atrezzo en una fiesta y así poder ligar con alguien. 
El trato no me trae nada nuevo. Si acaso la simplicidad de las cosas, y... tal vez cierta frialdad en nuestra relación. 
Cierto que la he provocado yo, pero eso no quita que me duela. Aunque supongo que duele menos que fingir que esto no es lo que ocurría antes.

Querer es traicionero porque no es coherente. 

No tengo claro qué tipo de persona soy. A veces creo que soy de las que se enamoran del primero que pasa y otras todo lo contrario.
Me enamoró de instantes, sí. Y hasta la médula. Pero no significa nada.
En este caso me he enamorado de una ilusión. En realidad no es de él. Porque él no se ajusta a nada de lo que imagino con él.
Tal vez sea más fácil así. Sabiendo de antemano que no hay futuro. Él es mi dosis de realidad. La que me dice que no soy tanto. 

Y luego reconozco que soy muy torpe. Quizá porque no quiero hacerme daño,  y él lo mismo, ahora no he podido darle el abrazo que me pide el cuerpo.
Quizá sea lo mejor.

No sé cuándo saldremos. Supongo que el día 10 porque hay una fiesta, pero no voy a aventurar nada. Esperaré a que sea él quien me lo diga y allí estaré. Porque un trato es un trato y hoy él me ha ayudado cuando se lo he pedido.

Lo curioso de esto es que el desencanto se va colando de a poquito. Que le quiero igual, pero me voy blindando a no ser lo que imagino.

Trabajo de campo

A ratitos creo que me he vuelto una antropologa haciendo un trabajo de campo con el desconocido mundo masculino.
A veces siento que todo lo que sabemos de ellos es puro chiste.
Una se pregunta el porqué un tío, en su segundo encuentro amatorio y sin compromiso decide utilizar las palabras más cariñosas que se le vienen a la mente. E incluso te suelta un te quiero !  Obviamente tú te haces la loca porque estás demasiado feliz tras un ejercicio físico moderado y satisfactorio, como para meterte en barrena. Porque seamos serios. Ahí solo te quedan dos opciones, o le dices que tú también, o le dices que se deje de tonterías que no viene a cuento con cierta sensación de inseguridad emocional (acojone) -es que tú sabes que lo vuestro no es amor, así que no entiendes el porque de tal muestra de afecto-.
Y es que tampoco eres tan tonta. Sabes a ciencia cierta que te engañaron... Ese no es un te quiero real. Es un te quiero que te reta. Si le dices yo también, el pavo en cuestión dirá que es una forma de hablar y te dejará con el corazón en pedazos.... pero el pavo no es tonto. A calibrado correctamente la situación y sabe que no le quieres.  Se sabe a salvo. De ahí el asunto peliagudo. Si le dices que no es como echar leña a un fuego.... no, no. Es como darle un bidón de gasolina a un puto piromano. Eso le da cancha para decirte lo poco que te valoras y jugar a seducirte. Hasta que estés a punto de caramelo para el punto uno, momento exacto para dejar que vuestra relación se enfríe. Ahí ya no hay gel efecto calor que caldee esas brasas. 
Lo que te queda es vigilar tus movimientos para no dar imagen de vulnerabilidad y listo.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Cosas que no cambian

De verdad que yo le pongo ganas, pero hay ciertas cosas que no cambian. Como la barrera invisible de malestar que me rodea cuando hablo con mi ex.
No estoy segura de cuanto es real y cuanto costumbre, pero es instantáneo.

Desde la semana pasada ignoro las preguntas que a mí entender son inapropiadas y sigo la conversación como si nada.
No me resulta fácil, pero todo es práctica.

No. Dudo que tenga con él una relación fluida. Me obliga lo indivisible y punto.
Me molesta que no haya perdido ciertos hábitos.... y doy fe de que el otro día me mordí la lengua por no soltarle una burrada.

Que no digo yo que sea mal tipo. Sólo que no lo aguanto.

jueves, 17 de noviembre de 2016

martes, 15 de noviembre de 2016

Zapatos de cristal que indican el camino

Hoy me siento como si me hubiesen regalado unos zapatos de cristal. No los de Cenicienta, sino unos propios y su magia es diferente. En su caso es como si esos zapatitos me indicaran el camino ante mí.
Un camino mil veces más luminoso que el de ayer. Un camino feliz. Un camino lleno de esperanza.



