domingo, 9 de marzo de 2014

Sólo una presencia

-Por qué no me dices tu nombre... -pregunto él la tercera noche que ella se presento como por arte de magia en su dormitorio.
-¿Y de qué te valdría eso?
-No sé, empiezo a tenerte cariño.
-Sabes que no soy nadie. –lo dijo con sencillez.
-Lo sé. Pero a pesar de todo...
Ella se sentó en el diván. A pesar de su aspecto translucido y casi irreal no parecía fuera de lugar. Puso sus pies descalzos bajo sus piernas y el etéreo vestido los cubrió.
-Sabes que sólo soy una presencia incorpórea. Me iré pronto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas cosas me encogen el alma....

... Muchos besinos!!

Tatu dijo...

Besos... :)

ɱağ dijo...

A veces eso pasa y te aseguro que es una sensación que sí, ciertamente, sobrecoge pero hay presencias que te dan una paz y te traen un razonamiento y una luz, que desearías tenerla siempre.
Un beso.
Esta entrada ha sido... mística.

Tatu dijo...

Sí, hay presencias que en un instante te llenan toda una vida.

Besos estrellita.
Esta serie guarda algo especial en su interior.