¿Por qué no los he publicado...?
Gran pregunta.
Tal vez porque en el fondo sigue habiendo corriente. Debajo de la calmada superficie.
Hace poco alguien decía que un deseo inconfesado a uno mismo se define como frustración. Yo discrepé, y en cierto modo sigo haciéndolo. Hay muchas cosas que no me confieso y no es por frustración. Es... cómo definirlo... supervivencia.
Y no voy a negar que a veces me he sentido como quien deja pasar un tren en una estación llena de gente. Un tren al que yo misma me he negado el acceso porque no me sentía preparada para subir. Lo he visto aminorar su marcha mientras alguien me tendía una mano para ayudarme a subir y yo simplemente miraba sin poder decir nada. Porque poco se puede decir en esos casos.
Y lo he visto seguir y coger distancia. Y hacerse pequeño en la distancia y lo he añorado.
Arrepentirse no, porque al fin y al cabo cualquiera de las dos opciones eran parte de la elección (cogerlo o no cogerlo), pero sí me he preguntado a veces qué hubiese pasado de haber subido a ese tren. De haber asido esa oportunidad en lugar de dejarla pasar.
Pero no me gusta perderme en imposibles, porque no conducen a nada. Así que cuando ocurre, escribo. Y lo transformo.
Saliendo un día de la consulta del loquero, se encontró con su otro yo.
Se miraron a los ojos y una de ellas sonrió.
La otra en cambio, expresó desconcierto en sus ojos. Casi temor.
La primera siguió caminando y su sonrisa se ensanchó al acercarse, aunque no llegó a despegar.
La segunda tragó saliva y se apartó para dejarla pasar.
Pero aquella se detuvo a su lado, lo suficientemente lejos como para no tocarla,
lo suficientemente cerca como para sentirla.
"Es precioso" le dijo...
Ambas podían ver el interior de la otra porque en cierto modo eran la misma persona.
..."pero no brilla" señaló al fijarse un poco más.
Lo dijo en un tono suave, casi un susurro.
"Pero está entero" se justificó la segunda.
La primera asintió.
"¿Por... por qué está... roto?" cierto desasosiego invadía a la segunda.
La primera se encogió de hombros.
Extendió la mano y se lo ofreció.
"¡Estás loca! ¡Lo romperán!" y lo apartó bruscamente, como si quemara.
La mirada de la primera se entristeció.
Pasó el dedo por encima del pequeño rasguño, casi imperceptible, que la segunda acababa de hacerle.
"¡Lo ves! ¡Es una locura! ¿¿Por qué lo haces??"
la acusó de nuevo.
"Porque de otro modo moriría"
8 comentarios:
Un vez escribí un poema sobre esto de o que tú hablas aquí,( y creo que va a ser dificil de buscar), y desde luego si lo encuentro te lo publico como comentario.
En estos casos de mar de fondo, mejor no mojarse ni nadar, el mar es angañoso.
Un abrazo, TATU y todo mi cariño.
Disfruta en la playa, disfruta de tu sol en tu bella orilla de tu alma, Besos.
Sabes Amapola, es un consejo fantástico. Y te lo cojo.
Al menos por un tiempo trataré de mantenerme en la orilla.
De tu poema... sería bonito leerlo, pero sé lo prolífica que eres, así que tal vez sí sea difícil. Aún así agradezco que lo busques.
Muchos besos guapa, muchos abrazos.
Yo no digo nada.
A veces lo dices tú por mi :)
Un beso enorme, guapetona
Muacks preciosa!
Me gusta que digas sin decir :)
besos Marrubita
En el acto de la escritura poética hay algo que no es una liberación total, pero se le parece. Sacas de tí la angustia y la pones en el papel.
No sé si será tu caso, lo que está claro es que eres una mujer muy sensible.
Un beso.
Creo Pitt que sí es mi caso, aunque este es un lugar de desahogo medio. lo que necesito el día a día. de ser más grave emigro a otro sitio.
Sí, soy sensible, y poco puedo hacer con eso, aunque últimamente me estoy calmando.
besos Pitt :)
Escribir para matar nuestros demonios, oh si...
Besos.
Me entiendes, verdad...
Un beso Toro. :)
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