No he mirado aquel papel que está escondido tras un recorte de revista que me indica que visualice mi futuro, pero me da igual, porque en cierto modo sé lo que quiero.

Definitivamente quiero a A. Es un idiota, pero de los que se lo perdonas. No soy tan masoquista como me hubiera gustado. No disfruto con el dolor. Le quiero pero no voy a sentarme a esperar imposibles mientras las telarañas del dolor me impiden moverme. 
Le quiero a pesar de sí mismo y a pesar de mí misma, pero sé lo que no voy a repetir. Le quiero con reservas y sin ellas. Le quiero hasta el punto de que no vaya a dolerme. Con el respeto que requiero.
Así que me encanta seguir hablando con él, y si algún día nos vemos disfrutaré dándole un abrazo o lo que se tercie. Pero no voy a quedar con él. Nos movemos en los mismos círculos, todo puede pasar.

Y tengo una amiga! Eso es clave para mí. Cierto que soy nueva en esto, pero estoy contenta. Soy nueva en lo de tener una amiga a nivel físico. Virtuales tengo muchos y de los mejores. Pero poder ir al cine con alguien, cenar con vino mientras ponemos verde algún capullo no floral y cosas así, eso es nuevo. Y me gusta mucho.

A N. lo perdí por el camino. Y lo cierto es que no lo lamento. Era un tipo extraño y casi diría que su único objetivo era confundir. Incluso creo que se confundía a sí mismo más de lo que él creía. Bye.

Y sigo teniendo a B y M. Imposible no decirlo. Son los mejores del mundo. Lástima de la distancia. Siempre recordaré aquel primer encuentro... él sentado en el sillón fumando y ella de pie a la entrada del salón. Y cuando soltó aquello y lo único que yo pensaba era... fin de trayecto. pero no. Y me alegro muchísimo.

Y el trabajo es como es, pero lo tengo. Y lo quiero. Y ahora mismo estoy contenta.

Y no solo eso. En este último año he encontrado un círculo de gente con la que relacionarme en el cual me he hecho un hueco. No son amigos propiamente dichos, pero cumplen su función. Y nunca se sabe si algún día se afiance con alguien una amistad... ya ha pasado una vez, jiji.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Lucha

Llevo tres semanas de bajón físico. 

Con la nueva dieta he mejorado. 
Aún así sigo cansada.

Qué curioso saber que este cansancio es resultado de una lucha. Una lucha interna de mi cuerpo contra mi cuerpo.
Eso es una enfermedad autoinmune. Una lucha.

Pero ya no escucho el rumor de la batalla.
Y es agradable.


martes, 8 de noviembre de 2016

Habemus diagnóstico

Creo que es justo que después de muchos lloriqueos sobre lo cansada que me sentía a todos los niveles, ahora diga que... habemus solución !

Una solución que pasa por un abandono total del gluten. SÍ , SOY CELÍACA .

Y lo digo feliz. Feliz porque comer esto o lo otro me es indiferente ya que había llegado a ese punto en el que sólo comía porque necesitaba combustible para que el cuerpo siguiese funcionando y siempre con un deje de temor a la comida bastante grande .

Es que ya van años así . Toda una vida, se podría decir. Así que estoy encantada de que sea lo que sea que pueda comer,  me siente bien y no sea puro veneno para mi organismo.

Yo no sé nada de la celiaquia , pero sí sé de lo que he vivido en mis carnes. Y es querer morirte porque todo tu organismo lucha contra sí mismo .
Lo que pasa es que yo soy cabezona y no por ello iba a dejar de ser feliz, equivocarme, bailar, beber.... stop!
Hay bebidas alcohólicas con gluten! Jiji. De ahí mi amor al Martini. Lástima que deba dejar los cacahuetes .

En fin.... que estoy feliz.

PD. no es lo único que me han diagnosticado, tb otra enfermedad del intestino que mi madre ya está tratando de convencerme que no es cierta porque es solo que la celiaquia confunde el diagnóstico y bla bla bla. Les encanta disertar acerca de mis exageraciones. Eso o dramatizar y ponerse el disfraz de patio ras (sufridoras).
Gracias a Dios cada vez me sale mejor lo de no luchar contra ello sino dejar que me resbale, pero no me lo ponen fácil .

domingo, 6 de noviembre de 2016

CONCLUSIÓN: son celos

Quien tiene un amigo tiene un tesoro .

