lunes, 29 de septiembre de 2014

Es lunes!!!

Es lunes!! Es lunes y... sinceramente no me había dado cuenta, ¿puedes creerlo? Yo adoro los lunes. Me dan energía, me cargan las pilas, me llenan de ganas.
Sí, lo de ir contracorriente es cosa de mirármelo. Algún día, hoy no.

Hoy es uno de esos lunes geniales que te dicen que todo va a ir bien. Aunque vaya mal. Todo va a ir bien, porque de pronto te llaman y te dicen... mañana entrevista final de trabajo. Un trabajo normalito, y que todavía no es mío... pero que puede serlo.
Y me digo, pues sí. A disfrutarlo, a decir... puedo hacerlo, y lo voy a demostrar.
Lo que pase después no es cosa mía. Lo que pase después será después.

A veces un cambio pequeño puede llevar a otro más grande. Y a su vez, de forma sorprendente puede llevar a que todo permanezca. A que no se hunda el mundo. A que te rías. A que un lunes lleve a un martes, y así hasta el ansiado (al menos por la mayoría) viernes. Y todo llega.

Pero hoy es lunes, y yo mañana me vestiré de ganas y haré algo diferente, y en sí mismo ya es mucho.


Estoy cansada de luchar. Voy a fundirme en el entorno y a bailar con la mañana.
He encontrado risas y alegría, y aunque prestadas me sirven. Mucho, muchísimo.
Y lo que deba ser, será. Conmigo o a pesar de mí.

Ya va cayendo la noche.
Ya va saliendo la luna.
Ya voy rozando los sueños,
que habitan en mis cabellos,
que rizados se desgranan,
entre las sábanas blancas.
Ya va alejándose el día,
en favor de las caricias,
que la oscuridad depara.

Cual rosa marchita,
que revive un día.
Cual flor amarilla,
que acaricia herida.
Como la mañana,
llena de esperanza.
Suspiro a tu lado,
más sigo en el mío.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Por alguna razón me hace llorar

Me molesta cuando tengo mucho que decir pero no sé ni qué.
Es una sensación de malestar, de zumbido en las ideas. De escribir y borrar porque no lo descubro.
La sensación de querer decir algo pero no encontrar las palabras. Como cuando tienes esa palabra en la punta de la lengua en una conversación pero no se decide a salir hasta la noche. Cuando ya a nadie le importa.
En eso ando.

Escribo sobre mil cosas, pero no sobre lo que me ronda. Porque me rondan tantas cosas...
Y sin más escribo un poema que no sé dónde colocar...


Me haces reír, soñar, sentir

Quizá porque no tenemos futuro
Porque no tendremos pasado
Y el presente es indiferente
Me dejo yo llevar

Me haces soñar
Sentir
Reír

Pero por alguna razón me hace llorar.
Creo que tal vez sí quisiera tener futuro, sí quisiera tener pasado y me gustaría que el presente importara.

He aprendido a jugar con mi baraja, pero me faltan cartas. Y el día que me quede sin mi mano, tal vez se acabe el juego... y tan contentos.




Me he apagado

Me he apagado. Creía que no, pero sí.

Es lo que tiene el limbo, que ni es fuego ni es cielo. Te mantiene en un letargo absurdo...

A pesar de ello juego a sentir.
Juego.

A pesar de ello a veces siento.
A veces.

A pesar de ello sólo es juego.
Sólo.

Porque no es más que un juego, no es real. Y lo entiendo.
Pero a veces siento. Y me gusta.

Lo peor es olvidar qué es sentir. Qué es soñar, qué es jugar.
Perderlo puede hacer que no regreses.

Letargo: ni frio ni calor.
Indiferencia.
Decepción.
Cansancio.
Silencio.
Pena.


Y aún así me enciendo, no sé ni cómo.
Me despierto del letargo en este juego.
Y me gusta lo que siento, lo que anhelo.
Porque sé que es una llama de esperanza.
Un no perder esa chispa, a pesar de no ser nada.
Revoloteo encendido, en el centro de mis dedos.
Sonrisas que se me enredan, y que me gusta sentir.

