miércoles, 11 de febrero de 2015

Y cierro las compuertas

Y cierro las compuertas. 

Es extraño. A veces tengo la sensación de que lo que a mí me hace brillar a ti te aterra. En cierto modo es así. Y me rebelo contra eso tantas veces... que aún no he aprendido que no vale de nada. Eres tú quien debería rebelarse, pero supongo que no le ves sentido.
Yo sigo aquí parada a tu vera mientras mis ojillos, mi piel, mis sentidos, vuelan sin tregua. Y estoy aquí por voluntad propia, pero eso lo olvidas. O lo das por hecho. Como si fuera impreso en nuestro ADN, cuando en el mío palpita algo distinto.

Me duele cuando lo veo con tus ojos, así que en parte lo comprendo. Pero es que en general paso más tiempo bajo mi piel, y entonces lo olvido.


Y cierro las compuertas.

Porque lo que a mi me hace ser más libre, más fuerte, más... calma, a ti te asusta.
Y como no podía ser de otro modo, a veces me desbordo y no controlo. Y o abrimos compuertas o esto amenaza con ahogarnos a todos. Quizá a mí especialmente... puedo hacerme mucho daño sin una vía de escape. Y al final te estallará en la cara.

Pero hemos llegado a un acuerdo. O algo así.

No voy a mentir... (no ahora) ...me sabe a poco.
Pero... hay una parte buena. Jodidamente buena. Y creo que eso compensa al resto más de lo que esperaba.
Y aún así sé que no lo aprecias. El que no quiere ver...

Es pura magia poder ser yo por una vez. Sin nadie que me dicte cómo ser. Y aquí toda la culpa no la tienes tú, son demasiadas cosas, demasiados años luchando contra todos.
Y de pronto yo. Sin más. Sin barreras ni futuros. Sólo el instante. La eternidad del instante. Y la electricidad recorriendo mi piel hasta incendiarla en la risa. En la mirada. En saber que ya no hay más...
Boom. Boom. El latido en mis oídos que me da la libertad.

Y el camino de vuelta deja una estela de luz que sólo yo veo, que sólo yo siento. Como un reguero invisible de alegría. Me gustaría poder embotellarla y darte un poco.
Incluso a ti, que me lees te daría un pequeño frasquito. Y una sonrisa que inundara esta distancia y se grabara en tu palma.


Y cierro las compuertas. 
Y juego a una calma que no siento. A un silencio que no ahogue. A esperanza que no espera.

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