viernes, 12 de diciembre de 2014

Sin macerar

Leo textos míos y soy capaz de sentir de nuevo las emociones que me recorrían al escribirlos.
Debajo del erotismo, de la pena, de la historia, subyacen emociones que nada tienen que ver con la historia. Emociones en estado puro. En algunos casos más fuertes, en otros más sutiles, pero siempre ahí.

No sé crear de la nada. Necesito una chispa que me induzca. Unas risas, una charla, un deseo... el olor de una higuera... Y sin más todo fluye.
El rubor imaginario, el burbujeo en el pecho, las cosquillas en el vientre, un vacile sin importancia...
Pero es difícil mantener la pureza en una historia larga, de ahí que escriba relatos sueltos.
Además soy impulsiva, y me gustan sin macerar. Así, a las bravas. Porque si lo pienso mucho no escribo.

A veces siento cierto vaivén de historias, como si estuviesen formadas dentro de mí y yo fuera tan tonta como para no saber darles forma. Y en realidad no sé. Ellas acuden a mí, no yo a ellas.

Hace ya algún tiempo que trato de convertir una de mis historias en una Historia. En mayúsculas. Pero el asunto no prospera. Tampoco es como para sorprenderse, pero en fin. A ratitos sigo intentándolo.
Quizá cuando muera llegue mi momento. Mira Van Gogh. Y luego dicen.
Claro que yo de la depre ya salí, y me estimo mis dos orejas. (Sí, esto es pura estupidez, pero me la merezco).

Cuando me miro al espejo dudo. A veces me veo bajo esas incipientes patas de gallo y dudo si debería seguir sonriendo. Pero mientras me decido lo hago. Ains. me hago mayor.

Besos

2 comentarios:

Pitt Tristán dijo...

Cada momento de la vida tiene su encanto, vamos cambiando unas coss por otras, personalmente lo encuentro gratificante, quizá lo que más me guste sea el cambio.
Yo creo que eres encantadora.
Un beso.

Tatu dijo...

Es verdad Pitt, cada momento tiene su encanto y yo también lo valoro.
Otra cosa es que sienta que a veces el tiempo se me pasa sin... apenas vivirlo.

Muchas gracias, tú también me gustas ;)

Besos...