lunes, 3 de febrero de 2014

Demonios

Departamentos estancos. Cajas encerradas dentro de otras cajas. Candados sin llave. Pesadas cadenas que encierran aquello que no quieres ver.
No sirve.
A mi no me sirve.
Si yo hubiese sido Pandora aquello me hubiese estallado en la cara. ¡PAF!
Traté de ignorar las situaciones. De fingir que estaba bien cuando no lo estaba. Aparentar que había pasado cuando estaba inmersa en ello. De emular a esas personas que son capaces de ponerse una máscara de calma mientras por dentro estallan en mil tormentas.
Fallé.
Una a una... las cajitas estancas fueron quebrándose. Estallando de forma controlada hasta que... fueron ellas las que tomaron el control.
Oh, sí. Porque lo tomaron.
Y bueno, como en todo... ni fue el fin, ni me he muerto. Aunque no sé si me he hecho más fuerte. Posiblemente no. Pero algo he aprendido.... YO NO SOY PANDORA. Sí... tú tal vez te ríes...
Yo procuro hacerlo.


Mi amigo M. Dice que tengo tendencia a la melancolía. Yo creo que la melancolía se ensaña conmigo, así que la combato con sonrisas mezcladas con suspiros. Pero reconozco que siempre acecha.

Es bueno conocer a tus demonios. No los destruye, pero te permite verlos venir.



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