Por la noche.
De nuevo ojos cerrados.
Escuece.
Y molesta.
No veo de cerca porque han vuelto a dilatarme la pupila y de lejos veo... así, así.
Según el doctor mañana o pasado veré peor. Y de ahí para arriba. Pero en cinco días me quitan las lentillas de protección y otra vez ligero empeoramiento. Madre de Dios, esto es larguísimo!!!
Lo malo es que escuece y que no veo de cerca. Y el asunto de los brillos tiene su gracia. Me he sentido muy Paris Hilton antes en el baño cuando he tratado de mirar la hora en mi reloj de toda la vida. Aquello brillaba cual joya llena de diamantes (lógicamente hablo desde una imaginación bien asentada, jojojo). Así que he empatizado con la empresaria (hace tiempo que dejé de considerarla una niña tonta). Entiendo lo de las gafas de sol en interiores. Hay que mirar la hora!!
Y mi hora me dice que hay que cenar. Tengo hambre y necesidad de llenar el estómago antes de ingerir mi primer Nolotil del día (ya dije que soy poco afín a las drogas) y así garantizarme un sueño profundo y placentero.
Con que poco me conformo...
Besos....
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