martes, 26 de septiembre de 2017

A veces no merece la pena confesar

Es muy difícil admitir ante otros que sufres una depresión. Siempre vas a taparlo. A mantener una fachada. Porque de otro modo te derrumbarias completamente.

Se que tiene que haber una solución. Que algo me falta, o me falla o solo es el cúmulo de muchas cosas.

No puedo permitirme perder el control. Si eres vulnerable todo se desmorona. Así que voy a replegarme y hacer balance de daños. Hay quien tiene carta blanca si desea acercarse, pero yo voy a ocuparme de mí.

6 comentarios:

guille dijo...

Ser vulnerable no es negativo en si. Solo hay que cuidar que quien te rodee no quiera aprovecharse.

Ocuparse de uno mismo tiene que ser lo primero en la lista de prioridades.

Tatu dijo...

Se me están acumulando demasiadas cosas que están fuera de mi control... y mantenerme cuerda me está costando. Así que mejor me alejo de lo superfluo y lo que sólo me desestabiliza.

guille dijo...

Un alejarse muy cuerdo.

Hay un dicho: Si depende de mi ¿de que me preocupo? Si no depende de mi ¿de que me preocupo.

Tatu dijo...

No me preocupo. Solo me saturno y me siento sobrepasada a ratos.

guille dijo...

... a ratos. La vida misma.

Tatu dijo...

Haydee ... hola, me alegra leerte. Claro que no voy a borrar tu mensaje. Y menos porque imagino lo que te habrá costado lanzarte.
No quiero exagerar. .. no estoy deprimida de manual. Se lo que es y no estoy en esa fase.
Pero quizá estoy rozando el limbo.
Dicen que la depresión es la enfermedad del primer mundo porque para poder deprimirse necesitas tener tiempo libre. Tiempo para darle vueltas de más a las cosas. Mi problema es que pienso hasta dormida. Pero también es cierto que he pasado momentos peores (bien lo sabes tú) y me he mantenido a flote.
Pero eso requiere cierta serenidad.
Que le den por saco a quien no aporta y sólo absorbe. Y a pensar mucho en la misma cosa. Y a padecer por un futuro incierto.

En fin, que estoy bien. Porque me niego a estar mal. Pero mejor un tiempo me mantengo lejos de barras de bar donde perder la cuenta de las copas, de la gente que me baila el agua para nunca bailar conmigo, y de darle vueltas a lo que no tiene solución de mi mano.

Me alegro de saber que estás bien. Pasa sin llamar cuando quieras, como ves tengo un amigo con el que me encanta divagar, y este me hace bien.