domingo, 27 de septiembre de 2015

Triste

Triste es hablar con uno mismo, porque por mucho que escribas, eso no suple una frase, un sonido, una voz.
Triste es que no haya nadie al otro lado, y que tu anhelo sea ignorado.
Triste es cuando te escuchas, contestando a tu conciencia. Cuando ríes tú tus chistes y murmuras sin quererlo.


A veces he leído frases de esas tan difundidas por facebook y supongo que por otros medios, pero que yo no visito. Son frases de esas tipo que nos valen a todos y a ninguno, porque según tengas el ánimo son fáciles de aplicar. Las mejores son aquellas que vienen a decir que pasas de aguantar al resto porque tú lo vales. Y vaya si lo vales.
En concreto tras esas frases yo veo un enrocarse en la propia soledad que hoy nos asola a la mayoría, producto de tanta tecnología. Es tan sencillo mandarnos un emoticono y cuatro frases que a veces olvidamos que no es todo.

En mi caso, no tengo nada que reprocharle a la tecnología.

Me pregunto si existen fenómenos reguladores por parte del Universo, que equilibren a su modo los excesos.
Calculo que si dos personas se quisieran en la misma medida, si ambas fueran capaces de ofrecer un amor ilimitado, eso sería directamente injusto con el resto de la población. De ahí que aquellas personas que son capaces que amar por encima de sí mismos, rara vez reciban lo mismo.

Desde hace un mes soy un recipiente hormonal con patas, todo controlado médicamente, que nadie se altere. Y no quiero echarles las culpas pero hoy estoy algo triste.
Estoy triste porque me lo ponga tan difícil. Por su amabilidad tan manida. Porque ahora no me queda nada.
A ver... nada tampoco. Sé que me queda todo. Pero es que todo es demasiado amplio. Es como entrar en un centro comercial de esos en los que está todo expuesto. Montones de percheros, de estantes, de expositores. Y miras aquí y allí y no tienes claro lo que ves. Y quizá es porque tampoco buscas nada.
Interesante esto último por cierto...

Aunque al menos sabes lo que no buscas. Y eso ya es mucho.

Sería...

Sería tonta si no viese la distancia
Sería boba si dudase que no hay nada
Sería idiota si creyese aún en las hadas

Sería otra si la luna no me hablase
Sería ajena si al latido no escuchase
Y quién sería si al instante no vibrase

Y es que el silencio me resulta tan vacío
Que no me importa lacerarme en el camino
E invento sueños que transformo en realidades

jueves, 24 de septiembre de 2015

Orgullo de madre

Desde que me he separado y vivo sola con mis retoños no tengo tele. Como muchas de mis decisiones fue algo que vino sin pensar. Sobre la marcha.
La que tenía en la otra casa era de las de toda la vida (si habéis visto los Gnomos, los Snorquels o Falcon Crest sabéis de lo que hablo) y me dio peresa traerla. Pensé que sería mejor una más pequeña para no hacerla el centro de la casa.
Entonces dudé entre colocarla en el comedor(-cocina) o el salón (-dormitorio). Me decantaba más por la primera opción pero también pensaba que ver pelis largas en una mesa de comedor no resultaba práctico. Así que simplemente decidí prescindir de ella.

Como se puede imaginar no es una decisión que sólo dependa de mí (aunque no olvidemos el poder manipulativo de una madre... frente a la cabezoneria de su prole). No llegó la sangre al río.
Decidimos que podíamos vivir sin tele pero con ordenador con pelis. Y reconozco que no es un mal plan.
Esto me deja con mucho tiempo libre que antes se llevaban programas sin sentido, discusiones y/o negociaciones acerca de cuanto tiempo podían pasar frente a la tele, y además nunca podía ver nada de adultos hasta última hora del día con lo cual trasnochaba más de la cuenta.
Y no olvidemos que la programación ha ido mutando hasta que cualquier cosa acaba a altas horas de la noche.

No negaré que echo de menos Gran Hermano,  pero desde que decidí que tampoco me presentaría como concursante he perdido interés.  Yo es que soy así. De amores y desamores.
Además ahora tengo una vida sorprendentemente caótica y centrada a un tiempo.  Y hay muchas cosas que me hacen sonreír. Creo que eso es importante.
La base es aceptar lo efímero de la vida y disfrutarlo. Algunas cosas duraran dos días y otras dos años.  Y algunas quizá te sorprendan y no tengan fecha.
Pero la base es disfrutar de todas en la misma medida. Y cuando aceptas que nada es tuyo más que en la medida que quiere serlo... eres el puto amo.

