viernes, 17 de octubre de 2014

Plástico de burbujas

Acabo de empezar a trabajar.
Un trabajo a media jornada que me permite despejar la cabeza (por decir algo, porque nada más salir voy algo atontada) y, sobretodo, salir de la rutina que empezaba a ahogarme. Eso por no olvidar que el asunto económico empezaba a resentirse. Y si bien soy de bajo consumo, no vivo del aire (aunque hay quien lo piense porque no hay quien me engorde).

Hace tan solo cuatro días y estoy animada. He recurrido de nuevo a mi filosofía de vida que tiende a protegerme de los sinsabores y he interiorizado que una vez contratada, y dando todo lo que soy capaz de dar, lo que de aquí en adelante suceda... no puedo preverlo.
Sí, en este caso los sinsabores previos que me llegan de mi miedo al fracaso. Fracaso que en cierto modo siento justificado porque no siempre me siento segura de mí misma.
Pero ya digo que me he envuelto en un simbólico plástico de burbujas y he dicho... centrémonos en el paso. No en el camino. Ando yo muy zen, por lo visto.

Por otro lado he apagado un poco mi yo. Jeje, resulta que sí que había botón.
La cuestión es que estaba empeñada en tratar de vivir a mi manera. A una manera que la realidad no me estaba permitiendo vivir. Así que tenía un grave conflicto interno. De los jodidos.
Pero sabes, si somos justos no se puede vivir en ese estado. Así que al final la disyuntiva era clara: o romper con todo o... asumir qué hay.

Sí, ciertamente soy de pataletas grandilocuentes, y también tiendo al drama (venga, no seais tímidos, algo habíais notado). ¿Sabéis lo que desgasta eso? Ya entendéis lo de no engordar, ¿verdad? Bah, que no es por eso.
A lo que voy, desgasta emocionalmente, y un poco físicamente. Pero como todo es relativo, he decidido dejarme de lado. ¿Al cien por cien? No.
Algunas cosas no se pueden cambiar.

Creo, y esto lo digo completamente en serio, que hay cosas que forman parte de la esencia de una persona. Aun así, uno puede aletargar ciertas cosas. Algo así como un coma inducido.
Sí, lo sé. Esto suena dramático, pero necesito decirlo. Necesito un sitio (este sitio) donde soltar todo aquello que no sé dónde colocar. Aunque sea estúpido.
Un cierto aletargamiento no es malo. Es como un otoñó-invierno previo a la primavera. Y si somos sinceros, tuve una primavera estupenda y un verano lleno de fuerza (y no, no hablo de las estaciones del año). Supongo que es inevitable llegar aquí.
Y sabes, sigo teniendo esa cajita donde moran los sueños. Una caja de Pandora en toda regla, la verdad. Una cajita de nácar.

La fragilidad es siempre relativa. Todavía hay cosas que iluminan mi mirada y que me hacen vibrar. Y me gusta cuando me descubro en el espejo sonriendo. ¿Y porqué no?

Y esto me recuerda a un poema que está en mi otro blog, escrito en primavera de 2013.

No olvides nunca que el viento
Es suave sólo si quiere
Que puede ser sólo brisa
O tornarse en huracán.

No olvides nunca que el aire
Que no notas con tu mano
Se torna pared o muro
Cuando golpea con furia.

Caricia sobre tu pelo,
O azote sobre tu rostro
Es acaso el mismo aliento
El que arrasa con tu calma.

5 comentarios:

Marrubi dijo...

Hola Tatu.

No tengo mucho que decirte, o sea como siempre.
Pero que sepas que me alegro kilométricamente de que hayas encontrado un trabajo, que estés en un momento "Zen", que sigas teniendo una caja de sueños, que espero que se vayan cumpliendo y .....que me sigue encantando como escribes (todo, tus poemas y lo que "colocas" en este sitio) y lo que yo siento con ello.

Un beso enorme.

LORD SHADOW dijo...

UN BUEN HORIZONTE SE ABRE FRENTE A TI, A VIVIR.
UN BESAZO TATUADA!!!

Itzala rincon dijo...

Me alegro mucho, por el curro y por que un nuevo comienzo se abre para ti...
Un beso enorme guapa!!!

ɱağ dijo...

Ya se sabe que las cosas no cambias si nosotros no cambiamos.
A veces nos perdemos en divagaciones que nos van martirizando pero un día sale el sol como todos los días, pero de pronto brilla de forma diferente.
Un beso enorme y pa'arriba siempre.

Tatu dijo...

Gracias. Gracias a todos por haberos convertido en una parte de mi mundo. Por alegraros de lo bueno y sonreirme cuando lloro.
Gracias por las charlas, por los mensajes cortos, por las risas y la compañía.
Gracias por las palabras tontas, y por las sabias.
Por entender que la vida no es siempre lo que nos cuentan y entender que a veces necesito maldecir y luego olvidarlo. Que a veces relativizo y otras me cago en todo.
Y que sigo adelante, como vosotros.

Así, que gracias. :)