Simple luz entre la niebla.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Tal vez

El alma me duele tanto que a veces creo que se romperá en pedazos. Que cada pedazo sentirá solo un poquito. Que nunca seré capaz de sentir la totalidad de las emociones. Pero tal vez sea bueno. Creo que siento en exceso y eso me rompe por dentro.
Cada uno de mis huesos se astilla cuando me miras. Indiferencia que se aferra a mis sentidos como el petróleo a unas alas blancas. Podemos limpiarlo a conciencia, pero siempre quedan restos. Una vez te des la vuelta satisfecho olvidaras a esa ave que ya nunca podrá volar. Pero yo me muero por dentro un poco cada día.
Un fuerte latido atenazado por cadenas. Mis cadenas. Podría salir volando.  Pero me contengo. No lo entenderías nunca, como nadie lo entendió. No sabría explicarte qué significa soñar, y cuán alejado está de la realidad. Nuestra realidad. Ojalá pudiera llevarte.

Te duele que vague por mares, ríos o montañas. Tal vez unos más que otros. Pero yo ya no puedo mirar solo por la ventana. No se trata de mi cuerpo. Lo que quieres apresar es mi mente, y eso… eso no puedo dártelo. Porque es libre a pesar de mí misma. Ni tan solo yo la controlo.
Trato de cerrar las puertas pero siempre vuelvo a abrirlas. Porque soy mujer de sueños mucho más que realidades. ¿Crees que no lo sé bien? Me hago daño cada día tratando de combatirlo. Ojalá supiera cómo. Ojalá fuera tan fácil.
Sé que siento tan intenso que a veces no me comprendes. Si me explicas cómo hacerlo yo me encerraré en la torre. Donde todo pueda verlo y apenas nada me llegue.

Solo quiero recordarte que cuando tratas de explicar la magia… deja de ser magia. Si diseccionas cada sentimiento, al final no queda nada. Solo un sinfín de retazos inconexos que nunca podrás juntar. Si eres feliz, no deberías tratas de razonar.
Aunque tal vez… sea mas fácil de decir que de hacer.



Texto de hace más de un año...

Histrionismo emocional

De nuevo lunes. De nuevo otra semana, un nuevo día, una nueva oportunidad...
Es mi día de escribir (entre lunes y martes, no soy muy estricta) y dejarme llevar. De no pensar y teclear.

Este fin de semana fue dulce. Sabía a tarta de cumpleaños (no el mío), a fondant. A subida de azúcar y, porqué no admitirlo, a cierta nostalgia. Es lo que pasa cuando te ves inmersa en un bucle temporal que te recuerda las cosas buenas. Cuando de pronto sientes la cercanía de la sangre que no sueles ver a menudo. Y sobretodo cuando la ves igual de perdida que tú.
Quizá no igual, eso está claro, pero ninguna gota de agua es idéntica. Pero agua es.


Luego debí implosionar, como tantas veces cuando el nivel de estrés me sobrepasa, aunque esta vez lo hice con menos ruido. Sólo me he dado cuenta con el paso de los días.
Hasta yo me canso de tanto histrionismo emocional.

He decidido que detrás del uno, el dos. Hagan cola por favor, que no puedo de a muchos...

Besos de lunes. Quizá vuelva antes, aunque no prometo nada.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Dos cosas

Hoy me han pasado dos cosas.

Dos cosas de igual trascendencia, pero opuestas. Una buena y otra mala.

La buena es que alguien que conozco me ha ofrecido una posibilidad de empleo, pero como digo, es una posibilidad. No hay nada concreto. Una expectativa.
Sinceramente, tal y como me viene la vida últimamente una expectativa ya me levanta la moral.

Si finalmente la posibilidad se concretase creo, que a pesar de los cambios que implicaría, lo aceptaría. Con ganas. Muchas ganas.
Pero es pronto para ilusionarse.


La segunda es una mierda.
Le afecta directamente a mi marido y es injusto. Injusto por inmerecido. Injusto porque es un gran tío. Mierda de vida. Y ahora me siento como si fuese parte de una conspiración para hundirle, y nunca fue esa mi intención.


