Miró el oscuro sofá donde se había sentado alguna vez. Vacío. Mudo.
Miró la ventana que daba a una noche sin luna. Sintió que se ahogaba. Sus ojos se llenaron de lágrimas contenidas. Su visión se nubló. Su mundo pareció desvanecerse.
-No llores.
Escuchó el susurro… y se quebró.
2 comentarios:
Es bueno llorar, te ayuda a limpiar el lagrimal y el alma :-)
un beso Tatu
Lo sé... pero estás entradas me producen una mezcla de sensaciones difícil de explicar.
Un beso Itza
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