Y además ayer me enteré de que mi hijo disfruta diciéndole a sus compañeros que no tiene tele solo por ver la cara que ponen. Si eso no es para estar orgullosa... ya me diréis qué lo es.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Estoy happy, aunque escribo sinsentidos

Estoy happy. Sí, se que anoche divagué un poco. Y la verdad es que esta semana está resultando especialmente ajetreada con el comienzo del curso escolar y el comienzo de mi nueva vida, pero lo disfruto.
Además estoy en ese bonito punto en el que comienzas a quererte a pesar de. Te quieres a pesar de que antes eras más guapa; A pesar de que antes eras más joven. A pesar de. De pocas cosas más, porque yo de tipo no he cambiado, doy fe porque el finde localicé en el trastero un par de vestidos de hace quince años y... bueno, hoy he llevado uno. El otro está en fase de cambio (le he dado un tajo de metro y pico a la falda). Un tercero lo reservo para Navidad que es de fiesta, jajaja.
Así que me quiero, no por estar buena, que eso ya es subjetivo, sino porque soy feliz. Y esto es un bucle, cuando te quieres eres más feliz y así mientras aguante el cuerpo.

Vamos a ser sinceros... yo me veo muchas pegas en el espejo. Pero muchas. Si me paro a mirarme me entra un ligero bajón porque tengo tripilla, o porque tengo arruguitas de expresión, o porque.... en fin, creo que me entendéis, no voy a poner al descubierto todos mis puntos flacos. Pero mira, la realidad es que dentro de algunos años será peor, igual que hace algunos años fue mejor. Así que me miro así en conjunto, y me valoro. Y si a alguien no le gusta, pues que mire a otra más mona.

A veces
nos llega un momento en el que algo nos bulle por dentro
y algo nos obliga a salir de la zona de confort,
que más que otra cosa,
nos ahoga.

Hace cuatro años
me hice mi primer tatoo grande y visible.
Hoy se me ha quedado pequeño,
aunque lo sigo amando.
Fue parte de un proceso de cambio
de un camino que ni siquiera sabía que había comenzado a andar,

Y hoy he decidido que ha llegado el momento
de marcar una nueva etapa.
Sigo en la senda
pero quiero dejar constancia de que soy más fuerte
y sobretodo
de que me siento feliz.

Y qué mejor que señalando al Norte
y a bordo del mejor navío.

Y es que la mejor locura es aquella que nunca te atreviste a hacer por el miedo al qué dirán,
y hoy te da igual lo que digan porque es el no hacerlo lo que sería locura.


Mil perdones. Cada día escribo peor y se me entiende menos, pero vosotros no habéis estado en mi cabeza.....

Eran las cinco la mañana. ...

Reconozco que vista desde fuera parezco ñoña.  Y tampoco vamos a engañarnos,  un poco ñoña debo ser. O soy. Pero es que yo soy así.

Y si mis textos son así,  yo mucho más.

Por alguna razón que no recuerdo este finde me di cuenta de que no soy sociable.  M. dice que sí porque puedo desenvolverme más o menos bien, pero la realidad es que sigo agobiandome. Y es que siempre tengo la sensación de que estoy haciendo el idiota.

Relacionarse es difícil.  Tienes unas expectativas y... muy probablemente no se cumplan.  Si tienes suerte y se acercan a lo deseado... ¿deberías dar las gracias?  Supongo que depende de lo ambicioso que tu seas... y de lo inconformista. De eso y de las decepciones que hayas tenido a lo largo de tu vida.
¿A más decepciones más conformista? Uf, complicado.  No creo que sea directamente proporcional pero algo influye. También puede tener el efecto contrario.  Puede acabar por darte todo igual. Creo que hay un poco de todo.

Yo creo que, en situaciones concretas,  sufro una dicotomia entre quien soy y quien acepto ser. Lo bueno es que no es todo el tiempo.