Esta claro que algo falla conmigo.
Tengo la impresión de que no se a que juego.
A solas o juntos.
No se puede todo.
Me dueles y duelo.
No puedo evitarlo.

Y tengo miedo a que te vaya mal sin mi
Porque sé... que aunque poco he colaborado en otros aspectos...
Te he dado estabilidad
Y ahora de pronto te la quito
Y me siento una mierda
Porque me viene grande

Los límites de lo aceptable

Y entonces alguien suelta la bomba. Te preguntas si realmente ha esperado o son coincidencias de la vida.
Pero eso, a fin de cuentas, es lo de menos.

Lo que importa es que el día que decidiste dar el paso algo pareció activarse. Una especie de engranaje cabrón que ha empujado las primeras piezas de un dominó cuidadosamente montado.
Pero algo está trascendiendo los límites de lo aceptable.

Ahora ya dudo qué camino tomar.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Esto no es una despedida

Quería agradecerte todo lo que me has aportado. Esto no es una despedida, porque no quiero que lo sea. Es un impás. un necesito recomponerme a solas. Un no puedo contarte lo que siento cuando aún no sé ni lo que siento.
Reconozco que quizá sin tus consejos me hubiese quedado más atrás en el camino, y que quizá el dolor hubiese sido mayor. Pero... ya lo dijiste una vez M. "para los imposibles tardamos más". Y yo ya no puedo más.

Sabes que soy de las que hacen las cosas a su manera, aunque sospecho que rara vez acierto.
Me separo enamorada de mi marido, y correspondida. Pero a la vez me separo porque este amor me está matando. Porque en contra de lo que parece el amor sólo no basta.
Porque no puedo explicarlo.
Porque las mañanas son peores que las noches.
Porque sigo abrazándole al dormir porque esto está en marcha, pero el proceso es lento.

Y quería darte las gracias, pero no tengo ganas de irte con mis rollos, que los leas y me contestes con esa lógica que me falta y que me ayuda. Pero no es tu guerra.

Si te digo la verdad, me quedo con que en el fondo él se crecerá tras esto. Creo que aunque no lo sabe, lo necesita. Él me ahoga a mí, y yo le coarto. Mi personalidad es excesiva... por loca.

Te prometo que estoy mirando muy en serio el asunto laboral. Y no voy a parar...


Se que cada uno tenemos lo nuestro, y que tal vez yo no me amoldé, o me amoldé en exceso. Pero por exceso o por defecto es lo de menos. Aquí estamos.
Vosotros me habéis dado un año extra. Y lo sabes. Un año extra desde que me indicaran que debía divorciarme.
Pero no ha sido un año malo. Ha sido un año genial. Para ambos. Y hemos hecho cosas que jamás creímos. Juntos. Y ha habido mucho tiempo a buenas. También mucho dolor. Pero nada que no hubiese antes.

Me hubiese encantado poder contarte mil cosas, expresarte cómo sentía las cosas, cómo las afrontaba. Tomar un Earl Grey. :)
Pero las cosas se dan como se dan, y no lamento nada.

Quizá más adelante escriba. Ahora no puedo... aunque ya me conoces. Ni en la primera carta digo todo lo que pienso, ni lo que pienso coincide siempre con lo que hago.

Así me va, :p

Gracias

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Lo que es duro

Lo que es duro no es la parte legal, que también. Sino saber que una persona a la que quieres con locura la pierdes porque no logras conciliar formas de vida.

Siempre te lo dije

Siento un vacío enorme.

Se que crees que no te quiero... que por pedirte esas cosas te he dejado de lado... pero siempre traté de que fueras conmigo.
Cada vez se complicaba más...

Me has pedido mil veces que te diga lo que siento, pero nunca has querido entreverte entre mis letras. Y aun así estabas en ellas. Estuviste en primer plano mucho tiempo, pero te guardaste tu opinión. Pocas veces hemos coincidido. Pocas veces hemos compartido.
Y ahí estabas. En mil letras. En primeras veces, en risas, en caricias, en besos.
Y de pronto empezaste a cerrarte. Empezaste a temer lo que estaba por llegar. Lo que llegó hoy por fin.

Quería compartir contigo. Pero me cerraste tanto que quería huir de ti.

