Se obcecó en lo que no debía. Y yo le avisé... lancé bengalas de colores que venían a ser señales luminosas de peligro chaval, cambia la dirección. Y él insistió.
Ser majo no te va a salvar el culo en estos momentos.
Detesto a la gente que ignora los avisos. Y en eso no soy sutil precisamente. Bueno, sí soy sutil. Lo que no soy es ambigua.
Y zasca. Erre que erre.
Bueno, llega un momento en que el buen rollo sigue su curso pero yo me paro en seco y simplemente te encuentras una valla electrificada.
A ver, gilipollas. Te he dicho que no. Que no.
Es que me es indiferente que seas encantador o vengas recomendado. Si digo que no salgo es que no lo hago. Y menos vienes tú.
Que me da igual todo. Menos una cosa: no has sido capaz de entender un hasta aquí antes de llegar demasiado lejos.
El chico no ha hecho nada malo. Sólo no respetar mis tiempos y mis manías, que no pido que comparta o que comprenda. De ahí todos mis esfuerzos en evitar el choque de trenes.
Pero esto me reafirma. Yo soy yo y mis condiciones. Y el que no quiera, que no venga.
Eso.... y que es imposible que algún día yo tenga pareja formal. Tengo demasiado carácter.
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