lunes, 25 de julio de 2016

Yo no soy una estrella fugaz

Me enamoré tan rápido la primera vez..... que ni siquiera sabía que era capaz de hacerlo a cada instante.

Ahora sé que ese enamoramiento lo siento por la vida, por el aire que me roza y por los ojos que me miran ahora mismo.
Ahora sé que eso se nota y que no todo el mundo es capaz de comprenderlo.
A veces el miedo a perder algo es precisamente lo que te hará perderlo. Casi siempre será así.

Voy a seguir entregandome sin barreras. Riendo y bailando ese son que resuena bajo mis tacones. Pero ya no me dejo deslumbrar tan fácilmente.

He aprendido a desconfiar de quien se ciega muy rápido. Y...... he aprendido a que el tiempo todo lo pone en su lugar. No seré yo quien reniegue de un amor a primera vista, pero.... si no sabe esperar y seducir, es tan sólo un deslumbramiento.



Puedo ser tu estrella fugaz, pero es que yo soy más bien el sol.....

domingo, 24 de julio de 2016

Una foto hecha sin mirar a dónde enfocas

Bueno... tras una etapa de locura mental y su posterior calma, aquí sigo. La tatu ha vuelto. Lo que dure, duró y nada le debo a nadie, excepto dar las gracias a quien me pueda leer tras todo este tiempo de vaivenes. Pero ya lo dice el mismo nombre del blog, aquí son las mareas las que valen, aquellas que la luna marca en cada ciclo.

Juego a malabares con la felicidad y con la melancolía, y nunca estoy segura de cuánto durara cada una en mis manos. Quizá un segundo, quizá una eternidad, pero es que en realidad duran lo mismo.
He aprendido a bailar sola, porque cuando bailo acompañada mi felicidad depende del otro. Pero también he aprendido que deseo bailar en pareja... y no por ello me vale el primero que me sigue los pasos.
He aprendido que le perdono de todo a quien quiero, aunque me haga daño.... pero yo no quiero a medias, incluso cuando hablo a la ligera. Y porque soy leal a la sinceridad. Aunque duela.
Y también he aprendido que hay otros que me muero por querer y no se dejan. Quizá sean yo en sus propios cuerpos.

Pero lo que de verdad he aprendido es que necesito escribir, aunque sea un sinsentido. No escribo para otros, sino para mí. Y quizá esa es la diferencia con aquellos que te transmiten, o yo, que simplemente vuelco un exceso de emociones sin definir. Como una foto hecha sin mirar a dónde enfocas.



Dejo atrás una etapa que puedo leer en los borradores que no me atreví a publicar en este tiempo, porque escribir y publicar no es lo mismo. No me gusta cuando las cosas suenan demasiado negras.