Y aun así... ahora... sólo puedo pensar en tu ternura. En tu sonrisa. En tu piel bajo mis dedos. En tu caricia. En el abrazo de la noche. En las miradas de te quiero.

Lo que buscaba fuera no me faltaba dentro. Pero necesitaba un algo más. Y siempre te lo dije.
Quizá ese fue mi error.

Ahora no quiero volver a la última parte. Quiero recordar todo lo que me ofreciste antes de sentirte amenazado.
Y no quiero que pienses que te quiero ablandar. Se que ahora mismo lo único que soy es... un problema económico. No puedo culparte. Hasta yo sé que soy un problema económico.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Ahora ya, puro desvarío

Que todos los caminos llevan a Roma, ya lo sabemos. Pero lo que hay que plantearse es cuánto tarda cada uno. Porque sí, todos te llevan, pero alguno da un rodeo, y otro pilla la directa. Y que llegar llegaremos, pero tal vez no es lo mismo hacer el camino entre baches que hacerlo por autopista (recién asfaltada).

Y aquí estamos, camino a Roma. Que digo yo... ¿para qué? En fin, no es por desmerecer a Roma, (fui en fin de curso, es bonita pero no me mata, aunque ese no es el tema), que fue un gran imperio (dudo con las mayúsculas...) pero si analizamos bien la expresión y el concepto... tal vez Roma esté en todas partes.
Y eso nos deja con una Roma llena de baches que te dice... ah, no querías caldo, toma dos tazas.

Para los que no pillan sutilezas diré que hoy ando poco optimista. No, no es mi vena introspectiva, aunque quién lo diría, eh... Pero no.

He tenido un finde interesante. Uno de adultos (eramos dos, Roma pillaba lejos y decidimos que lo de las orgías tal vez mejor para otra ocasión más digna de ser celebrada... ya se sabe, para un Santo, que nunca sabes que hacer, ¿regalas o no?).
Me he perdido... ah, sí. Finde de adultos, aunque con un impás infantil entremedias, supongo que para que no se nos subiera a la cabeza. Y técnicamente fue bueno. Osea, técnicamente fue de cojones (entiéndase muy bueno, lo que sería un A++), pero luego viene la teoría.
Digamos que teóricamente debió serlo. Pero ahí la cosa se confunde.
Diría que a ratos.

Y es ahí justo cuando uno se plantea...
¿esto es Roma?
¿o estoy de camino?
Porque no es lo mismo.

Porque tengo la sensación de que camino a Roma 
me he perdido
y me he encontrado
pero empiezo a dudar.

Porque yo te encuentro el Norte,
en pleno día
y sin pensarlo

pero tal vez ya de igual.




Y si llegas al punto en el que te da todo igual mejor te paras.


Y luego, puestos a desvariar (ahora ya puro desvarío), montas una posada, que todos se pierden. Pero ilegal, que no me saqué el título de posadera. 
Y ahí piensas en aquellos irreductibles galos... y te ríes.

Besos tontos de lunes.

Tatu

jueves, 11 de septiembre de 2014

Y todo esto sin siquiera una aspirina...

Al parecer este año habrá tres super lunas. Esta semana tuvo lugar la segunda. Esto quiere decir que la luna está más cerca de la tierra que nunca. Y al parecer es bonito.
Yo no niego que lo sea, aunque hay que reconocer que la luna afecta (y mucho) al ser humano. A su carácter. A su humor. A su cordura.

Ya mí me está jodiendo viva.

Recuerdo la primera. Acabé en la terraza de casa, bastante agobiada mientras... no, espera. Eso fue en la lluvia de estrellas. Sí... que vi una. ¿Alguien sabe el plazo de entrega de los deseos? Es que yo le doy un año de margen, pero empieza a ser cansado. Muy cansado.

La superluna quizá no estuvo mal. Mi cabeza empieza a confundir fenómenos astronómicos, que no astrológicos, de tanto que hay.

La verdad es que no me sientan bien. Lo fenómenos estos, quiero decir. Ya en mi tierna infancia, cuando mi primer eclipse solar me metí bajo la cama y traté de que mis padre también lo hiciese para no quedarnos ciegos. La profe debió explayarse de lo lindo y yo aún era joven para entender conceptos físicos como aquel.

