Puf.
Y parecía tonta. Pero es que al final la que se a la cama cada noche conmigo soy yo misma. Y a los demás les da igual. Así que si alguien se cree que voy a venderme por menos de nada lo lleva claro.
Posiblemente no soy estupenda ni maravillosa, pero es lo que hay.
Además es que no voy a traicionar mis principios por subir tu ego un ratito. Y te juro que me caes bien, pero de ahí a que juguemos a tonterías... La verdad es que voy perdida, pero no tanto como para traicionarme a estas alturas.
Si yo admito que no valgo la pena. Que tengo mis tabús, mis manías, mis miedos. Pero es que yo no te he pedido nada. Así que corto y cierro.
PD. divago aquí porque es mi lugar, pero ninguno de los que me leéis tenéis relación con el texto ni de lejos. Son cosas mías, del día a día. De descubrir que ya estoy mayor para jugar a amoldarme a tonterías. Todo sea dicho desde el cariño.
Besos
martes, 14 de abril de 2015
domingo, 12 de abril de 2015
Llámalo amor propio
Pero la realidad es que todavía no tengo esa seguridad que trato de aparentar, y en ocasiones flaqueo y amenazo con venirme abajo. Porque me siento una farsa.
Relacionarse desde la barrera es fácil. Lo complicado es cuando bajas a la plaza.
No tengo ni puta idea de cómo realmente se me ve desde fuera, porque eso es muy subjetivo. Los que me aprecian me verán estupenda, pero no es de ellos de quien hablo.
Aunque lo importante es cómo me veo yo. Pues me veo.... a ratitos. Pero vamos, que ahí voy.
Lo que sí me he dado cuenta es que tengo que manejar con mucho cuidado las emociones, los sentimientos, porque un paso en falso y acabaré en una pequeña crisis de ansiedad. Mi autoestima está a media hasta. Pero me niego a dejarla caer. Llámalo amor propio.
Pero reconozco que a veces agota un poquito.
Relacionarse desde la barrera es fácil. Lo complicado es cuando bajas a la plaza.
No tengo ni puta idea de cómo realmente se me ve desde fuera, porque eso es muy subjetivo. Los que me aprecian me verán estupenda, pero no es de ellos de quien hablo.
Aunque lo importante es cómo me veo yo. Pues me veo.... a ratitos. Pero vamos, que ahí voy.
Lo que sí me he dado cuenta es que tengo que manejar con mucho cuidado las emociones, los sentimientos, porque un paso en falso y acabaré en una pequeña crisis de ansiedad. Mi autoestima está a media hasta. Pero me niego a dejarla caer. Llámalo amor propio.
Pero reconozco que a veces agota un poquito.
No es lo mismo
Espinas
Rejas
Barreras
Muros
Cadenas
Y yo en el centro
Con las piernas cruzadas
Sentada
Y sin escudo
Y yo lo aparto todo
Lo quito
Te doy paso
Y me hago vulnerable
Sin problemas
Sin más nada
Y cuando creas que ganas
Extenderé mi mano
Soplaré suavemente
Y volverás de nuevo
Al lugar del que vienes
Rejas
Barreras
Muros
Cadenas
Porque nunca es lo mismo dejar entrar a que entren solos
Y porque nadie a entrado sin que le deje
jueves, 9 de abril de 2015
Desvelo
No tenía ni puta idea de lo que significaba un divorcio. Agora lo sé. Significa que económicamente todo el mundo pierde. Y si hay hijos... ellos pierden triple.
Casada podía ahorrar para que estudiasen fuera e incluso disfrutar de vacaciones pagadas. Divorciada posiblemente tenga que ir a Caritas a pedir comida.
Es una realidad para ambas partes.
Quiero decir con esto que me arrepiento de divorciarme? En términos económicos si. Aunque la realidad es que más me arrepiento de no ser independiente económicamente. Porque media jornada está bien para ser madre, pero no para ser cabeza de familia. Y aún así la realidad es que es lo mejor que he tenido en muchos años.
Si siguiera con él, mis hijos tendrían un futuro, pero yo seguiría tomando relajantes musculares con vino y posiblemente teniendo crisis de ansiedad. Y bueno, odiandome un poquito cada día hasta lograr ese estado de amargura que caracteriza a muchas personas.
Divorciarse sale caro. Y en cierto modo entiendo esos matrimonios que sifuen juntos hasta la muerte, a pesar del desprecio, que tienen sexo dos veces al mes, que hacen vidas paralelas y que encuentran en el futbol y en los programas de cotilleo su salvación.
Y admiro aquellos matrimonios que son capaces de mantener espacios individuales, con todo lo que eso conlleva, y cerrar los ojos a aquello que prefieren no ver.
Y me doy cuenta de que no estoy preparada para estar viva. Y que actúo sobre la marcha.
Y veremos si compensa la tranquilidad emocional con no llegar a fin de mes.
