Hace algún tiempo que siento que todos los libros me saben igual.
Es cierto que cada uno tiene un nombre, un autor y unos personajes que es posible que en nada se asemejen.
Pero al final siempre hay un hombre. Una mujer. Un amor, un desamor...
Admito mi culpa. Es tan sencillo como cambiar de género (sin pasar por quirófano, no querría confundir al personal...) y todo arreglado.
Pero es que ya no se trata de cambiar de género. Se trata de ir a lo seguro. A esos libros que sabes que no te van a defraudar.
No soy de releer con frecuencia, y debe ser muy bueno (sí, sí... mi selección es discutible, pero es mía). Así que en esas estoy. Volviendo a mi niñez con libros de adulto.
Y de nuevo descubro lo divertido de lo cotidiano. Me pierdo en un vuelo de paloma, en la indignación de un escorpión, en la sombra de un ciprés...
Y de nuevo me río sola frente a las páginas abiertas de un libro. Que al fin y al cabo es una de las cosas que más energía me dan...
:)
2 comentarios:
PUES SIGUE LEYENDO Y DISFRUTANDO DE ESA ENERGÍA,,, :)
UN BESAZO TATUADA!!!
LORD! :)
En ello estoy...
Un besazo grande!
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