Esta semana la segunda superluna también me ha dado de lo lindo...


Pero bueno, pasando de eso, diré que esta semana de nuevo he vuelto a la cuerda floja. Que pensé que estaban las cosas claras, y de nuevo se opacaron.

Ay. (suspiro)
Que estar cansado, deprime. Y deprimirse ya cansa.
Que fingir que nada pasa, empieza a pasar factura.
Que blogger se me ha llenado, de publicidad de mierda.
Que yo ya no rindo cuentas, y si cuento es porque quiero.
Que dos vidas no son una, por mucho que lo firmaras.

Que sí. Que seré yo. Que vale. Que lo entiendo.
Que tergiverso. Que enredo. Que invento...
Que no entiendo. Que entremezclo.
Que zig, zag. Que Zipi Zape.
Que no sé, que tú tampoco.


Y toca finde de pruebas.
Y vas con la moral baja.
Mejor que la recuperes.
Que la ciencia no hace nada
que no quieras tú que haga.
Que esto no quita lo otro
Que si te encabronas, vale
Pero no me pidas cuentas
De tanto lijar resbalo.

lunes, 8 de septiembre de 2014

En ocasiones

En ocasiones mis principios se vuelven contra mí
Apenas convertidos en finales.
En ocasiones mis deseos se vuelven contra mí
Apenas convertidos en cristales.

En ocasiones, es mi verbo y no mi sexo quien se moja
Y es mi corazón quien llora, no mis ojos.
En ocasiones, se repiten las palabras que me angustian
Y es el cansancio quien las borra, no mi enojo

En ocasiones imagino que es posible lo que escribo
Y mil palabras se me agolpan en los dedos
Y... en ocasiones me doy cuenta que no importa
Y en el silencio me disfruto en otro credo


Y en ocasiones paladeo nombres
de aquella gente que traigo conmigo
que aun a distancia convertí en amig@
Y doy las gracias.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Pelotita rosa

Como una pelotita rosa que se mueve a velocidad insospechada.
metida en una caja 
desafiando realidades

Como fuego que prende cuando toca sus barrotes
que ceden a mi tacto
y me condenan
a la pena


Sin más.

Revelación o locura

Escribo mucho más de lo que publico, pero es que poco logra gustarme.
La realidad es que no logro centrarme. Se me escapan los sentidos y me enredo entre palabras. Es posible que no sepa bien lo que quiero decir, porque ahora mismo bulle demasiado.

He hablado alguna vez de como he ido cambiando de un tiempo a esta parte. No se si es un cambio personal, una revelación o locura. Pero ha ocurrido mucho en muy poco tiempo y no logro ubicarme.
Lo que sí tengo claro es que el punto de no retorno lo pisé hace relativamente poco tiempo. Creo que apenas lo sobrepaso en realidad... Pero no he dado marcha atrás así que está claro que sólo hay una opción posible. Seguir adelante.

No ha sido fácil llegar hasta aquí, y a pesar de lo que pueda parecer ha sido un proceso paulatino.
¿Que si he equivocado la ruta? Posiblemente. Y quién no...

Pero empiezo a estar donde quiero estar.
Empiezo a entender lo que quiero ser.



Pero.... la verdad es que nada es fácil. Parir no es fácil, nacer no es fácil.
VIVIR NO ES FÁCIL.

Y qué.

SÍ, LO SÉ, NO ME LO RECUERDES...

la vida me da miedo.
Pues bien.

Y sí, sé lo que hablamos, lo que me has dicho...
sabes que te escucho.
Pero no siempre me acopla.

Quisiera ser leal, ser legal y ser formal.
Pero a veces me doy cuenta de que ya pasó esa época.

Será la crisis.
No quiero teles.
No quiero coches.
No quiero tetas (operadas, entiéndase).