Es por eso que he decidido contarle mi dilema a un buen amigo con el que hablo de vez en cuando por teléfono porque no podemos vernos .

Conclusión: son celos.

No, no, no son celos.

Repetición de la jugada: son celos y estás pillada.

Mierda. Eso sólo quiere decir que lo que yo quiero que me ofrezca es mucho más de lo que querría de cualquier amigo.
De ahí que me sienta ignorada.

Conclusión: ...

Mi amigo no es un puto oráculo.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Ejercicio de sinceridad controlada



Está bien.

Está bien...

Hagamos un ejercicio de sinceridad.
De esa sinceridad que me desborda cuando llevo dos copas encima.
Pero sobria.

Sobria porque borracha se me iría de las manos, y es un ejercicio de sinceridad controlada.

Por alguna extraña razón que no voy a analizar, siento algo por A.
Algo que hace que me sienta bien a su lado.
Y algo que hace que espere por su parte una determinada atención.

No es que el muchacho -sí, es un muchacho desde el punto vital donde yo me encuentro- me trate mal.
Es que no me trata como yo espero.

Hasta aquí yo lo asumo normal y lógico.
Cada cual espera una cosa, y si no hay conexión intergaláctica -o cósmica cada cual lo que prefiera- pues que cada uno siga su camino.

Pero claro... si él sabe -a medias- lo que espero, me trata como cree -a medias- que yo quiero. 
Lo justo para que yo no deje de salir con él.
Y no digo que lo haya hecho mal. Pero la realidad es que yo soy quien se engañaba. 

Yo necesitaba algo más.
Algo que sé -doy por sentado- que no va a ofrecerme.
Es que no puede...
Es que
no
tenemos
esa
conexión.

Es que yo necesito cosas más mundanas.
Una coca-cola.
Un paseo.
Y él está en un momento vital demasiado ajetreado.

Conclusión...

Premisa 1. Él me aprecia, y de ahí que haya admitido que me echa de menos.
Premisa 2. Yo quisiera algo más, lo que no pasa significativamente por ser pareja.

Conclusión...

A) Dejar de verle por siempre jamás porque no me quiere como quiero que me quiera
(la sabiduría popular es pura magia)

B) Asumir que es un amigo sin opción a más y... por ende, tratarle yo como tal...
(sin concesiones de ninguna otra índole)

C) Seguir auto-engañándome.
Pero ya no puedo...


La A) es egoista, y tampoco sé si es la solución definitiva.
La B) es madura, aunque yo estoy más bien verde...
...lo que implica que ahora mismo me gustaría que él sintiese algo por mí.


Creo que tendré que madurar. Es lo que hay, nos pasa a todos.
Puedo tratarle como a un amigo.

Puedo tratarle como él me trate.

Yo también

Mi-er-da.
Me dice de resaca que me echa de menos. ¿En serio?
Claro que yo he contestado que también.

No he incidido en el tema más por miedo que otra cosa.
Hemos hablado de cosas mundanas. El alcohol principalmente. Y ya.

No quiero hablar de ello. No quiero negociar condiciones para salir de nuevo juntos. Nunca le pediría ser la única. Ni exclusividad. Pero sí necesito sentirme especial e importante.
No puedo ser un complemento.

Si me echa de menos puedo hablar por wass. Si ya quiere verme tendrá que cambiar.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Estamos vivos

No te ofendas.

No te ofendas si lo que te muestro es una mujer en pie. Quizás un poco borde y que mantiene las distancias . 

No te ofendas.

No te ofendas su lo que ves es que no necesito a nadie y que te mantengo afuera. Que observa y no habla.

No te ofendas.

No te ofendas si el día que me desvele cual soy, corro a desaparecer. Si refuerzo mis barreras. Si me revista de hierro.

No te ofendas . 

Pero es que lo que hay detrás es puro cansancio
Lo que se oculta son ganas de llorar a media tarde
Es querer que el tiempo pase

Es difícil que lo entiendas
Es cansancio del Real
DEL físico 
Del que no se de donde viene
Del que te pide llorar de puro agotamiento 

Pero si estamos vivos no hay tiempo para llorar
Hay que seguir