Lo malo de esto es que acabas con una sensación de eco horrorosa, porque las imágenes se superponen, se van, regresan y vuelven a superponerse. Y tú no sabes qué camino tomar. Escribes sobre el amor o sobre el alma. Sobre un vestido rojo que no tienes.
Tampoco te lo pondrías porque el rojo es un color que destaca y tú -yo- no estás hecha de esa pasta. Tú sueles difuminarte con la masa. Sentarte callada y mirar. Tal vez te gustaría otra cosa, pero no sabes seguir el ritmo.
Y aun así a ratos te pruebas el vestido. Aunque sea en tu cabeza.
Y no te queda otra que reconocer la realidad.
2 comentarios:
NO TENGAS MIEDO,,, Y COMPRATE ESE VESTIDO ROJO,,,, Y LUCELO.
UN BESAZO TATUADA!!!
Quizá más adelante... no queda tanto :)
Un besazo Lord!
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