Porque divorciarse sale caro. Y mucho.
Casada podía ahorrar para que estudiasen fuera e incluso disfrutar de vacaciones pagadas. Divorciada posiblemente tenga que ir a Caritas a pedir comida.
Es una realidad para ambas partes.
Quiero decir con esto que me arrepiento de divorciarme? En términos económicos si. Aunque la realidad es que más me arrepiento de no ser independiente económicamente. Porque media jornada está bien para ser madre, pero no para ser cabeza de familia. Y aún así la realidad es que es lo mejor que he tenido en muchos años.
Si siguiera con él, mis hijos tendrían un futuro, pero yo seguiría tomando relajantes musculares con vino y posiblemente teniendo crisis de ansiedad. Y bueno, odiandome un poquito cada día hasta lograr ese estado de amargura que caracteriza a muchas personas.
Divorciarse sale caro. Y en cierto modo entiendo esos matrimonios que sifuen juntos hasta la muerte, a pesar del desprecio, que tienen sexo dos veces al mes, que hacen vidas paralelas y que encuentran en el futbol y en los programas de cotilleo su salvación.
Y admiro aquellos matrimonios que son capaces de mantener espacios individuales, con todo lo que eso conlleva, y cerrar los ojos a aquello que prefieren no ver.
Y me doy cuenta de que no estoy preparada para estar viva. Y que actúo sobre la marcha.
Y veremos si compensa la tranquilidad emocional con no llegar a fin de mes.
Porque divorciarse sale caro. Y mucho.
Y aún así pensar en no hacerlo ya no tiene sentido.
Porque cuando le miro no veo la persona que es, sino la que me hubiese gustado que fuera.
Y a él le pasa igual.
Y vivir con esa farse es complicado
En especial cuando uno de los dos se convierte en ofendido
Aunque ahora le diría que no sufra
Porque la realidad ocupará su lugar
Y tal vez sea más dura...
miércoles, 8 de abril de 2015
Y por eso no cejo en mi debacle
Últimamente las musas me han abandonado, aunque no puedo culparlas. Yo no estoy muy atenta a sus guiños, a sus caricias, a sus susurros. Tampoco tengo muy claro que antes las atendiera como ellas se merecen, o que yo realmente sea capaz de verlas en toda su extensión. Así que a pesar de todo tengo que darles las gracias por su esfuerzo en mantenerse a mi lado.
A veces me rondan sueños que no me atrevo a escribir porque sin ser mi vida... suele partir de algo que me ha ocurrido. Un encuentro, una conversación, una ilusión.
Pero luego en mi cabeza se desboca y de pronto se convierte en una secuencia de imágenes paralelas en las que alguien se rie, o alguien llora, en las que alguien se ama, o se lamenta. En realidad no soy yo, pero me ayuda expresar esas imágenes.
La verdad es que a veces pienso en pedir perdón por mi necesidad de expresarme porque encima os lo publico y... hasta yo sé que digo muchas gilipolleces y que mi escritura deja bastante que desear.... que lo que suena en mi cabeza, con ecos, matices y texturas luego puede verse plano y sin sentido. Pero es que suena tan hermoso a veces... que logro ignorar el hecho de que tal vez solo lo sienta yo.
Y a veces, abro la puerta del garage (ese del que prescindiré en breve) y de pronto se me ocurren tres versos... y ahí es curioso sentir la dualidad que se debate entre lo que siento entre la sístole y la diástole... y la claridad de que no late. Supongo que algunos podemos mantener el sentimiento aunque no seamos capaces de vivirlo.
Por eso no dejo de seducirme entre palabras, de soñar. Porque tengo mi parte de payaso, donde no es maquillaje lo que porto, sino dulces palabras que acarician. Es deseo encarnado que me asola. Y es un grito acallado en cada verso.
A veces me rondan sueños que no me atrevo a escribir porque sin ser mi vida... suele partir de algo que me ha ocurrido. Un encuentro, una conversación, una ilusión.
Pero luego en mi cabeza se desboca y de pronto se convierte en una secuencia de imágenes paralelas en las que alguien se rie, o alguien llora, en las que alguien se ama, o se lamenta. En realidad no soy yo, pero me ayuda expresar esas imágenes.
La verdad es que a veces pienso en pedir perdón por mi necesidad de expresarme porque encima os lo publico y... hasta yo sé que digo muchas gilipolleces y que mi escritura deja bastante que desear.... que lo que suena en mi cabeza, con ecos, matices y texturas luego puede verse plano y sin sentido. Pero es que suena tan hermoso a veces... que logro ignorar el hecho de que tal vez solo lo sienta yo.
Y a veces, abro la puerta del garage (ese del que prescindiré en breve) y de pronto se me ocurren tres versos... y ahí es curioso sentir la dualidad que se debate entre lo que siento entre la sístole y la diástole... y la claridad de que no late. Supongo que algunos podemos mantener el sentimiento aunque no seamos capaces de vivirlo.
