A lo mejor no valorais bien lo que eso significa, pero tengo la teoría de que el interior de nuestros armarios (hablo de la ropa) marca en cierta medida nuestra forma de vivir. Es decir, que un armario desordenado nos trae cierto caos. Un armario ordenado implica paz, calma.
No se trata de ser obsesivos y clasificar las prendas por colores, pero si los pijamas no se mezclan con los sueters de lana es posible que ya sea un gran paso.
Ovbiamente hablo por experiencia personal. No se me ocurriría nunca aconsejar sobre algo que no he vivido en propias carnes.
El asunto es que esto es como un circulo vicioso. A más desastrosa sea tu vida menor será el orden de tu armario. Y al revés.
Así que coges un día y lo ordenas. Y te dura menos que un caramelo en la puerta del colegio.
Pero no desistes. Recuerda que los caramelos están sobrevalorados y el mundo ya no es lo que era. Y lo vuelves a ordenar.
Sip, es cierto. Solo digo estupideces. Pero esto de la paz interior es nuevo para mí. Lo de ser feliz no, porque hasta siendo desgraciada una parte de mí se negaba a dejar de ser feliz, pero esta calma... está guay.
Aunque... no todo es calma, pero no hay desasosiego. Hay anhelos, ilusiones, torpezas... pero nada que no me aporte cierta vidilla. O mucha, todo depende del día y del momento.