lunes, 14 de julio de 2014

Día 1

Algunas personas hacen dietas. Depuran su cuerpo con días de zumos, caldos y nada de sólidos. Algunas personas eliminan impurezas. Algunas personas, en algún momento deciden limpiar su cuerpo. Por dentro.

Yo no voy a hacer eso. Entre otras cosas porque tendrían que ponerme un gotero al segundo día por falta de alimento. (No hay reservas)

Pero si no puedo depurar mi cuerpo, sí puedo mi cabeza.
Una cabeza que está saturada.
Que ni cuando duerme está en silencio.
Que cuando despierta duda algún instante qué fue cierto.



Y tengo tres días.

Tres días en los que mi mente forma discursos atropellados.
En los que me razono y me decepciono.
En los que me libero y me secuestro a un tiempo.

Tres días contando con hoy...


Mi primera conclusión al levantarte es que te he soñado al otro lado de la cama.
Entre mil cosas.
Mi segunda conclusión que nunca he sido nada por mí misma.
La tercera ha sido un largo discurso argumentado, con título incluido, que he olvidado de camino al baño.
Y tenía sentido, pero lo he olvidado...

Y la cuarta... la cuarta es muchas cosas y no es nada.
Primero necesito que se borre este ruido de ideas.


Porque hoy cambiaría amor por trabajo, que no al revés.
Porque hoy pediría independencia y soledad.

Porque no he dejado de quererte, pero puede que tengas razón...
He empezado a quererme yo más
Y no es que haya mucho que querer...
Pero es una posibilidad.

2 comentarios:

Marrubi dijo...

Hay todo que querer....TU

(y mira que te lo dice alguien con la cabeza también en ebullición)

Un beso.

Tatu dijo...

Es verdad Marrubi. Pero a veces es tan difícil.
De todos modos he aprendido que puedes retrasar algo, pero no evitarlo.

Besos