Por eso no dejo de seducirme entre palabras, de soñar. Porque tengo mi parte de payaso, donde no es maquillaje lo que porto, sino dulces palabras que acarician. Es deseo encarnado que me asola. Y es un grito acallado en cada verso.
Y por eso no cejo en mi debacle
Y destruyo la noche en cada letra
Siento el baile que sigue a cada nota
La dulzura del tacto de una frase
Y la locura al final de cada instante
Y te sueño
entre noches
de algodón
Entre rosas
que azules
se levantan
Entre el aire
cargado
de armonía
Besos......
martes, 7 de abril de 2015
Cansada, de nuevo
Hoy he tenido una pequeña crisis. A media tarde y sin más, o quizá sin menos, de pronto me he echado a llorar y no podía parar. Ni siquiera sabía porqué, si era descarga o era lamento. Pero no podía dejar de llorar. Y de pronto el cuerpo ha comenzado a temblar y no podía parar.
Y aún así ahí estaba yo, contestando al teléfono donde mis hijos me contaban cómo había sido su día. Y divagando sobre cómo me sentía vía wass tratando de calmar mi ansiedad. Y sin decir cómo me encontraba.
Y al final tuve que meterme en la ducha para que el agua caliente calmara mis temblores y calentara mis huesos, que empezaban a ser pasto del hielo que me invadía.
No lo estoy llevando bien, pero no es algo que pueda explicar.
Lo que sí se es que en una negociación lo importante no es tener claro lo que sí quieres, sino todo lo contrario. Se trata de saber cuales son los límites que no traspasarás jamás, da igual como se pongan las cosas. Se trata de saber que principios no traicionarás, al margen de como sean los finales. Y una vez tengas eso afianzado, lo demás es pan comido.
Besos de martes... que aquí saben a lunes.
Y aún así ahí estaba yo, contestando al teléfono donde mis hijos me contaban cómo había sido su día. Y divagando sobre cómo me sentía vía wass tratando de calmar mi ansiedad. Y sin decir cómo me encontraba.
Y al final tuve que meterme en la ducha para que el agua caliente calmara mis temblores y calentara mis huesos, que empezaban a ser pasto del hielo que me invadía.
No lo estoy llevando bien, pero no es algo que pueda explicar.
Lo que sí se es que en una negociación lo importante no es tener claro lo que sí quieres, sino todo lo contrario. Se trata de saber cuales son los límites que no traspasarás jamás, da igual como se pongan las cosas. Se trata de saber que principios no traicionarás, al margen de como sean los finales. Y una vez tengas eso afianzado, lo demás es pan comido.
Besos de martes... que aquí saben a lunes.
miércoles, 1 de abril de 2015
Te pones junto a una vaca y estás divina
¿Qué significa ser guapa?
Es una pregunta absurda, lo se. Y aún así tiene su porqué. No a todos nos gustan las mismas cosas, pero sí estamos de acuerdo a un nivel bastante amplio en que l@s model@s representan el ideal de belleza social.
Ciertamente yo soy guapa (no, en serio, ni de lejos una modelo) pero si me diseccionas por partes lo más seguro es que pierda un poco de encanto. Ni tengo vientre firme, ni mis gluteos son de acero, ni mi cabello es dorado (ni negro azabache), tengo ojeras.... vamos, como todas. Y es que todas somos guapas.
Lo que está claro es que a mi me pilla un maquillador de las estrellas y lo flipan en hollywood. Pero es que eso es trabajo de chapa y pintura, seamos sinceros.
Yo soy más de belleza de campo, ya sabes... que te pones junto a una vaca y estás divina. Lo malo es que la vaca colabore. Pero eso ya es otra historia.
Pero me he desviado. El asunto es que ser guapa es subjetivo, pero también responde a ciertos cánones de la época. Ahora lo son las supermodelos, en su tiempo lo fueron las mujeres entradas en carnes y curvas sobre curvas (que se lo digan a Rubens, que se puso las botas). Y eso es un primer paso.
Por alguna razón lo de ser guapa nunca me ha motivado. Quizá porque mi abuela me lo dijo tantas veces que dejó de tener sentido. Además ser guapa conlleva una actitud. Conlleva cierta chulería innata, cierta sonrisa de suficiencia. Cierta seguridad. Es verdad que luego están las guapas que no lo saben, pero a esas nunca me las he creído. Vamos, hombre, eso sólo les pasa a las protas de telenovelas o pelis románticas.
La verdad es que hay que ser MUY guapa para que eso signifique algo en sí mismo. Y eso les pasa a unas pocas. Es por eso que si alguien me dice en algún momento que soy guapa, no puedo menos que sonreírle en agradecimiento y esperar que eso no condicione nuestra relación.
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