Y entonces alguien suelta la bomba. Te preguntas si realmente ha esperado o son coincidencias de la vida.
Pero eso, a fin de cuentas, es lo de menos.
Lo que importa es que el día que decidiste dar el paso algo pareció activarse. Una especie de engranaje cabrón que ha empujado las primeras piezas de un dominó cuidadosamente montado.
Pero algo está trascendiendo los límites de lo aceptable.
Ahora ya dudo qué camino tomar.
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