miércoles, 3 de diciembre de 2014

Supersticiones

No soy especialmente supersticiosa, es más... no me molesta pasar por debajo de una escalera y los gatos negros son mi perdición. Los adoptaría todos. Pero reconozco que me invento mis propias supersticiones. O que más bien creo en el karma.

Una de esas supersticiones es la de organizar armarios. Tirar todo aquello que hace un año que no usas y dejar sólo aquello que utilizas. Ordenarlo, mantenerlo organizado.
Esto es mucho decir, porque soy un maldito desastre, pero reconozco que cada cambio de estación me lo propongo y que este año en concreto me he esforzado.
De casa han salido bolsas y bolsas de ropa que he podido usar dos o tres veces en mi vida. También es cierto que eran heredadas y estaban ahí por un "por si acaso" o que yo no tengo un gusto (bueno no tenía) especialmente bueno.

Lo que esto aporta es un cambio radical en tu vida. Como quitarte del medio obstáculos invisibles que te impiden ser feliz.

La realidad es que no es fácil saber lo que quieres, pero empezar por algo tangible siempre ayuda. Ser capaz de tirar un vestido, un pantalón, o incluso la mitad de tu armario, puede darte una perspectiva clara de quien quieres ser.


Y... la realidad es que quien quieres ser siempre ha estado ahí,
solo que tal vez no le escuchabas.

A veces mantenemos nuestro verdadero yo aletargado,
esperando el momento de salir.

Caminamos de forma automática, y vivimos de forma mecánica,
pero basta el momento preciso...

para dejarlo salir.

Creo que el único modo de ser feliz
es ser generoso.

Ser generoso implica que te harán daño
pero esa es su opción.

La mía es estar viva.
Aunque duela.

Porque un instante de ternura
es disfrutar de mil sonrisas.

(estoy algo boba, buenas noches :)

4 comentarios:

Pitt Tristán dijo...

Este poema de Carlos Alcorta para esa adorable boba:

Como un guante de terciopelo el sol acaricia el fragmento de tu piel
expuesta. Está el día en su más
colmada lumbre y yo me adentro,
olvidado de mí, en su incandescente llama
mientras bebo esas gotas de sudor
que brotan en un descuidado pliegue
cuya forma obedece al envés de tu sombra.

Tatu dijo...

Eso son palabras mayores. Es precioso. es precioso que te dediquen algo así.

Besos de esta boba... adorable ;)

ɱağ dijo...

¡Y yo que soy como una hormiga que todo lo guarda y de repente, un día, se vuelve cigarra!
Un armario es una perfecta metáfora de nosotros mismos.
Besos.

Tatu dijo...

La verdad es que tenemos un poco de ambos, cigarra y hormiga.

Besos preciosa estrellita :)