Además no es que supere mis miedos a la hora de hacer ciertas cosas,  simplemente los acepto.  Se que no van a desaparecer así que paso a travesías de ellos asumiendo que posiblemente la cague. Normalmente nunca es tan grave porque cualquier cosa que suceda rebasará mis expectativas.  Soy así,  no espero demasiado.

Pero a veces.... bueno a veces es imposible no tener ilusiones concretas (he aquí la dicotomia de la que hablaba) y entonces es cuando más miedo tienes. Te agarra el estómago hasta acabar contigo.
Por eso creo que una de las mejores formas de vivir es sin expectativas ni sueños.  Pero no me sale. Porque para eso hay que ser indiferente a todo y yo siento demasiado.

En realidad soy un bichillo social pero raro. De esos que desean la compañía de otros sin perder su propia individualidad.  Y claro que lo hago.... pero es difícil de compaginar.



Detesto cuando quiero decir algo
Que ni tan siquiera sé que es
O si lo sé ni tan siquiera me lo he dicho
(en voz alta)
Pero son las cinco y quiero dormir
Perdón por el desatino

domingo, 13 de septiembre de 2015

Lo que dentro de 20 años será relevante

Un día estás viendo el telediario y, entre guerras y virus, entre odio y hambre, te sorprende una noticia. Una noticia que te preguntas qué la ha hecho merecedora de colarse en esa realidad diaria que te recuerda que el fin del mundo ya está aquí.
Y ves a un tipo subido en su barquito navegando sin más. Sin hipoteca aparente. Sin fin de mes. En mi ironía me pregunto de qué vive. De dónde saca esa botella de buen vino con la que saluda a cámara.
Y entonces escuchas que tiene un Blog. Un cuaderno de bitácora virtual. Y empatizas. Te sientes menos insignificante por mucho que el tuyo sea menos interesante y no te salgan patrocinadores. Oye, su vida puede ser más interesante pero es la suya. Y no la envidias.
Y escuchas que su frase, su lema, su premisa… es pensar en lo que dentro de 20 años será relevante. En si ha vivido.
Y cuando algo te recorre de arriba abajo, escuchas a tu lado… “estoy de acuerdo con él”.


Y piensas en el cinismo de este mundo.


Texto escrito en el verano de 2014

miércoles, 9 de septiembre de 2015

El comienzo de curso me dejará la sensación de que ya es lunes

Estoy rara de cojones.
Para empezar llevo desde el lunes con la sensación constante de que es lunes. Todos y cada uno de los días.  Es raro... porque es como si mi cabeza hubiera congelado este momento en el continuo espacio-tiempo.  Sí. ... suena pretencioso,  pero estoy agobiada y tengo derecho a tirarme el rollo.

A ver... mañana empieza el cole y eso me está creando una ansiedad que no esperaba.  Como si me exigiera una madurez que ya no estoy segura de poseer.
Y todas mis buenas ideas parecen tonterías ahora.

Los niños duermen y aunque mañana no es lunes, el inicio del curso probablemente me deje esa sensación. Y hoy ha sido un día flojo en el trabajo.  Necesito suerte y remontar... y eso que ya asumo que no es suerte. Es confianza y no cejar.

Si trato de cerrar los ojos no me duermo,  pero si hago otra cosa no me tengo.  Que cabron que es mi cuerpo.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Voy a simplificar

Definitivamente he entrado en bucle. Y eso es malo porque se me acumula la energía y no tenho vía de escape.  Y al final acabo retroalimentandome y la voy a liar.

Pero no.... que estoy trabajando el asunto de la contención.  O más bien el de la madurez o su puta madre.
He entrado en bucle y estoy enfafada y ya no se ni porque.  Y la realidad es que busco guerra. Pero ya no soy la inconsciente qie era y he quemado algunos puentes (bien por mí) que me impedirán perderme en la batalla.
Porque en el fondo eran batallas perdidas, vacías de contenido.
Pero me he hecho mayor (psss puritita mentira, pero aquí estamos) y mejor diluirme entre letras que perderme en la nada. La nada.... ¿habéis leído Momo? La nada es una mierda.  Se lo traga todo y solo te queda vacío.
A mi eso no me pasa. Siento las letras bullir entre mis venas, y en mi pecho. Si las escucho me hablan de sexo, de peleas, del calor de unos cuerpos. También me hablan de caballos, dragones y espesura verde en la montaña.
No les hago mucho caso porque son solo dibujos breves sin continuidad. Son más escalofrios internos que frases con sentido.
Es casi echar de menos un buen polvo, el beso que te cuenta qué te espera. Los dedos que se aferran a tu nuca. No quería hablar de sexo pero estoy enfadada y además en tiempo de abstinencia involuntaria así que... qué más da.

