Me gustan las historias, pero también sé que no soy una gran escritora. Pero eso me da igual, porque al fin y al cabo no escribo para los demás, sino para mí misma. Y aún así reconozco que a todos nos sube el ego escuchar palabras bonitas acerca de aquello que mostramos. No se trata de mentiras, no se trata de engañarnos. Se trata de decir lo bueno que se encuentra.
Escribo esto aquí, pero hago referencia a mis relatos de Fantasías. Los que me leeis aquí, también me leeis allí, pero no a la inversa, así que puedo explayarme.
Me gusta el blog, pero la realidad es que lo uso más como un lugar donde agrupar mis textos que otra cosa. Y supongo que en cierto sentido se nota, porque no arrastra multitud de seguidores, algo que agradezco. Me ponen nerviosa las multitudes. Y además eso me crea cierto pánico escénico, porque seguro que tienen expectativas que no logro cubrir.
De este modo es todo más íntimo. Y en cierto modo algunos de los que me visitan son amigos.
Pero hay una cosa que realmente me hace sentir culpable: que la gente venga porque yo les comento. Y es que yo no lo hago por eso... además de que a veces leo pero no comento. Pero supongo que eso es cosa de cada uno, así que... gracias de todos modos.
También es verdad que ahora estoy tirando de archivo, y cada vez me queda menos. Es posible que acabe por quedar un blog cargado de mí, pero sin continuidad. Es una realidad que cada vez veo más cerca.
Esto no es una despedida, pero sí tengo que admitir que hubo un lugar donde la inspiración brotaba sola y que ya quedó atrás. La realidad es que no era el lugar, sino la gente. Y el momento. El momento lo es todo. Y la gente aún más.
En cierta manera algunas veces miro al mundo que me rodea
los blogs, las caras, la vida
y me siento en cierto modo superada.
Como si yo me conformara con la cadencia monótona de la rutina...
Lo que más odio es sentir que ni tan siquiera tengo un lugar propio.
Y ser consciente del miedo que le tengo a la intimidad emocional.
Me asusta... tanto como me atrae.
Pero soy realista y admito que me cuesta mucho confiar en que...
una vez me conozcan seguirán ahí.
Me asusta sentirme demasiado buena,
y luego darme cuenta de que era un espejismo.
He estado pensando en hacerme un nuevo tatuaje, pero nunca encuentro el momento. Y también es verdad que no tengo muy claro el dibujo. Una idea general sí. Me gustaría ampliar el mío, pero que no lo desmereciera.