Un mundo gris / Miedos

Caminó unos pasos antes de detenerse en mitad del claro. A su alrededor todo era verde, brillante, lleno de vida. La luz de la mañana se filtraba entre los arboles y le daba al lugar un aspecto mágico.
El viento movía las ramas suavemente y el sonido de las hojas al rozarse entre ellas se convertía en un suave murmullo que invitaba a descansar.
Suspiró. Una pequeña sonrisa se coló en las comisuras de sus labios y sus ojos se entrecerraron, formando apenas pequeñas arruguitas de ilusión.
Se mantuvo de pie. Los pies ligeramente separados bajo la túnica de color plata. El viento jugaba a empujarla contra su cuerpo. Descalza, sentía el tacto de la hierba.

Sabía... que no debía hacerlo. Ella lo sabía. Pero algo en su interior sugirió que tal vez... Tal vez no ocurriría nada esta vez. Quizá todo era una mala pasada de su memoria. Cuentos para no dormir.

Estiró la mano y un pajarillo se posó en ella. Sabía que vendría. Siempre había alguno que se sentía atraído. Lo miró. El pajarito movió la cabeza y pió. Era azul y amarillo. Era precioso. Ella comenzó a sonreír y de pronto ocurrió.
El pajarito comenzó a volverse gris. Un hermoso gris, pero gris al fin y al cabo. El rostro de ella mudó a una dolorosa aceptación. Cuando echó a volar ella se abrazó, mientras seguía observando.

Un momento después, muy despacio, se retiró de nuevo entre los muros. A su paso, la hierba se había vuelto tan gris como aquel pájaro. Procuró no pisar ni tocar nada más que lo imprescindible.
Sabía lo que sucedía, y aun así de vez en cuando necesitaba recordárselo. Miró por la ventana la senda plateada sobre el verde, y el pajarillo.

No quería un mundo gris.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Reír

¿Y por qué no?

A veces hay que reír sin más razón que saber que no hay razón, que decía alguien que no recuerdo (diría que yo, pero tal vez sea mucho decir).

lunes, 1 de septiembre de 2014

Redefiniendo realidades

Subidas y bajadas.

En realidad soy demasiado volátil. Demasiado visceral.
Estoy ocupada estos días haciendo algo muy poco original. Poner un pie delante del otro.
Y en esas ando cuando de vez en cuando doy un traspies. Como si estrenara tacones nuevos. De aguja.
Y yo sólo he usado zapato plano. Así que... rezaremos para no romper el tacón, ni mi crisma.

Anoche veía una película en línea (cosas de hoy que haces para tratar de no ser ilegal y al tiempo no gastarte el dinero que no tienes en el cine... por no hablar de que en la tele no hacen nada) y me dio por pensar en Jack Nicholson. Le echo de menos. Su histrionismo. Su mirada salvaje (y no, no he visto las de miedo, que una ya es bastante aprensiva, pero.... le adoraba en la comedia). Su forma de llenar la pantalla.

Las películas de hoy me parecen faltas de energía. Por no mencionar que los americanos cada vez me parecen más insulsos. Dios, hasta los papeles latinos son comedidos y mantienen un tono comedido y políticamente correcto. ¡Joder! ¿Pero qué porquería es esta?
Digamos que me aburro y les encuentro falta de energía. Sin más.

Creo que tengo demasiada agresividad encerrada. Y el gym tampoco me motiva. Tanto estiramiento controlado. ¿Es que nos hemos olvidado del instinto primario?
Pues yo tengo ganas de gritar. Y de cagarme en alguien. Y de correr y de desfogar.
El sexo está bien pero ahí también me he vuelto protestona... Aunque no tengo ganas de hablar de sexo, para eso tengo mi otro escenario. Donde doy rienda suelta a mis sentires, imaginados o no.

Pues aquí sigo. Comedida cual actriz de moda. Sujeta a un personaje que no se acopla a mi figura. Que sobra aquí y falta allí. Pero es lo que hay mientras se cubren objetivos. O mientras se redefine la realidad.
Que puta. La realidad, digo.

Pero mientras me voy recosiendo las costuras y al final veremos en qué quedo. Que el bótox es muy malo, y la aguja más. Y yo soy de cara lavada... y sin gafas me veo desnuda. Curioso...
Redefiniendo realidades.

Besos de lunes... H. Tatu