Creo que lo hago todo muy complicado.  Voy a simplificar.  O duermo o limpio.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Aprender a soltar

Aprender a soltar.

Dicho así es posible que alguien piense en soltar lastre, no cargarse con tensiones y preocupaciones sin sentido o solución.
Bueno, eso por supuesto. Pero eso lo tengo más o menos conseguido. Vengo, suelto un par de burradas donde lo necesito y me relajo.

No es eso.

Soltar...

No estoy segura de cómo expresar esto, pero a veces estás tan falta de algo que cuando lo tienes al alcance de la mano no eres capaz de controlarte y tratas de hacerte con todo.
Algo así como cuando pasas mucha hambre y tienes ante ti una mesa llena de comida. Lo más probable si nadie lo remedia es que acabes con espasmos en el estómago y vomites todo lo que hayas ingerido.
Ni siquiera has sido consciente, pero lo has hecho. Has tratado de suplir una carencia en un instante, y eso no puede llevar a nada bueno.
Quizá por eso cuando tienes poco dinero y cae en tus manos una gran cantidad tiendes a cometer excesos y... dale tiempo, posiblemente pierdas el Norte.
También están las carencias emocionales y la consiguiente dependencia al primero que te muestra algo de cariño. O a veces ni siquiera eso.

Pues bien, cuando tienes identificada tu carencia debería ser más fácil, pero no siempre lo es. 
Albert dice que soy una loca no peligrosa, y ambos sabemos que tiene razón. Pero una cosa no quita la otra.

La cuestión es... que tengo una carencia bastante grande, que mantengo generalmente a raya.
El problema es cuando me encuentro con "una mesa llena de comida", entiéndase la metáfora. Reconozco que me resulta muy difícil mantener esa calma interior que se requiere y que te permite disfrutar de un sano picoteo sin perder los papeles en el proceso y abandonarse a la gula.

Cierto es que como asceta no tengo futuro, pero... autoinfringirme dolor tampoco es lo que quiero.


Al César lo que es del César
y a Tatu lo que es de Tatu.

Tengo demasiado que ofrecer
pero tengo que reconducirlo
aprender a filtrarlo
Tengo que canalizarlo.

A veces se me olvida
que soy energía atómica
en un pequeño cuerpo
con presencia indiferente.
Transparente.

A veces brillo tan fuerte
que hasta me ciego
me deconstruyo
y el aire vibra.
Y entonces quiebro...

No esperar nada
ya lo domino.
Nada, de nada.
Duele soñarlo.
Por eso vivo.

Ahora falta soltar,
cuando recibo.
No dar por hecho
que hay más que esto.
Instante.
Eterno.
Finito...

martes, 1 de septiembre de 2015

Esta calma en la que habito

Es curiosa esta calma en la que habito. Es curioso este silencio en mis demonios.
Es curioso que el espejo me refleje. Y es curioso que me sonría al mirarme.

Y es que este ha sido sólo el primer paso, y es que me queda mucho por delante,
pero la paz que siento en este instante, se desliza constante en cada poro.
Y aunque me juzguen con otros raseros, porque no hacerlo tal vez sea imposible...






...la realidad es que bajo la calma sigo estando yo,
y eso me gusta.

Y me sigo gustando, y me recuerdo.
Y me encuentro, y sonrío...


...cuando todo va mal, y cuando todo va bien.
Sonrío cuando la imagen se confunde entre lágrimas
 y cuando la visión es tan clara que me olvido.



Y un suave zumbido suena en la lejanía.
Suena bajo mi piel.
Callado.
Y tremendo.


Y juego al ajedrez contra mis miedos,
y me enroco a sabiendas de que pierdo.
Y es cuando lo tienes todo perdido
que arriesgas lo que tienes
y algo ganas.



Porque sé que seguiré cayendo y levantándome.

Pero hoy estoy calmada.
Con las velas calladas.

Y también hay que acostumbrarse a eso.