domingo, 18 de septiembre de 2016

Preguntas, preguntas, preguntas...

Como aquella canción italiana, pero cambiando la letra.... preguntas, preguntas, preguntas...

Las odio. Aunque más bien odio los interrogatorios. Es más, sufro un bloqueo real a nivel de no hablar. Me provocan rechazo.
Curioso si tenemos en cuenta que yo hablo sin parar.

¿Por qué?
Mentiría si digo que no lo sé. O al menos creo tener una pequeña idea.
Otra cosa es cuánto de verdad haya ahí
y cuanto de paranoia pura y dura


Me he pasado la mitad de mi vida con una persona que sólo emitía preguntas. Era incapaz de dar una respuesta. Si tú le preguntabas algo, decía... ¿por qué lo dices? ¿a qué te refieres? ¿y tú que opinas?
Lo malo no es estar con una persona que no da respuestas. Lo malo es estar con una persona que juzga a posteriori tus respuestas y en muchas ocasiones te reprocha no tener en cuenta sus opiniones. ¿Opiniones? Es que no sabía que las tuvieras...

Ya sé aquello de no juzgar a la sociedad por sus individuos, pero durante esa mitad de mi vida, el ochenta por ciento de mi vida lo constituyó eso.
Si la vida es muy perra, Dios será Paulov. Y aquí estoy yo, con mi condicionamiento aprendido y reaccionando como siempre. A la defensiva. Porque una pregunta es un ataque. Así que levantas las orejitas y te paras en seco. Yo es que no soy de agachar orejitas, ni aunque esté a la defensiva. Soy más de defensa como ataque, así que tengo que frenarme, y.... joder es muy cansado. Y a veces mi cabeza colapsa.
Así que ahora aviso.

Pero en realidad hay algo más que subyace a esa reacción visceral. No me gusta la gente que sólo pregunta y nunca cuenta -creo que es lo mismo, pero es la otra cara de la moneda que no he mencionado arriba-. Y repito que yo cuento sin pedir que me cuenten. Pero sin que me pregunten.
Porque cuando me preguntan y no me ofrecen nada a cambio -y aquí es necesario un equilibrio- se convierte precisamente en un interrogatorio y no en una conversación.

Y yo converso con quien quiera, pero.... yo que sé. Igual fui Mata Hari en otra vida y lo de los interrogatorios no lo llevo bien.

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